Yibo sonrió mientras su amigo seguía mirando ese valioso material que tenía en sus manos. Estaba emocionado. Había buscado pruebas de las antiguas comunidades de lobos que vivieron en el bosque. Un grupo de fotos lo horrorizó, aunque a su vez, lo llenó de seguridad y satisfacción. Tenía la prueba irrefutable de que los lobos habían poblado ese bosque y que los cazadores los habían exterminado. Las fotos, aunque algo viejas, eran claras y nítidas. Incluso se podía identificar a algunos cazadores.
- Esto es... ¡Magnífico, Yibo! ¡Tenemos pruebas! Tantos años intentando sacar la verdad a la luz y por fin lo podremos hacer. Esta vez esos malditos no se saldrán con la suya. Pero dime ya. ¿Cómo las has conseguido?
- Son fotos que sacó el padre de un amigo. Él era aficionado a la fotografía y se dedicaba a retratar la vida salvaje. En una de sus aventuras, se topó con la masacre de esta manada. Y no sólo eso, Zan Jin. Hay más.
Yibo sacó su teléfono y buscó el vídeo del rescate de la cierva. Una vez que lo encontró, se lo pasó.
- Eso fue hace dos días. Estaba recogiendo hierbas medicinales y me encontré con una cierva atrapada en un cepo. La trampa es nueva, la acababan de poner. No había ni la más mínima señal de óxido ni corrosión. La tenemos en nuestra casa.
- Lástima no tener pruebas de quiénes fueron los que las pusieron.
Yibo volvió a sonreír. Era hora de contarle su plan. Zan Jin lo miraba curioso.
- Venga, suéltalo ya. Sé que lo estás deseando. ¿Qué más tienes para mí?
- Por lo pronto, sólo un plan. Uno que puede ayudarnos a atrapar a esos seres inmundos de una vez por todas.
- Tienes toda mi atención.
- Hemos localizado las ubicaciones de 20 cepos y seguimos buscando más.
- ¿Hemos? ¿Seguimos? ¿Vosotros dos?
- Sí, bueno, también algunos amigos, pero eso no es lo importante. La cuestión es que se pueden instalar varias cámaras en esas ubicaciones. Sabes que ellos van diariamente a revisar las trampas. En algún momento serán captados por ellas. Esperaremos el tiempo suficiente para grabar a todos los implicados y entonces, no tendrán forma de negar los hechos y para eso, amigo mío, necesitamos de los recursos de la asociación.
- No tenemos tal cantidad de cámaras, pero haré todo lo posible por conseguir más.
- Gracias. Sabía que podía contar contigo.
- Sabes que llevamos años intentando denunciar las malas praxis ejercidas en este lugar. Yibo, tengo una pregunta que hacerte. ¿Ya no te relacionas con ellos? Recuerdo que empezaste a trabajar en la tienda del señor Xiu.
- Sabes que fue porque necesitaba dinero para vivir. Ahora mi vida ha cambiado y ya no tengo ninguna relación con esa gente.
- Veo que han cambiado muchas cosas.
- Así es. Ahora me dedico a ayudar a unos amigos que acaban de ser padres. Ziyi es doctora y su esposo, Yubin, es boticario. Los ayudo recolectando hierbas medicinales, haciendo preparados y atendiendo algunos achaques menores. Ellos son parte de los amigos que mencioné antes.
- Me alegro. No es que desconfíe de ti, ni mucho menos. Solo no me fío de ellos. No sé si lo sabes, pero hace un año logramos encontrar algunas pruebas de sus métodos ilegales de caza. Antes de poder presentar una denuncia firme y solicitar una investigación, quemaron la sede y con ella, todo lo que recopilamos. Sabemos que fueron ellos, aunque no podemos demostrarlo.
- Lo siento, Zan Jin... No lo sabía. Por aquel entonces yo... ¡Ah! Estaba demasiado perdido en mi vida de mierda como para atender el resto de cosas.
- Lo sé, sé que tu vida no era nada bonita. No hace falta que te disculpes. Creemos que aún nos siguen vigilando.
