EPIFANÍA (Rindou Haitani)

Capítulo 18: "Parque"

Narra Rindou

Salí de la cafetería algo molesto, quería hablar con Naomi sobre lo que pasó anoche, no quería que ella tuviera otras ideas. Estaba caminando tranquilamente hasta que recibí una llamada de Ran, algo molesto decidí contestar

—Hasta que contestas, Izana quiere una reunión esta noche, así que apresúrate en venir. —decía Ran.

La llamada de Ran sonaba molesta en mi oído.

—Sí, sí, ya voy —contesté de mala gana, pensando en cualquier cosa menos en esa reunión.

Sin darme cuenta, mis pasos me llevaron hacia un parque. Fue ahí cuando vi una figura familiar en uno de los columpios. Naomi. Estaba balanceándose, ajena a todo. Por un instante, pensé en simplemente seguir mi camino, pero algo me hizo detenerme. Entonces escuché su voz.

Cantaba, y aunque no era lo que esperaba, debo admitir que tenía una buena voz. Había algo en su canto: no era técnico ni perfecto, pero había honestidad. Ese tono suave y un poco ronco llenaba el silencio del parque, como si estuviera en su propio mundo, lejos de la cafetería, lejos de la realidad.

—Oye, ¿me escuchas, Rindou? —insistía Ran en el teléfono, su voz irritada.

Sin responderle, colgué la llamada, sin apartar la mirada de Naomi. Me acerqué despacio, observándola, hasta que decidí romper el momento.

—Así que, además de hacer café, también sabes cantar.

Naomi se sobresaltó y se giró hacia mí, claramente sorprendida. Había una mezcla de nervios y algo más en su rostro que no podía descifrar.

—Rindou... ¿qué haces aquí?

—Pasaba por casualidad —respondí con indiferencia, aunque había algo que necesitaba decirle—. Además, quería hablar contigo sobre lo que pasó anoche.

Vi cómo su expresión cambiaba, reflejando una incomodidad apenas contenida.

—¿De qué quieres hablar? —preguntó, con un tono dudoso.

Metí las manos en los bolsillos, buscando mantenerme neutral.

—Lo de anoche... quiero aclararlo antes de que te hagas ideas.

Era sencillo, directo. Sin embargo, viendo la expresión de Naomi, entendí que para ella quizá no era tan fácil.

Narra Naomi

Tomarme el día libre era algo que necesitaba. Después de todo lo que había pasado, solo quería un respiro, un momento de paz. Así que terminé en el parque, sentada en un columpio, balanceándome despacio mientras cantaba. No había nadie más alrededor, solo yo y el aire frío de la tarde.

Perdida en mi propio mundo, me dejé llevar por las palabras de la canción, soltando cada verso como si estuviera sacando un peso de encima. Cantar siempre había sido algo que hacía cuando quería aclarar mi mente, pero jamás imaginé que alguien estaría ahí para escucharme.

—Así que, además de hacer café, también sabes cantar.

El sonido de esa voz me sacó del trance de inmediato, haciéndome dar un pequeño brinco y girar hacia atrás, asustada. Ahí estaba Rindou, parado con su expresión despreocupada de siempre, observándome con ese aire de quien lo ha visto todo.

—Rindou... ¿qué haces aquí? —pregunté, sintiendo el calor en mis mejillas al darme cuenta de que me había escuchado cantar.

—Pasaba por casualidad. Además, quería hablar contigo sobre lo que pasó anoche.

Mi corazón se aceleró, y la tranquilidad que había sentido hace unos minutos desapareció al instante. La sola mención de la noche anterior hizo que un montón de pensamientos cruzaran mi mente. No estaba segura de si quería hablar de eso con él.

—¿De qué quieres hablar? —pregunté, intentando mantener la calma, aunque sentía una ligera incomodidad en el pecho.

Rindou metió las manos en los bolsillos, manteniendo su tono neutral.

—Lo de anoche... quiero aclararlo antes de que te hagas ideas.

Ahí estaba de nuevo, ese tono indiferente y directo que siempre usaba. Aun así, no podía evitar sentir una extraña tensión entre nosotros.

Nota de la autora

¡Hola chicas! Les agradecería mucho si apoyan esta historia con sus votos y comentarios. Cada uno significa muchísimo para mí y me anima a seguir escribiendo. ¡Gracias por estar aquí!🐥