Confrontación y miedos

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Chiara

Después de un fin de semana muy soft, por fin tocaba volver a la oficina, la verdad es que no tenia muchas ganas pues sabia que me iba a encontrar con Lucia y no tenia ni una pizca de ganas de verla.

Sabia que tenia que hablar con ella y dejarle las cosas claras pero también me daba miedo lo que pudiese pasar. Cuando llegue a mi puesto de trabajo me sorprendí de no verla allí ya que siempre llegaba antes que yo.

Estuve toda la mañana esperando a que viniera pero no apareció por allí, supongo que se habrá puesto enferma, tendré que esperar a mañana. En el fondo agradecía que no hubiese venido pues tampoco sabia que decirle, la verdad es que todo esto es muy complicado.

Cuando dieron las dos me dispuse a recoger para irme a casa con Violeta pero lo que me sorprendió fue encontrármela en la puerta.

- ¿Qué haces aquí?- pregunte bastante sorprendida.

- Bueno, como tengo una ecografía esta tarde he pensado que podíamos comer en la pizzería del puerto y luego ir juntas a la cita. ¿Qué te parece?

- No se me ocurre mejor plan.- le dije con una sonrisa y abrazándola.

Pero no esperaba que en este encuentro apareciera Lucia. Cuando la vi no tenia buena cara, tenia la vista muy cansada y el pómulo algo morado a causa seguramente de un golpe, ¿Qué le había pasado?

- Hola.- le dije con una sonrisa algo forzada.

- Hola.- me respondió con un tono de voz muy bajo y sin mirarme a la cara.- ¿Veo que lo habéis arreglado. Que pena por ti Chiara.- siguió mirando hacia nuestras manos que estaban juntas y con cierta mueca de desagrado.

Gire mi vista hacia Violeta, su rostro se entristeció y sabia que se refería a las palabras que había dicho Lucia. Preferí no responderle, no quería entrar en su juego.

- ¿Por qué no has venido esta mañana?- pregunte intentado sacarle información para averiguar el porque de su estado.

- Me han echado.- dijo mirándome por primera vez desde que habíamos empezado a hablar.

- ¿Por?- volví a preguntar. Eso explicaba el motivo por el que no había venido pero no el porque de sus heridas.

- Me pillaron el viernes drogándome en el trabajo.- dijo volviendo al mismo tono del principio.- Pero es que necesitaba ese chute. Después de irme de tu casa, volví a la discoteca y me pelee con unos chavales que había allí. Necesitaba descargar todo lo que llevaba dentro de mi, Chiara me dejaste a medias por esta.- dijo señalando a Violeta.- Pensé que te gustaba, que tenias algún interés por mi pero me rechazaste y me dejaste echa mierda. Así que todo esto es culpa tuya.- concluyo con su historia.

- ¡¿Culpa mía?!- exalte sorprendida por sus palabras.- Lucia, yo nunca te he dado esperanzas para que pienses eso. Entiendo que los sentimientos no es algo que no se puede controlar y que te haya rechazado te haya dolido pero no me puedes culpar de que pelearas con unos y luego te despidieran por drogarte en el trabajo.- dije cabreada.

- Tienes razón...- me respondió como si entendiese lo que he dicho.- ¡Esto es culpa tuya!- termino de decir señalando a Violeta.- Casi la tenia en mis brazos pero tuviste que llegar tu y estropearlo todo. Sabes, eres una persona repulsiva, lo único que quieres es que todos estén atentos a ti pero en verdad nadie te quiere alrededor, todo el que esta a tu lado te acaba abandonando. Me da pena el niño que llevas dentro porque va a tener a la peor madre del mundo, eres hipócrita, manipuladora, falsa, aprovechada, vamos en definitiva, eres una zorra.

Con cada palabra de Lucia, Violeta se echaba para atrás, se hacia mas pequeña y no iba a permitir que siguiera hablando así de ella.

- ¡Cállate!.- dije muy seria.- No te atrevas a hablar así de ella. Ella es la mejor persona del mundo, es apasionada, inteligente, protectora, atenta. Vamos las cosas que tu nunca podrás ser porque no eres capaz de ver mas allá de ti. Ella no tiene nada que ver contigo y te pediría que nunca mas su nombre saliera de tu boca y con ello te pido que tampoco saliera el mio, no quiero seguir hablando contigo después de todo esto. No solo me has hecho daño a mi, también se lo has hecho a la persona que mas quiero en este mundo. Así que si nos disculpas, la chica mas maravillosa de este mundo y yo tenemos que ir a comer para luego ver al mejor pequeño del mundo, adiós.- termine de hablar y cogí la mano de Violeta para sacarla de ahí.

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