Capítulo 23- Dulce coincidencia.

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Hodis bodis 7u7
¿Dónde se metió Sizzy?
¡Yo también quiero saber! Jaja.
MENTIRA muajaja. Yo sé perfectamente lo que Izzy y Simon hacen e.e
Whatever. Capítulo nuevo porque Yolo.

Capítulo 23- Dulce coincidencia.

Clary pestañeó dos veces, y balbució Alec muy suavemente antes de volver a caer en una ávida inconsciencia.

Liam Herondale, que estaba sentado de cuclillas frente a ella, se restregó los erizados cabellos rubios con una mano y escupió una maldición por lo bajo antes de volverse hacia  Sebastian con disgusto.

—Volvió a desmayarse — replicó, y se levantó de aquella incómoda posición sacudiendosé el polvo de los pantalones —Seguramente está deshidratada o algo así.

Sebastian parecía estar haciendo un esfuerzo sobrehumano por no reír.

—¿Deberíamos traer a Alec? —se burló —Ya sabes, para que le de un besito que la despierte.

Liam le dio un golpe con el puño cerrado en la nuca y su amigo se apartó para dedicarle una mirada resentida.

—¿Qué te pasa? —masculló con los ojos entrecerrados —¿A qué vino eso?

Liam no sabía en realidad porque lo había hecho (había sido algo más automático que nada), pero también pudo haber parecido que le molestaba su comentario, de modo que no le contestó nada.

Señaló al bosque con un ademán impaciente.

Los arces se habían  convertido de nuevo en
robles, y enormes raíces nudosas rasgaban su paso por la tierra
cubierta de musgo.

—Todavía falta mitad de camino para llegar. —indicó, analizando el horizonte con ojos escrutadores —Probablemente dos o cuatro horas más.

Sebastian miraba con curiosidad el cuerpo inerte de Clary tendido sobre la hierba anaranjada y seca, y sin voltear a ver a su amigo, encaró las cejas.

—Hadas —murmuró simplemente.

Liam dejó que un instante largo pasara antes de responder, a veces necesitaba dedicarle cierto tiempo a su amigo para que éste reconsiderara sus palabras. No lo hizo, de modo que Liam se limitó a observarlo con fijeza, más para ahorrarse un exabrupto que porque no supiera que responder a eso.

Sebastian al fin desprendió  los ojos de la muchacha y miró a Liam con una sonrisilla de incredulidad.

—Un kelpie le mordió el hombro. —repuso, cómo si le pareciera de lo más gracioso. —Es toda una puta coincidencia que hayamos pasado por aquí o de otro modo habría terminado muerta.

Liam hizo una mueca con los labios, y se acercó de nuevo hasta ella.
Un arbusto se abrazaba a la base de un árbol, sus ramas curvas como una campana, sus hojas cepillando el suelo. Debajo de él, descansaba Clary, quién tenía la parte superior del cuello rasgada y con costra.

Liam chasqueó la lengua.

—Dame tu estela. —pidió con la mano extendida.

Sebastian rió nervioso entredientes.

—¿Mi estela?

Liam tomó una respiración lenta, profunda. No se esforzó en tratar de parecer como si no quisiera ahorcarlo.

—Si, Sebastian. —refutó nuevamente, con una calma inquietante —Necesito que me des tu jodida estela  ¿Tienes problemas para hacerlo?

Sebastian lo miró mal, cómo si le hubiera pedido que le trajera los instrumentos mortales en su lugar.

—¿Y qué hay con la tuya? ¿Porqué no la usas?

Liam le devolvió la mirada con algo más que exasperación en sus palabras.

—¡No la traje conmigo! ¡Nunca la llevo! ¡Sabes perfectamente que yo prefiero que las heridas sanen con el tiempo!

Sebastian parecía cada vez más nervioso. Se llevó una mano a la nuca, acariciando el lugar dónde Liam le había golpeado.

—Pues yo tampoco.

Liam reprimió un suspiro y apretó los labios en una fina línea marcada.

—¿Tu tampoco qué ?

Sebastian ni siquiera le miró.

—No traje mi estela, tío ¿vale? —se desperezó con rápidez —La verdad no pensé que te fueras a tomar tan en serio todo ésto de buscar al brujo por tu cuenta.

Liam está a punto de escupir una blasfemia a su compañero, pero es interrumpido por un rumboso gemido de dolor.

Se volvió casi al tiempo en que Clary rodaba sobre un costado y tosía sangre. 

Ni siquiera fue consciente de sus movimientos, pero de un momento a otro se encontraba junto a ella.

Medueletodoelcuerpo. —balbució Clary sin dirigirse a nadie en realidad. Tenía la voz rasposa y ronca, cómo si alguien hubiera pasado una lija de aluminio a través de su garganta.

Liam la miró toser sangre de nuevo, y después se volvió para mirar a Sebastian hacer una mueca de asco.

—Necesita una iratze.

El chico de cabellos oscuros encaró las cejas pobladas.

—¿Vamos a tener que regresar? —le preguntó con agudez, evaluando la situación de la peor manera —¿Después de todo lo que caminamos?

Clary pareció cobrar plena consciencia de que se encontraba junto a Liam, y se alejó de él con un encogimiento impulsivo.

Liam sintió algo tronar dentro de su garganta, algo como un enorme nudo, pero habló con firmeza.

—No, por supuesto que no vamos regresar. Bastante hemos caminado ya. Pero no podemos dejarla aquí tirada como si nada.

Sebastian parecía un pequeño haciendo un mohín.

—¿Porqué no?

Liam le dedicó una mirada fiera ordenando que se callara, y de nuevo volcó su atención a Clary que seguía retorciéndose por la tos.

No hizo ademán de acercarse ella, pero alzó el mentón en su dirección.

—¿Puedes caminar?

Ni siquiera podía respirar, de modo que no le contestó nada. Seguía tosiendo con irriadez.

Liam puso los ojos en el cielo. El sol se ahogaba ya bajo el peso de un crepúsculo morado mientras los árboles parecían absorber aquella energía, sus flacos troncos y ramas delgadas y agraciadas, que alcanzaban los cielos como esperando
rozar las estrellas.

—Pues bien —recitó, dirigiendo sus palabras a Clary con amarga diversión —Supongo que voy a tener que llevarte en brazos.

TMI Fanfic- DIFERENCES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora