Atardecer

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Chiara

Habían pasado tres semanas desde la conversación con los chicos y yo no podía estar mas feliz por como se había dado todo. Los chicos apoyaron un montón a Violeta y ella estaba muy contenta pues por fin, después de tanto daño había dado con gente que la quería.

Mi relación con Violeta se había reforzado aun mas en estas ultimas semanas. La ayudaba cuando se ponía indispuesta o cuando estaba excesivamente cansada me encargaba yo de sus tareas. No me molestaba para nada hacerlo pues cuando tuvimos la conversación le prometí que no la iba a dejar de lado y así hago pero creo que pasar tanto tiempo juntas estaba empezando a alterar mis sentimientos por ella, mas aun de lo que ya estaban.

Había quedado con Denna y Ruslana para tomar un café y ponerme al dia con ellas pues desde que pasaba mas tiempo con Violeta las había abandonado un poco.

- Hombre, la reina de roma nos plasma con su presencia.- dijo Ruslana en un tono cómico.

- Muy gracioso Rus.- dije yo rotando los ojos.

- Bueno, hace una semana y media que no nos vemos.- dijo Denna.- Que te dijimos el fin de semana pasado de salir y no quisiste.

- Porque estaba muy cansada, no todos podemos llevar el ritmo de Ruslana.- dije yo riendo, pero como siempre mi pelirroja tenia un as bajo la manga.

- Bueno, vamos a pensar que es por eso y no porque cierta pelirroja embarazada no quería salir.

- No fue por eso, le dolía el abdomen y yo me quede con ella para cuidarla.- dije sin darme cuenta de mis palabras.

- ¡Entonces te quedaste por ella!.- dijo Ruslana en un tono alto de voz y pegando un golpe en la mesa que llamo la atención de las demás mesas.

- ¡Ruslana!- dijimos Denna y yo a la vez riéndonos

- Perdón.- dijo bajando su tono de voz.- Entonces, admites haberte quedado por ella.

- Si y no, me quede porque estaba cansada y por que me apetecía estar mas con ella cuidándola que salir por ahí a pillar un pedo, nada mas.

- Madre mía lo que hace el amor.- dijo Ruslana riéndose

- ¿Que? ¿Yo enamorada de Violeta?. Que va, solo somos muy buenas amigas.

- Bueno, los planes que hacéis juntas no son muy de amigas.- dijo esta vez Denna.-Salir a pasear por la playa para ver el atardecer... No se Kiki, pero eso nunca lo has hecho con nosotras.

Puede que Ruslana y Denna no fueran por muy mal camino. Desde que vi por primera vez a Violeta muchas mariposas revolotearan por mi estomago. Pero se que ella nunca sentiría nada por mi, solo me ve como una amiga, además de que lo único que le preocupa ahora es su embarazo y que es lo que va hacer ahora.

- Supongamos, que me gusta Violeta.- Dije mientras en la cara de Denna y Ruslana aparecía una gran sonrisa.- Seria imposible que ella sintiera lo mismo por mi.

- ¿Por qué dices eso?- pregunto Denna

- Vamos, ella solo me ve como una amiga, esta clarísimo. Además ella no tiene tiempo para pensar en otras cosas que no sea lo que va a hacer con el embarazo.

- Tu no sabes lo que ella siente por ti, Kiki. Además es obvio que le gustas y a ti también aunque digas que no, porque cuando estas con ella no piensas en otra cosa.- respondió Denna.

- Estáis muy equivocadas. A mi no me gus...- el sonido de mi teléfono interrumpió lo que me estaba diciendo.

Mire la pantalla y vi el nombre de Violeta, una sonrisa apareció en mi cara y fui rápidamente a contestar provocando que Denna y Ruslana se rieran por la situación.

- Bueno, chicas, me voy. He quedado con Violeta para ver el atardecer y ya voy tarde.- dije apurada pues no me había dado cuenta de la hora y iba muy tarde.

- Chiara, no niegues lo evidente. Te gusta Violeta y no lo puedes esconder y aunque no lo creas a ella también le gustas.- dijo Denna sabiamente

Una vez me fui las palabras de Denna me dejaron pensando. Es cierto que Violeta me gustaba muchísimo pero ella solo me veía como una amiga y nada mas, prefería tener eso a no tener nada.

Violeta

Me encontraba ya en la 5 semana de embarazo, todavía no había decidido que hacer, era un mar de dudas. Pero por suerte en ese mar de dudas siempre estaba Chiara para ayudarme, en las ultimas semanas me había ayudado muchísimo cuando yo estaba cansada aunque le insistiese que no hacia falta.

Mis sentimientos por ella eran extraños, me gustaba estar con ella y me hacia sentir cómoda en todo esto que estaba sucediendo pero sabia que solo eso lo hacia por amabilidad y no porque le gustase estar conmigo, vamos quien quería estar con una chica embarazada de su hermano. Además prefería no decirle nada de lo que rondaba mi cabeza a romper nuestra amistad para siempre.

Chiara y yo habíamos quedado para ir a ver el atardecer, una actividad que hacíamos desde el día que nos enteramos que yo estaba embrazada. Me encantaba mirar como el sol desaparecía tras la montaña, de como en el agua se reflejaba el sol, de como brillaban los ojos de Chiara cuando se quedaba anonadada mirándolo. Era una actividad perfecta.

Tras un rato esperando Chiara finalmente apareció con la respiración acelerada de haber venido corriendo.

- Lo siento Vio, se que llego tarde pero me he entretenido con las chicas.- me dijo Chiara intentando recuperar la respiración.

- No te preocupes Kiki, llegas justo a tiempo.- le respondí con una gran sonrisa.

Ambas nos sentamos en la arena mirando el atardecer mientras nos poníamos al día de todo lo que habíamos hecho.

- Y entonces los dos pequeños entraron en una pequeña pelea sobre si el libro de matemáticas era rojo o azul.- le conté a Chiara una anécdota que me había sucedido en la librería.

- ¿Y llegaron a un acuerdo?.- me pregunto toda intrigada por el final de esa historia.

- La verdad es que no, pero yo apoyo al chaval que decía que el libro era azul, vamos de toda la vida ha sido lengua rojo y mates azul.

- ¿Perdona? En todo caso será al revés. Y tu dices que has estudiado literatura.- me respondió Chiara riéndose.

- Retira lo que has dicho guiri.

- ¿Qué me has dicho?- dijo ella acercándose a mi lentamente.

- Guiri. Te lo repito letra por letra.- le respondí sin ningún miedo.

En ese momento Chiara se echo sobre mi y empezó a hacerme cosquillas por mi abdomen. Yo no podía parar de reír, sabia que ese era mi punto débil.

- ¡Chiara, para por favor. Me voy a hacer pis de la risa!

- Pues retira lo que has dicho y admite que lengua es azul y mates rojo.

- Nunca

- Pues no paro

Chiara me seguía haciendo cosquillas y yo no podía mas, así que se me ocurrió un plan.

- Kiki, si tu admites que el libro de mates es azul y el de lengua rojo, yo nunca mas te llamo guiri.

Chiara se lo pensó unos segundos mi propuesta pero finalmente acabo accediendo.

- Vale, tu ganas.

- Muy buena decisión, guiri.

- ¡Oye! Me habías prometido que no me ibas a llamar mas así.

- Tenia los dedos cruzados.- saque la mano de mi espalda y le mostré la evidencia.

- Serás tramposa.- me respondió mientras se volvía a acercar a mi.

Me levante rápidamente para que no me pudiera alcanzar y ambas corríamos por la playa mientras reíamos y el sol se escondía tras nosotras.

Hogar- KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora