El séptimo mes ellas hicieron el amor por primera vez.
Nada les advirtió lo que sucedería. Ni el canto de los pájaros, ni desconocidos regalando rosas. Ningún cliente demasiado extraño se hizo presente en la editorial, y mientras caminaban hacia el restaurante de arepas ningún musical idiota comenzó.
No se sentaron en la mesa del centro, y tampoco en esa que ocupaban cuando Paulina las acompañaba. En realidad, la mesa que habían escogido se encontraba entre esas del montón que no te hacen ser el centro de atención, pero tampoco permite que te ignoren por completo.
Mónica estaba usando una camisa azul marino y pantalón sastre gris. A sus pies los cubrían un par de zapatos mules a juego con la camisa. No había gorro, ni lentes de sol, ni una chaqueta cuero, ni coleta alta o cabellos ondulados. El color negro se había marchado. Tampoco había un aire de superioridad en su rostro. Por el contrario, Mónica había optado una apariencia angelical, al punto de llevar rosa en las mejillas de su piel palida y rojo en sus labios antes café oscuro.
Aun así, María Corina aun veía al unicornio que se escondía tras sus ojos.
-. ¿Sabes en que mes estamos? -, preguntó la pintora mientras alzaba las cejas y sonreía levemente al apoyar la barbilla en sus manos.
María Corina suspiró al ver las vendas en sus muñecas, las cuales ya estaba acostumbrada a encontrar todos los días. Se preguntaba muy seguido cuándo desaparecerían, cuándo Mónica finalmente aceptaría recibir ayuda.
Esperaba también que ese día llegara pronto.
-. ¿Febrero? -, había confusión en su voz.
-. ¡Exacto! -, confirmó con alegría -. ¿Sabes lo que eso significa?
-. ¿Que es... febrero?
Mónica rio ante esto y negó con su cabeza lentamente.
-. La primera vez que nos vimos era febrero, Coco -, le recordó, y María Corina casi se golpeó la frente ante algo tan obvio. Era difícil para ella ser tan detallista -. Yo me veía increíblemente sexi ese día, y tú también.
La mayor tenía imágenes de ese día, pero ninguna era completamente nítida en su mente. Es extraño, pero a veces olvidamos las cosas que realmente importan.
-. Sigo sin entender por qué no me dejaste bajar del auto y acompañarte hasta el hospital -, murmuró mientras le regalaba una sonrisa que solo aparecía cuando estaban juntas.
-. Ya te lo dije hace algún tiempo, amor: Tus ojos eran los únicos que tenían lo que yo estaba buscando. Y en ese momento me daban miedo, nervios.
-. Creo que también te he preguntado qué estabas buscando.
Mónica elevó una de las comisuras de sus labios y la miró antes de acariciar su mejilla con su mano, la cual María Corina sujeto para dejar un beso en la suave piel de sus nudillos.
-. Buscaba amor -, confesó.
Cuando la miró a los ojos, la típica calidez del cariño la cobijó.
-. Tal vez necesitaba una escritora pura también.
María Corina habría respondido esto con una bonita frase, pero el oportuno mesero de siempre llegó con su pedido.
La Mónica con quién había tenido su cuarta cita en ese mismo lugar le habría ordenado marcharse. Esta Mónica simplemente le agradeció con una falsa sonrisa.
-. Te amo -, susurró María Corina mientras veía a la pintora llevarse un trozo de arepa a la boca.
La pintora la miró con sus ojos verdes y sonrió dulcemente ante esto, así como un niño al que acaban de decirle que no tiene que ir a la escuela al día siguiente.
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Shameless
RomanceSu primera cita no fue típica, tampoco la segunda y mucho menos la tercera. Ella no era típica y su historia tampoco lo seria. Basada en: María Corina Machado. Empezada el 09/01/2016 Terminada el 18/06/2016