Epílogo

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Un Amor Verdadero

Había pasado un año desde que Yoongi y Jimin se hicieron pareja, y en todo ese tiempo su amor solo había crecido, fortalecido y florecido de maneras que ni siquiera ellos habían imaginado. Vivían en una especie de sincronía perfecta, como si ambos hubieran estado destinados a encontrarse y a compartir una vida que cada día los hacía más felices.

Desde el primer instante en que Yoongi había decidido llevar a Jimin a su casa para curarlo, algo profundo había cambiado en él. Al principio, había sido un impulso de compasión y cuidado, pero pronto se convirtió en una devoción absoluta.

Verlo cada día, en sus formas humana y animal, era una experiencia única y reveladora. Yoongi había llegado a amar tanto a Jimin como híbrido como en su versión humana, y no podía imaginar su vida sin él.

Jimin, por su parte, había recorrido un largo camino desde aquellos días de inseguridad y miedo. Antes de conocer a Yoongi, había aprendido a esconder su verdadera naturaleza, convencido de que nadie lo aceptaría por ser un híbrido. Pero ahora, gracias al amor de Yoongi, había encontrado la valentía para ser él mismo sin restricciones. Había aprendido a amar cada aspecto de su ser, especialmente su lado animal, y el verlo convertirse en su pequeño pollito amarillo en casa llenaba a Yoongi de una ternura inmensa que él nunca trató de ocultar.

Los días eran felices y tranquilos, aunque también llenos de aventuras cotidianas en la pastelería.

Después de haber revelado su naturaleza, Jimin comenzó a sentirse más en paz al trabajar allí, siendo cada día más genuino y relajado. Sabía que su familia de la pastelería, formada por Jin, Namjoon y Taehyung, lo apoyaban incondicionalmente. Y aunque en público aún intentaba cuidar que ninguna plumita amarilla escapara cuando estaba trabajando, en el fondo se sentía protegido y aceptado.

Había algo mágico en ver a Jimin ser él mismo, en cómo Yoongi lo miraba, casi como si fuera un milagro. Taehyung solía sonreír al verlos compartir esos momentos, elogiando la suerte que habían tenido al encontrarse. En muchos sentidos, Taehyung y Jin admiraban la relación de Yoongi y Jimin. Para ellos, representaba un amor profundo y sincero, algo que en el fondo inspiraba a todos los que tenían el privilegio de presenciarlo.

Las tardes en la pastelería se habían vuelto más alegres, con Jimin brillando en cada rincón. A veces, sin que él lo notara, los clientes preguntaban por aquel "muchacho alegre y encantador con ojos brillantes", sin saber que en él se encontraba algo único y especial. Yoongi se sonrojaba con cada cumplido que Jimin recibía, aunque lo disimulaba con su típica expresión neutral y sus palabras tranquilas. Pero Jimin sabía, sabía cómo lo admiraba y respetaba.

A medida que pasaba el tiempo, Yoongi y Jimin se habían aventurado a tener pequeñas escapadas juntos. Disfrutaban de tardes en el parque, bajo la sombra de un árbol donde Jimin podía relajarse sin preocupaciones.

En esos momentos, a veces se convertía en su versión de pollito, acurrucándose en las manos de Yoongi, quien lo cuidaba con una delicadeza tan profunda que incluso los paseantes que los miraban no podían evitar sonreír ante aquella escena.

Sin embargo, en las noches era cuando su conexión se hacía más profunda. En la calidez de su hogar, Jimin se sentía completo y seguro, como si allí hubiera encontrado finalmente el lugar donde pertenecía.

El cariño de Yoongi era una constante que no dejaba de sorprenderlo. Con cada abrazo, con cada palabra y con cada gesto, Yoongi le demostraba que lo amaba con locura, un amor tan fuerte que parecía derribar las inseguridades del pasado.

Y así fue como Jimin, poco a poco, se volvió alguien más seguro, alguien que sonreía con más libertad, alguien que había encontrado en sí mismo un valor que nunca antes había sentido.

Ya no solo era el "pollito" de Yoongi, sino también alguien que amaba profundamente y que se sabía amado. Había aprendido a ser valiente, a ser él mismo sin temor al rechazo. Yoongi era su refugio, su compañero, su amor verdadero.

A veces, en las tardes que pasaban juntos en casa, Yoongi lo sorprendía tomando una de sus plumas amarillas y guardándola en un pequeño frasco de vidrio, como si se tratara de un tesoro. "Es mi amuleto", le decía Yoongi en tono juguetón, haciéndolo sonrojar y reír. Jimin adoraba esos pequeños detalles, cada uno de ellos le recordaba cuánto significaba para él.

Los amigos, Jin, Namjoon y Taehyung, los observaban con cariño y no podían evitar sentir orgullo y felicidad al ver cómo habían evolucionado juntos. Eran una pareja que había pasado por momentos difíciles, y verlos ahora tan unidos y en paz era un recordatorio de lo hermoso que puede ser el amor en su forma más pura y honesta.

En su primera celebración de aniversario, Yoongi preparó una sorpresa para Jimin. Había decorado la casa con flores y luces suaves, creando un ambiente íntimo y acogedor. Jimin quedó sin palabras al ver lo que Yoongi había organizado solo para él. Fue una noche llena de amor y sonrisas, en la que Yoongi le entregó un pequeño álbum donde había recopilado momentos significativos de su tiempo juntos, desde sus primeras citas hasta momentos especiales en la pastelería y en casa.

"Este es solo el primer año de muchos", le susurró Yoongi mientras lo abrazaba. "No puedo imaginar mi vida sin ti, Jimin. Quiero estar contigo siempre."

Jimin sintió sus ojos llenarse de lágrimas al escuchar esas palabras, pero no eran lágrimas de tristeza, sino de una felicidad profunda y genuina. Él también quería estar con Yoongi siempre, porque había encontrado en él un amor que lo hacía sentir pleno, aceptado y feliz en cada momento.

Al final de aquella velada especial, Jimin, en un impulso de cariño y confianza absoluta, se transformó en su versión de pollito, acurrucándose en las manos de Yoongi con una ternura indescriptible. Yoongi lo sostuvo con el mismo cuidado de siempre, acariciando su plumaje con una suavidad que hacía a Jimin sentir amado y protegido.

Al día siguiente, volvieron a la pastelería, donde sus amigos ya esperaban verlos, notando de inmediato la felicidad que irradiaban ambos. Jin, Namjoon y Taehyung intercambiaron miradas cómplices, recordando el día en que Yoongi había pedido a Jimin ser su pareja.

Desde entonces, habían sido testigos de su crecimiento y del amor que ambos se tenían. Era algo tan genuino y hermoso que no hacía falta mencionarlo; bastaba con verlos para entender que estaban hechos el uno para el otro.

La vida continuaba para ellos, llena de pequeños momentos de felicidad, de retos y de recuerdos que seguirían creando juntos.

Yoongi amaba profundamente a su pollito, a su Jimin, y sabía que siempre lo cuidaría y amaría sin importar las circunstancias.

Y así, en la calidez de su hogar, en la compañía de sus amigos y en la seguridad de saber que se tenían el uno al otro, Jimin y Yoongi vivieron felices, construyendo un amor que seguiría fortaleciéndose con cada día que pasaba.


❤️‍🩹

Gracias a todas las personas que leyeron y votaron por 'pollito'. Espero la hayan disfrutado.
Más adelante prometo traerles algunos extras.

Los invito a pasarse por mis otras historias, se los agradecería mucho.

Pollito [ YM ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora