Conter ya no sabía qué hacer.
No sabía cómo había terminado así.
Estaba hecho un desastre.
Amilcar hacía rato que se había ido.
Parecía haber disfrutado el sufrimiento de Conter pues terminó incluso tratando de emborracharlo hasta que tuvo que irse.
Supuestamente, tenía cosas que hacer, al menos era la excusa que le había puesto a Conter.
Aunque, ¿qué planes podía tener a las 3 a. m.?
Realmente no tuvo tiempo de preguntárselo, pues sin darse cuenta ahora se encontraba en el suelo del cuarto de Amilcar hecho un desastre.
Al menos su amigo no lo había sacado de la habitación, pero no sabía si eso había sido una buena decisión, dejarlo solo con alcohol específicamente.
Estaba llorando a más no poder, tenía su teléfono en su mano, mientras que en la mano contraria tenía una bebida que Amilcar le había enseñado a hacer, la cual había estado tomando constantemente.
Sus lágrimas caían por sus mejillas sin parar, su nariz estaba completamente roja y su cuerpo temblaba levemente.
— Responde... responde. Por favor. — Soltó un par de sollozos más mientras miraba su teléfono y marcaba un número en específico que conocía de memoria.
Escuchó el ruido de que la llamada había entrado durante unos momentos, con la esperanza de que atendiera esta vez.
— ¡Responde, hijo de puta! — Tomó el contenido restante de su bebida. — Por favor...
Hizo un puchero al escuchar el buzón de voz.
— Dios mío...
Lágrimas cayeron nuevamente de sus ojos a sus piernas cuando escucho el silencio en la habitación, estaba todo tan callado, todo tan solo.
Estaba solo.
Todo lo que quería era escuchar la voz de Spreen y decirle que lo quería de alguna forma tonta. Así fuera entre insultos o literalmente confesarle sus sentimientos en plena llamada sin importarle que tan alcoholizado estuviera.
Pero aquel híbrido oso no respondía sus llamadas ni mensajes.
No sabía siquiera si estaba bien o si había llegado a casa, después de que huyera había desaparecido y ahora ni siquiera sabía que más hacer.
Estaba llorando por él, porque lo extrañaba y porque todo lo que podía pensar desde hacía tanto tiempo era en él, no podía dejar de pensar y dudar de sus propios sentimientos.
Claro que le gustaba, pero ya no sabía si valía la pena seguir esforzándose.
Seguir esperando.
Más allá de sus sentimientos, ambos eran buenos amigos, ¿por qué no podían quedarse así? Podía conformarse con los ocasionales "te quiero, amigo" que le daba en borracheras, podía seguir fingiendo, podía seguir viviendo con la dinámica caótica que tenían.
Podía conformarse con su amistad...
Aunque muy en el fondo sabía que no podía. Ya no.
Porque había pasado tanto tiempo queriendo estar con él, soñando que algún día Spreen volteará a verlo con otros ojos, que simplemente no quería dejarlo ir, ahora que tenía una pequeña posibilidad de que pasará algo más, realmente no quería.
Por muy estúpido que fuera Spreen, realmente lo amaba.
¿Realmente así se sentía amar?
Si así era, entonces no quería volver a amar.
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¿Celos o egoísmo? | 『 Spreenter 』✰
Hayran KurguDedsafio 3 inicia, los chicos del team Tryhard, siendo ahora llamados "mafia", vuelven a ser convocados a las aventuras de aquel peligroso pueblo. Sin embargo, Conter y Spreen con asuntos sin resolver del pasado podía ser un peso y dificultad para...