Memorias Robadas [Memorias #1]

CAPITULO VEINTISIETE

Gwyneth.

-¿Tu nombre?

-Gwyneth Sasaki.

-Edad

-Veinticinco años.

-Estatus social.

-En una relación.

-La última llamada que hiciste.

-Fue hacia mi tío, lo llamé para preguntarle si iba a ir a cenar con él esta noche.

-¿Dónde estuviste hace quince días?

-Debes ser más específico.

-¿Dónde estuviste el martes hace dos semanas?

-Estaba... en mi casa... viendo una película.

-Y por esa respuesta ya puedes llegar a ser sospecha ante la mirada de los líderes.

Tobias suspira mientras antes de apagar el detector de mentiras.

Ambos estamos en su apartamento, no hay mejor manera de pasar tu sábado por la tarde que tratando de engañar al detector de mentira.

-Te digo que no hay manera de que podamos engañar a eso.

-¿No viste lo que hice hace unos minutos? -me pregunta mientras me quita del cuerpo los accesorios de la máquina -. Pude decir una mentira sin que el detector lo supiera.

-Es distinto... parece como si hubieras hecho una tesis de cómo engañar al detector de mentira con lo bien que lo engañas.

-Solo me quede un par de noches leyendo sobre eso -me recuerda - ¿Sabes que es lo esencial?

-Creer la mentira como si fuera tu realidad. Sí, ya me lo has dicho muy seguido.

-Entonces ¿por qué no lo manejas bien?

Porque no puedo hacerlo. Porque cada vez que me pregunta sobre esa noche solo puedo recordar el cuerpo sin vida de Robert, solo puedo sentir la adrenalina que mi cuerpo tenía al presionar el gatillo.

Cómo Robert cayó al piso sin vida.

No le he dicho nada de eso a Tobias, tampoco le he dicho sobre la persona que intentó matarme en la piscina hace apenas una semana. Quien haya sido esa persona no ha vuelto a aparecer en mi día a día, pero eso no quita que no esté alerta al más mínimo detalle.

No he podido volver a la piscina por miedo de que esa persona esté esperando a que llegue otra vez y termine el trabajo que no pudo finalizar aquel día.

Decir que estoy perdiendo la cabeza es poco. No he podido ir al único lugar que me hace sentir algo sensata. No sé a donde ir, no sé en quién confiar. No sé qué hacer con mi vida y ni siquiera sé si sea capaz de hacer lo que Tobias me está pidiendo.

Me siento tan... vacía. No es lo mismo de cuando apenas había despertado, ni siquiera en ese momento pude confiar en mi tío. Ahora no sé si confío en él. Los pocos recuerdos que han llegado en forma de sueño no se parece a nada a la realidad que él me quiso vender al principio de mi recuperamiento.

No tengo ni idea a donde ir ahora. No sé qué hacer, cada día me despierto con miedo a que descubran que maté a Robert. Con miedo a que la misma persona de la piscina intente hacerme algo.

Vivo con un miedo constante. No puedo definir lo que hago como vivir a este punto, simplemente... simplemente estoy sobreviviendo.

-Vamos a tomar unos minutos de descanso -Tobias me dice -. Relájate, cierra los ojos e imagínate viendo películas ese día que estuvimos en la fábrica. En tu mente eso fue lo que pasó, y si lo controlas no habrá que pensar en un plan c.