Capítulo 36

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Abrazándose a sí misma frente a la brisa fresca de madrugada y seguida por el caballero de alma oscura, ____ regresaba a la seguridad y calidez de su hogar. Con cada paso, la noche quedaba en el olvido y la luz amenazaba con aparecer en el horizonte. Con cada paso dejaba atrás aquella adornada cuchilla que la acompañó en las escenas más escabrosas de su vida allí donde pertenece, con su par: un ser hermoso del que había caído rendida pero que ha hecho mucho, mucho daño, filoso y sin escrúpulos.
Se sumió entre sus sábanas alborotadas, incapaz de dormir. Reflexionó sobre lo ocurrido.

"¿Cómo pude dejarme engañar?"

Se sintió ingenua y vulnerable ante al mundo sobrenatural, así como lo sintió la primera vez que reparaba en su existencia, meses atrás. Otra vez se sintió perdida.
En ningún momento tuvo un mal presentimiento o una mínima sospecha de malas intenciones como suele suceder con los humanos. Ella se consideraba buena viendo las intenciones ocultas de las personas ¿Por qué esa vez no funcionó?
Era como un pequeño gorrión rodeado de felinos que se camuflaban entre las hojas.
Y eso la asustaba.

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Llamaron a la puerta. ____ abrió los ojos, los cuales apenas habían podido dormir. El sol ya había salido por completo y se colaba, tibio, por la ventana; pero eso no le dio una pista de cuánto tiempo había pasado.
Luego de formular un "pase", Sebastian cruzó el umbral de la puerta y sin emitir ni una palabra se acercó a la muchacha aún recostada sobre el colchón. Ella se giró sobre su antebrazo, mirándolo con confusión ante su extraño silencio. Sebastian se arrodilla junto a su lecho y exhibe sobre sus palmas la famosa daga energética.

—¿De dónde…? —Sintió un escalofrío. — ¿Por qué trajiste eso aquí?

Aquel filo, de tan sólo verlo, la alteró y quitó todo rastro de somnolencia que pudiera quedar en sus ojos. Extendió el brazo libre, dispuesta a lanzarla lejos de su vista. No quería más problemas.
No más…

El demonio no se lo permitió.

—Sebastian, ¡deshazte de eso!
Sebastian en un movimiento fugaz, la tomó de la muñeca, deteniendo los manotazos agitados.
De pronto y expectante, ____ dejó de quejarse.

—He limpiado y pulido esta daga por una razón…—Su agarre se relajó muy lentamente—. Debería considerar esto como una muestra y testigo de su fuerza, de su poder de esclarecer.
Deslizando su mano cubierta de seda por aquel delicado brazo, colocó la empuñadura dentro de la palma de ____.

—¿Se la quitaste al cadáver de Ash?

Se sintió tonta al preguntar. Por supuesto no habría ningún cadáver, éste se habría convertido en ceniza hace horas. Aún así, quería saber de dónde la sacó.

—Claro que no, su cuerpo ya no existe para alivio de todos. La encontré al revisar la escena, tirada entre la hierba que rodea el viejo galpón.
Su voz se volvió más pausada al no obtener respuesta.

—Quizá sea una insignia apropiada para la honorable primera mujer Phantomhive al servicio de la reina, una reina hipotética, claro... Tal vez al suyo propio.

Sus manos envolvían la suya con plenitud. Mantuvo ese agarre, suave y gentil, mientras sus largas pestañas se levantaban para verla a los ojos.

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⏰ Última actualización: 6 hours ago ⏰

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《El Nuevo Profesor 》-Sebastian Michaelis y Tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora