Legado maldito [2.0]

19⎟✶ Cuidado con el panorama

Nicoletta

—Entonces, ¿no hay nada sobre Genaro Luca?

—Nada.

Suelto un suspiro resignada y me dejo caer sobre el escritorio. Resulta que Riona sabe usar muy bien la tecnología por Kaizawo y ha estado dirigiendo al equipo de la Villa para buscar información sobre el creador del veneno.

—La fiesta de Alenko será hoy. —Aprieto los dientes—. ¿Y ahora?

—Los líderes criminales tienen negocios legales para cuidar su reputación. ¿Y si empezamos ahí?

Escucho con atención su plan y, de hecho, me resulta una buena idea. Investigar las conexiones que puedan tener en común Alenko y las brujas. Con mi tiempo en SSAMS, tengo una larga lista de sospechosos por los que empezar. Así que me dedico a trabajar en ello con el equipo de hackeo e innovación.

Para cuando el tiempo se agota, vuelvo a caracterizarme como Cycy para la fiesta. Miro el vestido rojo y alargado que esconde mis piernas, pareciera que ha pasado una eternidad desde la primera vez que me atreví a usar una prenda llamativa, ahora no me imagino regresando al estilo odioso y sobrio de los Kasper.

—No hagas esto así —me pide Dante mientras me termino de delinear un ojo.

—No trates de detenerme porque no lo conseguirás.

—No me refiero a eso. Me queda claro que lo harás, pero no demostrando que estás desesperada. Eso le da un punto a tu oponente.

Miro mi reflejo una última vez y me giro hacia él. Está recostado en la cama, con una camisa suelta y húmeda, los pómulos se le marcan en las mejillas, ha bajado de peso y su cabello luce pajoso, es casi como ver a un espectro. Me siento a su lado y beso su frente igual que un niño, no me importa si eso lo hace fruncir el ceño.

—Una vez te dije frente a esos accionistas que no estabas lista para ser CEO. —Acuna mi rostro en una de sus manos—. Pero era mentira. Naciste para ser una líder, así que demuéstrales a todos lo que yo ya sé; Que puedes hacerlo.

Lo beso con fuerza, deseando que la próxima vez pueda volver a hacerlo en mejores condiciones. Todo estará bien, pero la presión contra mi pecho indica que algo saldrá terriblemente mal.

—Frederick disfruta de los juegos y los acertijos mucho más que Livia. Es un apostador de primera, ten cuidado. Y con Marcelo espiando para él, no sabemos qué tanta información tiene, estamos en desventaja.

»Cuando era niño él nos entrenaba a todos los del escuadrón W con lecciones de moralidad, fue despedazando cada parte de nuestras almas hasta que nos convertimos en lo que Davide siempre esperó... Máquinas de matar.

Asiento.

—Encontraré la manera de ayudarte y ayudar al niño, lo prometo.

***

No sé qué es más incómodo, si los zapatos que llevo ahora mismo o el hecho de ir en medio de Riona y Lynette, mientras Ruslavok maneja la camioneta. Hay un segundo auto lleno de hombres de seguridad por detrás.

—Entonces... ¿Realmente tiene un hijo? —Riona parece en shock por su plática con Lynette—. ¿Contigo?

La pelinegra arquea una ceja, la evalúa con cierta sospecha. No creo que se agraden mutuamente.