Pollito [ YM ]

Capitulo 9: Adaptarse al Ritmo

Después de varias semanas trabajando en la pastelería, Jimin ya había logrado familiarizarse con las tareas diarias y el ambiente. Aún así, seguía siendo extremadamente cauteloso con sus plumitas. Cada vez que sentía alguna a punto de desprenderse, encontraba una excusa para salir un momento y asegurarse de que no quedaba ninguna a la vista. Yoongi observaba con atención, sin decir nada, pero sabiendo bien que Jimin llevaba una carga más pesada de lo que quería admitir.

Aquella mañana, Yoongi había salido temprano para realizar algunas compras antes de abrir la tienda. Jimin, aprovechando la tranquilidad, decidió limpiar un poco la parte delantera. No había nadie más, lo que le permitía relajarse un poco. A pesar de eso, nunca bajaba del todo la guardia.

Mientras Jimin limpiaba, la puerta de la pastelería se abrió de golpe, el sonido de la campanilla sobresaltando a Jimin de su concentración. Alzó la vista y vio a un chico alto con una expresión juguetona en el rostro. El joven llevaba una bolsa llena de libros y una mochila, como si hubiera venido directamente de la universidad.

—¡Oh, hola! —saludó el recién llegado con una sonrisa amplia—. Tú eres Jimin, ¿cierto?

Jimin asintió, un poco sorprendido por la entrada tan enérgica.

—Sí, soy Jimin. Y tú…?

—¡Kim Taehyung! El hermano menor de Jin. Trabajo aquí los fines de semana —respondió el chico mientras dejaba su mochila en una de las mesas—. Hoy no tengo clases, así que pensé en pasar a saludar y ver si necesitaban ayuda.

Antes de que Jimin pudiera responder, Taehyung ya había cruzado la pastelería hasta la cocina, llamando a Jin. Jimin lo observó, sorprendido por la energía del chico, pero también sintiendo una pequeña oleada de nervios. No conocía bien a Taehyung, y cualquier persona nueva representaba un riesgo para él. Con suerte, sus plumas no causarían ningún problema hoy.

Minutos después, Taehyung regresó, esta vez con una bandeja de galletas en las manos.

—Me dijo Jin que te enseñara a hacer estas galletas. Son fáciles, pero a veces se nos acaban rápido, así que tenemos que preparar más —dijo mientras le guiñaba un ojo—. Venga, vamos a la cocina.

Jimin siguió a Taehyung, tratando de no pensar demasiado en las plumas ni en el riesgo constante de ser descubierto. Mientras trabajaban en la cocina, el chico mayor no dejaba de hacer preguntas.

—Entonces, Jimin, ¿cómo terminaste aquí? No pareces alguien de por aquí.

Jimin titubeó por un segundo, repitiendo la historia que había ensayado tantas veces con Yoongi.

—Vine hace poco a la ciudad. Buscaba trabajo y... bueno, Yoongi me ayudó a encontrar algo temporal aquí.

Taehyung asintió, aparentemente satisfecho con la respuesta. Siguieron preparando las galletas en silencio por un rato, hasta que Taehyung, sin previo aviso, soltó otra pregunta.

—¿Eres cercano a Yoongi? —preguntó, su tono curioso—. Nunca había oído que tuviera un amigo que no conociera a Jin.

Jimin casi dejó caer una de las bandejas al escuchar la pregunta.

—Sí, somos amigos desde hace un tiempo —respondió, evitando entrar en más detalles.

Taehyung lo miró por un momento antes de soltar una risita.

—Supongo que todos tenemos secretos, ¿no?

Jimin no supo cómo interpretar eso, pero decidió no seguir la conversación. Había logrado mantener su verdadera identidad oculta hasta ahora, y no planeaba arriesgarse. Al menos, no más de lo necesario.

🍩

Al finalizar el día, Taehyung se despidió, prometiendo volver durante el fin de semana para ayudar con más tareas. Jimin, por su parte, se dejó caer en una silla, agotado.

—Ese chico tiene más energía de la que sé manejar —murmuró mientras Yoongi terminaba de guardar algunas cosas.

—Sí, pero es buena persona. Solo es… mucho a veces —respondió Yoongi con una sonrisa.

Jimin asintió. A pesar de lo agitado del día, había logrado mantener sus plumitas bajo control, y eso ya era un pequeño triunfo para él. Sin embargo, en su mente, las palabras de Taehyung seguían dando vueltas: "Supongo que todos tenemos secretos, ¿no?"

¿Qué tanto habría notado Taehyung? ¿O simplemente era un comentario sin importancia? Jimin decidió no mencionárselo a Yoongi por ahora, pero una parte de él no podía evitar sentirse inquieto.

De regreso en casa, después de una larga jornada, Jimin se relajó en su pequeño rincón del sofá. Como siempre, sus plumas comenzaron a desprenderse mientras se relajaba, y en ese momento sintió la familiar mirada de Yoongi sobre él.

—Tuviste un buen control hoy —comentó Yoongi mientras recogía algunas de las plumas del cojín y las dejaba sobre la mesa.

Jimin asintió, dejando que una pequeña sonrisa se formara en sus labios.

—Gracias a ti. Estoy aprendiendo a ser más cuidadoso.

Yoongi lo observó en silencio durante un largo momento, antes de soltar un suspiro.

—Sabes que no tienes que ser tan cuidadoso aquí, ¿verdad? —preguntó, su voz suave—. En casa, no tienes que preocuparte.

Jimin lo miró, sintiendo una calidez en el pecho que iba más allá del simple alivio. En ese pequeño espacio compartido, podía ser él mismo sin miedo, al menos por un rato.

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