- No te preocupes. Deja que yo me encargue de todo. Cuando tengamos algo, vendremos como hoy, bien entrada la noche. Estaremos alerta. Pero... ¿Cómo fue que se enteraron de que teníais pruebas?
- Creemos que instalaron cámaras o micrófonos. Un poco antes de aquel suceso entraron a robar. No faltaba nada importante, cosas menores y de poco valor. Por lo que la policía no le dio mucha importancia y no encontraron nada. Un mes después, sucedió el incendio. Por eso tengo un favor que pedirte - lo miró con ojos suplicantes.
- Dime.
- Llévatela - le acercó la caja -. No traigas nada para aquí hasta que no sea el momento de presentarlo todo en el juzgado. Ya te dije, seguimos bajo su mira y esto es demasiado importante como para perderlo.
- Tranquilo, lo mantendremos a salvo.
- Gracias.
- Oye - interrumpió Zhan -, ¿no tenéis demasiado calor?
- Yo no - respondió Zan Jin.
- ¡Estás casi desnudo! Solo llevas unas bermudas y una camiseta de tirantes...
- Lo siento, es que tengo la calefacción estropeada y no se puede regular. Y si no la pongo, ahora mismo estaríamos como cubitos de hielo. Pero sentaros. Traeré unas cervezas. Podéis quitaros la ropa.
Zhan y Yibo se quitaron las chaquetas mientras que el restante se dirigía a la cocina. Bajo la atónita mirada del omega, Zhan se empezó a quitar la camiseta. Dos manos lo detuvieron.
- ¿Qué haces?
- Él dijo que nos podíamos quitar la ropa y eso hago.
Yibo suspiró y reía por dentro ante la inocencia de su pareja. Tenía el torso desnudo frente a sus ojos y la piel brillaba por el sudor. Acarició su pecho y le pellizcó los pezones. Zhan bajó la camiseta, lo agarró con una mano por la cintura y con la otra por la nuca. Lo besó.
- No seas travieso, mi amor. Créeme cuando te digo que no me importa que estemos en la casa de tu amigo. Soy capaz de hacerte el amor aquí hasta que me supliques que pare...
- Jajaja... Serías capaz...
- No me retes, que yo no hablo en vano.
- ¡Eeeeh! Siento venir en mal momento...
Zan Jin estaba rojo. Llevaba tres latas de cerveza que dejó sobre la mesa de centro que decoraba su sala. Miró para su amigo, quién seguía acaramelado con su pareja. Lo había conocido cuando Yibo tenía 16 años y él 18. Se alegraba de verlo feliz y radiante. Siempre había sido un buen chico, pero serio, tímido y retraído. No había tenido la mejor vida y era muy desconfiado. Tardó un tiempo en ganarse su simpatía. Se alegraba de verlo feliz y alegre. Sin duda, su esposo hizo un buen cambio en él y a parte, era muy guapo.
Estaba ensimismado en sus pensamientos hasta que vio algo que le llamó la atención. Se acercó rápido a la pareja, agarró a Yibo del brazo y movió el cuello de su camiseta. Ahí estaba, una mordida bien definida y clara. Abrió la boca de sorpresa.
- Tú... Eso... - miro el cuello de Zhan. Tenía la misma marca - ¡No puede ser! ¡Vosotros!
- ¡Mierda! - porfió Yibo. Zhan se puso alerta.
- ¡Oh, por la madre que me parió! ¡Con razón sois esposos, pero no lleváis anillos! ¡Ja! Y con más razón aún tenéis esas fotos y también habéis localizado tantos cepos. ¡Sois lobos!
La pareja se quedó de piedra. Yibo no supo qué contestar mientras que Zhan estaba preparando para hacer todo lo posible con tal de proteger a su omega. La tensión llenó el ambiente y un bajo gruñido salió de la garganta del alfa.
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Luna nueva Luna creciente
FanfictionLa noche le cae encima a un joven montañista y parece que todo va en su contra. Perdido, sufre un accidente del cual no cuenta con sobrevivir. Esa misma noche, el clan Luna Nueva lleva a cabo la última prueba para elegir al nuevo alfa líder. Se trat...