El Juramento

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Capítulo 1: El Juramento de Sangre

La lluvia caía implacable aquella noche, empapando las calles y calles de la ciudad, transformando el asfalto en espejos irregulares que reflejaban el brillo de las luces. Las gotas golpeaban el suelo con la misma rabia y tristeza que habitaban el corazón de Kim Taehyung. Con 26 años, su vida era un continuo acto de resistencia contra el odio que lo impulsaba a cada paso. Caminaba con la cabeza baja, sus manos apretadas en puños, y una única dirección en mente: la tumba de su padre.

Taehyung avanzaba en silencio hasta que los árboles del cementerio se alzaron ante él, tenebrosos bajo la lluvia. Se detuvo al llegar a una lápida desgastada, su cuerpo rígido como si la propia tierra estuviera exigiéndole cuentas. Se arrodilló frente a la tumba de su padre, el hombre que había sido su héroe, su ejemplo y quien le había enseñado lo que significaba justicia. Aquel hombre había sido asesinado cuando él era apenas un adolescente, y desde entonces su vida se había visto marcada por el dolor y un odio silencioso.

-Lo haré, padre

Murmuró Taehyung, su voz un susurro que se ahogaba en la lluvia

-Juro por mi vida que haré pagar a los responsables de tu muerte.

Había vivido para cumplir esa promesa. La rabia había sido su combustible durante todos estos años, impulsándolo a convertirse en oficial de policía. Se había forjado en acero, puliendo su determinación, hasta que su propio odio se había transformado en un arma. El hombre responsable de la muerte de su padre había muerto hacía unos años, pero su hijo, Jeon Jungkook, ahora era el líder de la misma mafia que había destruido su vida. Ahora, él era el objetivo.

La figura de Jeon Jungkook era una presencia oscura y temida en toda la ciudad. Un hombre de 28 años, de una frialdad que helaba la sangre, alguien que se movía en la penumbra de los rincones más peligrosos. No se le conocían ni amores, ni debilidades, ni misericordia. Su cabello negro  era como una declaración de su dualidad: un rostro hermoso, casi angelical, pero un alma que muchos consideraban la encarnación del diablo. Su reputación le precedía; todos en la ciudad sabían de su crueldad y de la eficiencia con la que administraba su imperio de crimen y poder.

Esa noche, Jungkook estaba en uno de sus clubes, un lugar al que muy pocos tenían acceso. El aire estaba cargado de música, voces y humo, y sus ojos recorrían el lugar con una expresión seria, carente de emoción. Se mantenía en una esquina privada, con sus hombres alrededor y un vaso de whisky en la mano, aunque apenas había tomado un sorbo. Para él, esto no era una diversión; era un negocio, una extensión de su poder. No necesitaba nada ni a nadie. En su vida no había cabida para el amor, y mucho menos para el perdón. Él sabía bien lo que era: el dueño del miedo de todos aquellos que osaban mencionarlo en voz baja.

Por su parte, Taehyung regresó a su departamento después de visitar la tumba de su padre. Las luces estaban apagadas, pero en la penumbra de la noche se podía ver la intensa determinación en sus ojos. Encendió una lámpara junto a una pizarra en la que había estado trabajando durante meses: era un completo análisis de la organización de Jeon Jungkook, sus conexiones, sus propiedades, sus puntos débiles. Taehyung se había preparado durante años para este momento; cada arresto, cada misión lo había acercado un poco más a la verdad, y ahora estaba listo para iniciar su verdadera misión.

-Jeon Jungkook

Susurró para sí mismo mientras contemplaba una fotografía de su objetivo. Era la imagen de un hombre que apenas sonreía, con una mirada fría y calculadora que parecía perforar el papel. Taehyung podía sentir la rabia en su pecho, creciendo cada vez que veía el rostro de aquel hombre. Sabía que no sería fácil. Jungkook no era un criminal cualquiera; su red de poder era extensa, y su influencia en la ciudad casi intocable. Pero Taehyung no era un hombre que se detuviera ante la adversidad.

"Entraré en tu mundo, Jungkook"

Pensó Taehyung, su voz cargada de odio y determinación.

-Voy a destruirte desde adentro, hasta que no quede nada de ti.

Los días pasaron y Taehyung se preparaba para su misión con más intensidad que nunca. Su obsesión con Jungkook había alcanzado un nivel peligroso, y ya no era solo por su padre; era algo que había crecido en su interior como un oscuro deseo de enfrentarse a ese hombre. Con cada nueva información, con cada contacto, Taehyung iba acercándose a su objetivo.

Finalmente, una noche, consiguió la oportunidad que había estado esperando: una reunión clandestina en uno de los clubes más exclusivos de Jungkook, un lugar donde se cerraban negocios turbios y se hacían contactos imposibles de rastrear. Sabía que debía tener cuidado, que cualquier movimiento en falso podría ser su perdición, pero no podía dar marcha atrás.

Vestido de negro, con una chaqueta que ocultaba su arma, Taehyung se deslizó entre la multitud del club, observando cada detalle, cada persona. Sus ojos buscaban a un solo hombre, y cuando finalmente lo vio, sintió que el tiempo se detenía.

Allí, sentado en un sillón de cuero, estaba Jeon Jungkook. Su cabello negro resaltaba bajo las luces del club, y su expresión era tan fría como el hielo. Parecía despreocupado, como si el caos del mundo no fuera más que un juego para él. Taehyung sintió su corazón latir con fuerza, y al mismo tiempo, la ira se arremolinó en su pecho como una tormenta.

Jungkook levantó la vista, y por un instante, sus miradas se cruzaron. Taehyung sintió una descarga eléctrica recorrer su cuerpo; era como si el odio lo consumiera, como si su misión de venganza se hubiera encarnado en ese momento. Sin embargo, había algo en la intensidad de la mirada de Jungkook que lo descolocó, algo que no esperaba.

Jungkook apenas arqueó una ceja antes de apartar la mirada, como si Taehyung no fuera más que otro rostro en la multitud. Pero para Taehyung, aquel encuentro fugaz significaba mucho más. Era la primera vez que se encontraba cara a cara con el hombre que había jurado destruir, y aunque aún estaba lejos de cumplir su misión, sentía que había dado el primer paso en el camino hacia la venganza.

Esa noche, regresó a su departamento, su mente aún reviviendo ese breve encuentro. Sabía que Jungkook no lo había notado, pero el solo hecho de estar en la misma habitación, respirando el mismo aire, lo había llenado de una adrenalina que no había sentido en años. Ahora tenía un nuevo objetivo: acercarse a Jungkook, infiltrarse en su círculo, y ganar la confianza suficiente para atacarlo desde dentro.

Taehyung se sentó frente a su pizarra, su mente trabajando en un plan cada vez más elaborado. Su vida ya no le pertenecía; ahora estaba dedicada completamente a la destrucción de Jeon Jungkook.

-Voy a acabar contigo, Jungkook

Susurró en la oscuridad.

-Y cuando lo haga, te aseguraré de que sufras tanto como yo he sufrido.

El odio lo quemaba, pero también lo impulsaba a seguir adelante, y mientras esa llama ardiera en su interior, Taehyung no se detendría hasta cumplir su promesa.

Sombras de Venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora