Veo el segundo exacto en el que la bala le atraviesa el cráneo, el niño se tambalea y su cuerpo cae hacia atrás del puente, el agua salpica, se pierde como si jamás hubiera existido. El grito de Lynette a lo lejos me parece lejano, irreal. La adrenalina sacude mi cuerpo, me tambaleo hacia un lado pero no caigo y mientras la pólvora vuelva solo existo yo.
Matar o ser matado.
Escucho el susurro de Tristán contra los oídos, lo veo sonreírme igual de orgulloso que cuando me llevaba de cacería. Me cubro el rostro, no siento lágrimas ni puedo gritar. No hago nada excepto mirar el momento exacto en el que tantos los hombres enemigos como la de Dante lograr estar cerca y comienza a dispararse, una bala rebota y caigo de rodillas contra el piso, pero no sangró. El sonido vuelve, porque el mundo no se detiene después de cometer una atrocidad.
Frederick aparta el arma de aquel hombre y lo avienta contra mí, provocando que caiga al frente. El científico me mira con una especie de agradecimiento que me da escalofríos. Entonces soy embestida por una ráfaga de cuerpos y balas a mi alrededor, dejan agujeros contra el pavimento del puente. Sujeto al hombre de la muñeca y consigo ponerme de pie, lo arrastro conmigo hasta una esquina libre de uno de los pilares que decoran el puente. Si se muere en medio de esto nada habrá valido la pena.
El grito de Lynette es una pua tan filosa que me atraviesa el corazón. Su expresión vacía me hace caer en cuenta de que acabo de matar a su hijo, lleva un arma de largo alcance, abre fuego contra mí y el científico, una de las balas me da en el hombro y ahogo un gemido cuando Riona la empuja hacia un costado y golpea su cabeza con la culata de su arma, dejándola inconsciente. Me mira un segundo con expresión vacía, su pecho sube y baja mientras el sudor resbala.
Maté a un niño que era inocente.
Soy un maldito monstruo.—¡Corre! ¡Ahora!
La adrenalina me nublan la cabeza, pero me pongo de pie, cubro la herida de mi hombro con una mano y obligo al hombre a seguirme. Paso entre los guardias de Dante, que intentan protegerme con sus propios cuerpos para que las balas no me alcancen. Uno de ellos muere frente a mis ojos en el momento en el que me rodea, convirtiéndose en un escudo humano para evitar que la bala impacte contra mi espalda. Entonces mi rostro se siente húmedo conforme lo veo caer.
—Proteggete la regina! (Protejan a la reina)
Cuando consigo llegar al otro lado del camino, una barrera de hombres se forma tras de mí y continúan disparando al frente. Miro al hombre a mi costado, ha llegado intacto, vivo. Mis oídos zumban, la cabeza va a explotarme y me llevo ambas manos a los costados tratando de calmar el dolor que me aprisiona la cabeza y el hombro.
Las balas parecen interminables, pero mi energía no. Es casi como presionar un interruptor que lo apaga todo, lo silencia, caigo contra el piso, mi cabeza golpea la piedra, puede que sangre por el impacto o donde me hirieron, pero hay mucho rojo abajo de mí, desde este ángulo puedo ver a Lynette a lo lejos, está contra el piso hecha un ovillo, golpea el piso sin parar con ambos puños mientras grita.
¿Esto en qué me convierte?
Nada. No veo nada cuando todo se vuelve negro.
***
—Mató al hijo del jefe.
—¿Acaso tenía otra opción? ¡El consigliere es el verdadero traidor luego de más de una década!
—Basta, no sabemos lo que pasó. Estábamos muy lejos del puente para ver con claridad.
—Eso no cambia lo que hizo, mató a su heredero legítimo, sangre de su sangre, eso la convierte en una traidora irrevocable, las leyes... No, no puede salvarse esta vez. Esa mujer deberá morir también.

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Legado maldito [2.0]
Misteri / ThrillerContinuación de Legado Oscuro. Nicoletta ha seguido adelante, dejando atrás una vida que no quiere recordar, pero, ¿se puede olvidar el pasado si el hombre con el que te casaste vuelve a encontrarte? Con mentiras, traiciones y engaños sin resolver...