El ambiente en el pequeño apartamento estaba cálido y tranquilo. La televisión estaba encendida, pero ninguno de los dos estaba realmente prestando atención. Yoongi se encontraba tumbado en el sofá, sus piernas extendidas y una manta cubriéndolo, y Jimin estaba a su lado, sentado en el suelo con la cabeza apoyada en el borde del sofá. El aire entre ellos se sentía diferente, cargado de una paz que ambos disfrutaban.
El día había sido largo, y ahora, en la comodidad de su hogar, Jimin sentía cómo su cuerpo se relajaba completamente. Era como si cada tensión, cada preocupación, se desvaneciera simplemente por estar cerca de Yoongi. Las palabras no eran necesarias en esos momentos; el silencio entre ellos lo decía todo.
Mientras Jimin respiraba profundamente, sintiendo el calor del apartamento y la cercanía de Yoongi, algo empezó a cambiar en él. Una sensación de ligereza recorrió su cuerpo, una familiaridad que había evitado durante tanto tiempo. Su verdadera forma, aquella que siempre mantenía oculta, empezaba a surgir de manera involuntaria.
Yoongi, que estaba a punto de quedarse dormido, sintió un ligero movimiento a su lado. Abrió los ojos lentamente, parpadeando mientras intentaba enfocar la vista. Cuando miró hacia donde estaba Jimin, no pudo creer lo que veía.
Ahí, en el lugar donde Jimin había estado sentado, ahora había un pequeño pollito amarillo. Las suaves plumas brillaban a la luz tenue del televisor, y el pequeño cuerpo se movía con suavidad, como si aún estuviera adaptándose a su nueva forma. El corazón de Yoongi dio un vuelco.
—Jimin... —susurró, sin poder evitar que una sonrisa cálida se formara en sus labios.
El pollito levantó la cabeza al escuchar su nombre, y sus pequeños ojos brillaron con la misma ternura que Jimin siempre tenía. Yoongi sintió una oleada de ternura tan intensa que casi lo abrumó. Nunca había imaginado que lo vería así, tan vulnerable, tan pequeño y frágil. Pero lo más sorprendente era que, en lugar de sentirse incómodo o confundido, Yoongi solo sentía una necesidad inmensa de protegerlo.
Se inclinó hacia el pollito, sus movimientos lentos y cuidadosos para no asustarlo. Jimin, en su versión animal, se dejó acariciar por la mano de Yoongi, frotando su pequeño cuerpo contra sus dedos con confianza y relajación. Era la primera vez que Jimin se sentía lo suficientemente seguro para transformarse frente a Yoongi, y eso decía más que cualquier palabra.
—Eres adorable —murmuró Yoongi, mientras sus dedos acariciaban suavemente las plumas suaves y esponjosas.
El pollito emitió un pequeño sonido, como si estuviera respondiendo a las palabras de Yoongi, y se acurrucó más cerca de su mano. Yoongi lo levantó con cuidado, colocándolo en la palma de su mano, sintiendo el peso ligero y la calidez del pequeño cuerpo. Nunca antes había tenido la oportunidad de cuidar a un híbrido, mucho menos de verlo en su forma animal, pero ahora, con Jimin, todo parecía natural.
—¿Sabes? —dijo Yoongi, casi hablando consigo mismo—. Nunca pensé que me encontraría con un híbrido... y mucho menos que me importaría tanto como tú. —Lo observó con cariño—. Pero aquí estás, y no sé por qué, pero siento que quiero cuidarte siempre.
El pollito, aún relajado y acurrucado en la mano de Yoongi, emitió otro suave sonido, como si estuviera de acuerdo. Jimin, en esa forma, se sentía completamente seguro con Yoongi, como si nada pudiera dañarlo mientras estuviera a su lado.
Yoongi lo observó durante varios minutos, maravillado por la pequeña criatura en sus manos. Había algo en esa versión de Jimin que lo desarmaba por completo. Era vulnerable, sí, pero también confiaba en él de una manera que Yoongi nunca había experimentado con nadie. Esa confianza despertaba en Yoongi un profundo instinto de protección, uno que crecía cada vez que lo miraba.
Después de un rato, Jimin empezó a moverse ligeramente, y Yoongi lo bajó con cuidado, permitiendo que el pequeño pollito se acomodara a su lado. El calor del cuerpo de Yoongi hizo que Jimin se relajara aún más, y lentamente, sus plumas comenzaron a brillar antes de que su cuerpo volviera a cambiar.
La transformación fue rápida y fluida. En cuestión de segundos, el pequeño pollito desapareció, y Jimin, en su forma humana, estaba sentado nuevamente al lado de Yoongi, con una expresión somnolienta y relajada en su rostro. Rápidamente Yoongi cubrió con la manta, que anteriormente estaba usando, la desnudez de Jimin sin ver más allá de lo necesario.
—Lo siento... —murmuró Jimin, su voz suave—. No quería transformarme así de repente.
Yoongi sacudió la cabeza, una sonrisa tranquila en su rostro.
—No tienes por qué disculparte. Fue lindo... —respondió, bajando la mirada para ver cómo algunas plumas amarillas aún permanecían en el sofá.
Jimin se ruborizó levemente, pero no pudo evitar sonreír ante las palabras de Yoongi. Se sentía seguro con él, como si nada de lo que hiciera pudiera alejarlo. Esa sensación era nueva, pero le gustaba. Y aunque no lo dijera en voz alta, sabía que también sentía algo más profundo por Yoongi, algo que crecía cada día.
—¿De verdad te parezco lindo? —preguntó Jimin en un susurro, sus ojos buscando los de Yoongi.
Yoongi lo miró directamente, sin dudarlo ni un segundo.
—Sí, Jimin. Me pareces increíblemente lindo... en todas tus formas.
Esas palabras hicieron que el corazón de Jimin latiera más rápido. Sin decir nada más, se acurrucó un poco más cerca de Yoongi, apoyando la cabeza en su hombro. Ambos se quedaron en silencio, disfrutando de la tranquilidad y de la compañía del otro.
Yoongi, mientras acariciaba suavemente el cabello de Jimin, se dio cuenta de algo: por mucho que tratara de racionalizarlo, no podía ignorar lo que sentía. Jimin ya no era solo alguien a quien había rescatado. Era alguien a quien quería proteger, alguien con quien quería estar... y quizás, solo quizás, estaba empezando a sentir algo más.
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Pollito [ YM ]
Historia CortaMin Yoongi, un joven con una vida tranquila y monótona, nunca imaginó que su mundo cambiaría por completo una noche al encontrar a un pequeño pollito herido en un callejón. Movido por la compasión, decide llevarlo a casa para cuidarlo, sin saber que...