TMI Fanfic- DIFERENCES.

Capítulo 13- Mentira.

Perdoooonen la tardanza xD
Normalmente actualizo por la mañana :v

Estos días voy a tener que estar yendo y viniendo por unas papelerías que necesito para semestre y sjsusbwj pues eso.

Probablemente mañana también tarde un poco en subir, o probablemente *grito* no lo haga :(

Pero seguro seguro pasado mañana haya haya doble capítulo.

De todos modos ya los tenía muy mimados y chiflados por actualizar tan seguido x'D.

Me encontré con esta imagen y me recordó a #Clalec xD Sé que es probablemente de un anime, pero como yo no veo eso... xD

Pd: La verdad siento que el capítulo me quedó un poco soso por las prisas D:

¡Besos y nos leemos!

Capítulo 13 - Mentira.

—Jonathan, —dijo Valentine al subir las escaleras fuera del porche en casa de los Herondale —Por favor, comportate cuando estemos ahí dentro. ¿Quieres?

No. No quería. Pero tampoco era como que se lo fuera a decir.

—Padre, —respondió el muchacho con una sonrisilla de inocencia—realmente me siento ofendido por la poca confianza que me tienes últimamente.

Valentine puso los ojos en blanco, y después una mano sobre el hombro de su hijo.

A pesar de ser mayor que él, ambos parecían tener la misma estatura, y su padre lo miró directamente a los ojos.

—No estoy bromeando, Cristopher. —le advirtió, encarando mucho las cejas. —Conozco tu forma de pensar en éste momento y sé que siempre le tuviste mucho cariño a Kelvie. Pero tienes que dejar de ser tan protector con ella igual que eres con tu hermana. Vas a sofocarla tanto que se va a cansar de ti, y por lo que recientemente he podido observar, alejar a Kell no es exactamente lo que tu pareces querer.

A Jonathan se le enrojecieron violentamente los pómulos.

En parte, porque sintió incómodo que su padre hablara con tanta naturalidad de lo que evidentemente él pretendía con Kell. En parte, porque se estaba metiendo en cosas personales y sin relevancia alguna.

Además, le había llamado Cristopher. Y él odiaba que le dijeran así.

Se sacudió la mano de su hombro.

—No sé que quieres decir —refunfuñó, y su padre se echó a reír ante aquello.

La puerta principal se abrió estrepitosamente.

Stephen Herondale era un hombre alto, corpulento y trajeado, con el pelo rubio recogido hacia atrás en una coleta. Llevaba una espada larga en la mano derecha, cómo si pensase que, el Inquisidor Morgenstern y su hijo, fueran un blanco enemigo.

Jonathan imaginó que más probablemente le gustara ir armado a todos lados, simplemente para causar intimidación a los demás.

Bastardo malnacido de...

—Inquisidor Morgenstern —replicó Stephen con amarga sorpresa, pronunciado las palabras como si fueran un mal chiste. —¿Qué te trae por aquí, viejo amigo?

Valentine saludó a su antiguo compañero de lucha con un áspero asentamiento de cabeza mientras se deslizaba al interior.

A Jonathan, que apretaba los molares, no le quedó más remedio que seguir a su padre también. Y se enervaba, alerta a cualquier señal que intuyera que la enana de cabellos largos se encontrara cerca.