Epílogo

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Kenna Mcoy

El día siguiente.

Por mi mente pasan miles de cosas y ninguna es a mi favor.

El mensaje del detective solo decía un lugar y la hora, nada más. Sin especificarme para qué quería hablar conmigo, insistió que debíamos de vernos con urgencia. No creo que haya encontrado a mi tía. Tuve que dejar todo arreglado en el departamento de Leila y, lo que no pude dejar, Naia se está encargando de ello para poder llegar a tiempo. 

No hace falta decir que no me lo esperaba. Nada. No me esperaba nada de esto.

La verdad es que conocerla después de lo sucedido no fue tan mal como lo supuse. Ella es atenta, divertida y muy directa. No me cabe duda del porqué Jeremiah, Jackson y ella se llevan tan bien. Lo único que debo pensar es que se ha portado de maravilla conmigo, no ha sacado el tema de mi amiga ni una sola vez y la atención que me otorga es mejor de la que yo puedo darme en estos momentos.

No me avergüenzo, es lo que necesito.

Manejo por la carretera iluminada por más de miles de luces, moviendo las manos sobre el volante del auto que me tocó alquilar. Cuando tengo que doblar hacia la calle a mi derecha, el corazón me salta en sorpresa al pasar cerca del Pick a Bagel.

Odio cada vez que esto sucede.

Evito pasarme las manos por la cara en busca de eliminar las imágenes que llenan mi mente, pero no lo logro y eso hace que las lágrimas que vengo aguantando desde que salí del condominio salgan nublándome un poco la vista.

Creo que sus ojos marrones, iluminados y lagrimosos no se me van a olvidar nunca.

Siento, en mi interior, que he tomado una buena decisión con respecto a lo que tenemos. Sé que no está lejos de mi ni yo de él, pero el hueco que ahora hay entre los dos solo se puede llenar con el tiempo y la distancia.

Justo ahora no quiero pensar mucho sobre mis sentimientos porque todas mis emociones parecen estar a flor de piel, estoy extremadamente sensible y el ambiente paciente y caótico de Nueva York no ayuda para nada. Por los momentos prefiero seguir evitando aceptar lo que sé y seguir alejándome de todo lo que me retrasa con respecto a mi plan desde el principio.

Sin embargo... Si es amor lo que siento, quiero saborearlo antes de entregárselo.

Por más que quiera estar junto a él, ambos tenemos cosas que resolver. Al final, el tiempo dictará nuestra sentencia final...

La intensidad de lo que siento por ese hombre no es normal, no para mí, porque no estoy acostumbrada a querer a alguien de una manera tan bonita, intensa y liviana. Algo pasa dentro de mi corazón cada vez que lo veo a los ojos, o cuando estoy a punto de dormirme y no puedo hacerlo porque me gustaría tenerlo cerca... a mi lado, simplemente respirando a mi compás.

Es estúpido el hecho de que me pueda dormir más rápido siempre y cuando lo tenga a él en mi mente.

Ayer me esforcé mucho por no besarlo de nuevo, por no lanzarme encima de él para evitar que se fuera.

Quiero tenerlo para mi toda la vida. Quiero despertar a su lado, quiero llorar en su hombro, quiero sentir sus brazos pegados a mi espalda... o su pecho. Lo quiero todo de él, y si no lo dejaba ir y lo destruía conmigo en el proceso, no me iba a perdonar eso nunca.

Es peligroso lo que siento por él.

Muy peligroso.

No para nosotros, sino para las personas a nuestro alrededor que no quiere más nada que vernos mal.

Tercera Base. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora