Esa tarde, después de su tranquila y amorosa mañana, Yoongi y Jimin pasaron el día juntos en casa, haciendo cosas tan simples como cocinar, ver películas y hablar de todo y de nada. Cada vez que Yoongi lo miraba, veía a Jimin más relajado y feliz que nunca, sus ojos brillaban y, de vez en cuando, alguna pequeña pluma amarilla se desprendía y quedaba flotando en el aire. Yoongi las coleccionaba en silencio, guardándolas como pequeños tesoros.
Al anochecer, mientras se preparaban para dormir, Yoongi observó a Jimin, quien estaba perdido en sus pensamientos, con una expresión pacífica y tierna. Se acercó y, sin decir nada, lo envolvió en sus brazos. Jimin se acurrucó contra él, sonriendo suavemente.
-¿Puedo decirte algo? -susurró Jimin, rompiendo el silencio con su voz dulce.
-Claro -respondió Yoongi, acariciándole la espalda con ternura.
-Nunca pensé que encontraría a alguien con quien me sentiría tan... seguro. -Jimin lo miró a los ojos, sonrojado-. Durante tanto tiempo pensé que tendría que esconder mi verdadera identidad, que siempre tendría que vivir con miedo. Pero ahora... contigo, siento que finalmente puedo ser yo mismo.
Yoongi sonrió, y sus dedos se detuvieron suavemente en la mejilla de Jimin, acariciándola con un amor que no necesitaba palabras para expresarse. -Jimin, no tienes que esconder nada. Yo estoy aquí para ti, siempre. Eres perfecto tal como eres.
Jimin se mordió el labio, emocionado, y sus ojos se llenaron de lágrimas de felicidad. Sin poder contenerse, se inclinó hacia Yoongi y lo besó. Fue un beso suave, lleno de cariño y promesas silenciosas.
Aquel beso no era solo una muestra de amor, sino también una declaración de que, sin importar lo que el futuro trajera, enfrentarían juntos cada paso.
Cuando finalmente se separaron, Jimin sonrió, acurrucándose más cerca de Yoongi. -Gracias por amarme así.
-Gracias a ti por confiar en mí -respondió Yoongi, abrazándolo con fuerza, sintiendo que el mundo era perfecto en ese instante.
Esa noche, durmieron abrazados, rodeados por la calidez de su amor y por el sentimiento de que, juntos, podrían superar cualquier cosa.
💋
Cuando Yoongi y Jimin regresaron a la pastelería después de su día libre, era imposible disimular la felicidad que irradiaban. Entraron de la mano, compartiendo miradas y sonrisas cómplices que no pasaban desapercibidas para nadie.
Desde la cocina, Jin los vio entrar y les lanzó una mirada llena de complicidad, sonriendo de oreja a oreja.
-¡Miren quiénes regresaron! -dijo Jin en tono divertido, mientras Namjoon se acercaba detrás de él, dándoles una mirada llena de aprobación.
Taehyung, quien ya estaba ocupando su lugar detrás del mostrador, saludó a Jimin con una sonrisa traviesa. -No es por decir nada, pero... se ven increíblemente bien juntos. Como si la felicidad se les escapara por los ojos.
Yoongi carraspeó, algo avergonzado por tanta atención, mientras Jimin sonreía con las mejillas sonrojadas. Sin embargo, no soltó la mano de Yoongi ni por un instante, sintiéndose más seguro que nunca a su lado.
Los clientes, quienes poco a poco se habían acostumbrado a ver a Jimin como parte del equipo, notaron el brillo especial entre ambos. Las miradas se cruzaban, y más de uno susurraba algo mientras los veía interactuar. Sin embargo, no había incomodidad, sino una especie de alegría que se contagiaba en el ambiente.
-No sabía que el amor se podía hornear en panecillos -comentó Jin en voz alta, riendo suavemente. Namjoon y Taehyung también rieron, asintiendo como si entendieran perfectamente lo que decía.
Jimin se mordió el labio, mirando a Yoongi con ternura. Sabía que su relación había evolucionado de maneras que no había esperado. Ahora, era capaz de mirar a Yoongi a los ojos sin ocultar nada, siendo quien realmente era, con toda su vulnerabilidad y amor al descubierto.
Mientras trabajaban, Yoongi no perdía oportunidad para dirigirle a Jimin miradas suaves, y a veces, cuando creía que nadie miraba, dejaba una mano en la espalda de Jimin como muestra silenciosa de su amor y apoyo. Pero Jin, Namjoon y Taehyung se daban cuenta de cada detalle, aunque no dijeran nada; solo sonreían, satisfechos de ver a su amigo tan feliz.
Al final del turno, mientras recogían los últimos utensilios, Jin se acercó a ellos, cruzándose de brazos con una expresión satisfecha.
-Ustedes dos... son realmente adorables. -Hizo una pausa y luego agregó, guiñando un ojo-. Y estoy seguro de que esta pastelería nunca ha estado tan llena de amor.
Yoongi y Jimin rieron, aceptando el comentario con sonrisas agradecidas. Finalmente, al terminar el día, salieron juntos de la pastelería, tomados de la mano y disfrutando de la calidez que compartían.
Mientras caminaban hacia casa, Jimin soltó unas pequeñas plumas que flotaban en el aire alrededor de ambos, iluminadas por la luz de la luna. Yoongi las observó con ternura, tomando una entre sus dedos y guardándola en el bolsillo de su abrigo.
-Nunca había sido tan feliz, Yoongi -susurró Jimin, mirando las estrellas y luego volviendo la vista hacia él.
-Ni yo, Jimin -respondió Yoongi, acercándose para besar su frente suavemente-. Y prometo que haré todo lo posible para que cada día sea mejor que el anterior.
Ambos continuaron su camino, seguros de que, juntos, harían de cada día algo especial.
❤️🩹
Esa noche, el aire se sentía cargado de algo especial, algo que ambos podían percibir sin necesidad de palabras. Al regresar a casa, Yoongi y Jimin se movieron con una calma íntima, compartiendo miradas y sonrisas suaves mientras se preparaban para dormir.
Cuando finalmente se recostaron juntos en la cama, el silencio entre ellos era cómodo, lleno de una expectativa sutil que les aceleraba el pulso.
Yoongi observó a Jimin, quien le devolvía la mirada con una mezcla de ternura y timidez. Sin pensarlo mucho, Yoongi se inclinó hacia él, iniciando un beso suave y delicado, casi como una promesa.
Jimin correspondió con un suspiro, cerrando los ojos mientras sus labios se unían en un beso que parecía al mismo tiempo eterno y fugaz. Sus dedos se entrelazaron con los de Yoongi, y poco a poco, el beso se volvió más profundo, más cargado de emociones que habían contenido durante tanto tiempo.
Sin prisa, dejándose llevar, ambos se acercaron más, sintiendo la calidez y la confianza que compartían.
Esa noche, Jimin y Yoongi se entregaron el uno al otro, con una mezcla de suavidad y pasión, sin dejar de cuidarse en cada caricia, en cada susurro compartido. Todo entre ellos era un reflejo de la conexión única que habían construido, llena de respeto, ternura y el amor que, en secreto, siempre habían anhelado.
Cuando finalmente se quedaron dormidos, el uno en brazos del otro, ambos sabían que esa noche marcaba un nuevo comienzo para su relación.
FIN
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Pollito [ YM ]
Короткий рассказMin Yoongi, un joven con una vida tranquila y monótona, nunca imaginó que su mundo cambiaría por completo una noche al encontrar a un pequeño pollito herido en un callejón. Movido por la compasión, decide llevarlo a casa para cuidarlo, sin saber que...