Hola

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Violeta

Solo hacia unas horas que había llegado a Motril y ya pude sentir como mi cuerpo y mi mente se relajaba de todo. Esto era lo que necesitaba.

Lo primero que hice nada mas llegar fue buscar un lugar donde quedarme a dormir, pues no podía pasar la noche en la calle, busque un sitio barato ya que no podía gastar mis ahorros en el hotel, lo que me hizo pensar en que lo próximo que tenia que buscar era un trabajo, pues mis ahorros no eran muchos y tenia otras necesidades que cubrir.

Tras instalarme en el hotel busque un restaurante donde cenar, mientras paseaba por el pueblo no pude evitar fijarme en lo bello que era, sus calles tan misteriosas y llenas de vida.

Finalmente logre dar con un pequeño local que tenia mucho encanto. Entre y me senté en la barra.

- Hola- le dije a la camarera bastante atractiva con una sonrisa.

- Buenas- me respondió ella devolviéndome la sonrisa- ¿Qué vas a querer?

- Por ahora ponme una cerveza.

- Muy bien

Cuando me trajo la cerveza, me dio también una carta con lo que tenia y vi los precios se me quitaron las ganas de comer, no era caro pero hice mis cálculos y si me pedía un plato de esos, me iba a quedar con menos de 100 € ahorrados, por lo que me debatí si era mas importante comer o dormir. Acabe optando por lo segundo.

Me bebí como unas dos cervezas yo sola y me arrepentí un poco de no haber pedido nada, me estaba muriendo de hambre. Llevaba un rato sola con mis pensamientos hasta que la camarera se me volvió a acercar con un bocadillo de jamón a mi

- Toma guapa- me dijo con una sonrisa

- Perdona, yo no he pedido nada- dije extrañada.

- Ya lo se, esto corre a cuenta de aquella chica de allí.

Cuando me señalo hacia la derecha, la vi. No había visto una chica mas guapa en mi vida, la camarera se quedaba en nada comparada con ella, su pelo negro por encima de los hombros, sus ojos verdes en los que me perdí unos cuantos segundos y su sonrisa que deslumbraba simpatía. Me había quedado tanto rato mirándola que no me había fijado que se había acercado hasta mi.

- Hola, soy Chiara

- Hola, Violeta, encantada

Chiara

Me había pasado todo el día buscando un inquilino pero sin mucho éxito, así que decidí acercarme hasta el bar de Denna para ver si alguien había preguntado. Cuando entre vi a una pelirroja que me cautivo desde el primer momento. Era preciosa, tenia una cara esculpida por dioses, unos ojos hipnóticos y de su cara salía una pequeña sonrisa de la que pude percibir un pequeño hoyuelo. Mi amiga se había dado cuenta del pequeño lapsus que tuve al entrar.

- Tierra llamando a Chiara- dijo Denna entre risas

- Eh?- dije yo confundida

- Que te has quedado embobada viendo a esa chica- me respondió mi amiga entre risas.

- ¿Quien? ¿Yo?. Pues claro que no, si te estaba escuchando

- ¿De que estaba hablando?

- Pues...- me quede en blanco sin saber lo que decir- Vale, puede que me haya distraído, pero la has visto, es muy guapa.

- Si, la verdad es que si

- Bueno...- respondí yo algo celosa de las palabras de mi amiga.- ¿Ha preguntado alguien por el anuncio?

- No, nadie ha pasado, lo siento Kiki

- No pasa nada.- le respondí yo algo desilusionada pero volviendo mi mirada a la pelirroja de la barra.- ¿Cuánto tiempo lleva sola?

- Uy, cuanto interés por la chica, ¿no?.- me respondió entre risas

- ¡Denna!.- dije yo poniéndome roja de la vergüenza.

- Lleva toda la noche sola. ¿Por qué no la invitas a algo?

- ¿Qué dices? ¿Estas loca?

- Vamos, no es ninguna locura, así tienes una excusa para acercarte a ella.

- Esta bien.

Al final accedí y mi amiga le llevo un bocadillo, luego le dijo unas palabras que no logre captar pero que hicieron que ella girara la cabeza hacia mi y yo me acerque hasta donde estaban.

- Hola, soy Chiara.- le dije con la mayor de mis sonrisas

- Hola, Violeta, encantada.

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Ahora si, comenzamos con la acción

Preguntas que tengáis después de estos dos primeros capítulos, os puedo adelantar que va a ser una novela muy soft, no hay mucho drama.

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