Armario

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Chiara

Eran las 8 de la mañana cuando me desperté y lo primero que vi nada mas despertarme fue el rostro dormido de Violeta, se veía tan guapa, su pelo despeinado, el tirante del pijama bajado el cual no dude en ponérselo bien. Tenia muchas ganas de besarla pero obviamente iba a respetar lo que hablamos y hasta que no estuviese lista no iba a hacer nada.

Le empecé a acariciar el rostro suavemente, lo que provoco una pequeña risa en ella y que abriera los ojos lentamente.

- Buenos días Kiki, ¿Qué hora es?- me dijo mientras se frotaba los ojos intentando despertarse.

- Buenos días Vio, son las 8:15, hora de despertarse.- dije respondiendo a su pregunta sin dejar de acariciarle.

- No quiero ir al trabajo, te cambias por mi.- dijo mientras cerraba de nuevo los ojos.

- No eres lista ni nada.- dije mientras me reía.- Mira, mientras te duchas yo preparo el desayuno. ¿Qué te parece?

Vi que era una buena idea cuando Violeta se levanto rápidamente de la cama para ir al baño. Acción que yo repetí pero para ir a la cocina a preparar el desayuno, no iba a ser algo muy elaborado pero si algo contundente para que Violeta tuviera fuerzas para afrontar la mañana. Prepare un par de tostadas con jamón york y aguacate de Motril, un bol con algunas fresas y un café para mi y una infusión para ella.

Lo lleve todo a la mesa del salón cuando vi que Violeta había salido del baño, llevaba la toalla enroscada en el cuerpo. Me perdí en su cuerpo, como la toalla marcaba sus curvas, era impresionante.

- Me vas a gastar de tanto mirarme.- me dijo con un tono de voz bastante seductor. Ella si sabia ponerme en situaciones comprometidas.

- Perdón.- dije bajando la mirada y poniéndome roja.

- No pidas perdón por eso, ya me pondrás tu otras veces en situaciones iguales.- me respondió con una sonrisa.

Ambas nos reímos mientras nos sentábamos en la mesa para tomar el desayuno. Me estaba costando mucho mirarle a la cara y muy en el fondo quería que el nudo de su toalla se deshiciera. El desayuno fue de lo mas entretenido, no parábamos de sonreír las dos, como había echado de menos estar así con ella.

Después de terminar el desayuno, Violeta se fue a vestir y yo recogí todo de la mesa. Tengo que reconocer que desde que vivo con Violeta estoy intentando ser mas ordenada, aunque me cuesta mucho lo consigo.

- Te recuerdo que esta tarde tu, yo y tu armario tenemos una cita.- me dijo Violeta una vez había salido de su habitación ya cambiada.

- Jope, pensaba que se te había olvidado.- dije con una mueca de frustración.

- Venga, si terminamos pronto luego vamos a ver el atardecer, que ambos echamos de menos verlo contigo.- me respondió mientras se acariciaba el vientre.

- Vale.- dije devolviendo la sonrisa a mi rostro.

La mañana se me estaba pasando muy lenta, quería que llegase la hora de comer para estar otra vez las dos juntas. Había echo de todo, salir a correr, recoger un poco la casa, hacer la compra semanal de mis yogures lima-limón, prepare la comida, me decante por un gazpacho bien fresquito y unos filetes de pollo e hice también algunas tareas del trabajo.

Mientras hacia los informes me puse a pensar en Lucia y en todo lo que había pasado, es cierto que ella tenia sentimientos hacia mi y entiendo que fuese mas cariñosa conmigo pero lo que no voy a consentir es que se meta con Violeta porque ella no le ha hecho nada, así que el lunes cuando la vea le diré que se disculpe con ella, además de que le pediré que se distancie de mi, si, era lo mejor para las dos.

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