Capitulo 44. Latidos del corazón

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Hola mi gente, creo que con esto quedo más que claro que ya los fines de semana no son dias especificos de actualización, pero en fiiin aquí les traigo nuevo cap que espero les guste y pues...ni yo se lo que escribi jajaja Disfrutenlooo ❤️❤️🫶.

ni yo se lo que escribi jajaja Disfrutenlooo ❤️❤️🫶

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―Se siente extraño. ―Susurro para sí mismo, sus delgados dedos acariciaban las marcas en su cuello, había optado por dejarlas y que se desvanecieran por si solas. Eran vistosas, el morado de la zona contrastaba con su piel pálida, quienes las habían visto se sorprendieron, no era normal que el hombre permitiera esas marcas, mucho menos que se las hicieran, se sabía que era muy demandante en cuanto al sexo, dejarse tocar y marcar era una cláusula que nadie podía romper.

―Apúrate Mikey, todos te esperan en el salón. ―La voz de Draken interrumpió sus pensamientos.

Mikey suspiro, aun cuando la ToMan debía dejarse atrás, debía resolver asuntos pendientes, nada más que formalidades y papeleos, otra tediosa y aburrida junta donde solo tenía que poner su cara de malo y disociarse sin prestar atención, de eso se encargaba Draken.

― ¿No crees que son lindas Ken-chin? ―preguntó, seguía tocando aquellas marcas mientras se veía al espejo, su torso estaba desnudo y su cabello negro aun goteaba, apenas había salido de la ducha se colocó frente al espejo a admirarse por unos minutos.

―Siendo sincero no, me parecen algo de mal gusto y que no haría, ni permitiría que me hicieran― dijo con disgusto, pero su rostro se mantenía serio. ―Se que a ti no te incomodan, pero también sé que no permites que nadie siquiera te deje un rasguño, si eso pasa, solo lo desvaneces ¿Qué cambio?

―Tampoco lose. ―Se encogió de hombros, tomo la playera negra que estaba en el mueble frente a él, la prenda permitía dejar al descubierto aquellas marcas, era obvio para el otro que quería lucirlas y presumirlas, la personalidad a veces infantil de Mikey, lo hacían alguien posesivo y presumido sobre aquello que le causaba orgullo o gusto. ―Supongo…que las siento como un logro, es una prueba de que me estoy acercando a mi objetivo. ―Sus palabras parecían más un intento de autoconvencerse que de dar una respuesta.

Draken suspiro y decidió ya no decir nada, conocía a Mikey desde hace años, él también había sido un niño adoptado por Mansaku para entrar en un equipo de elite, era un adolescente cuando vio por primera vez a Mikey, pese a que este era mayor, no solo su estatura, sino su personalidad lo hacían ver como un niño pequeño desde su perspectiva. Desde entonces se habían vuelto inseparables, se había convertido en su mano derecha y en la persona que más confiaba, Draken era más que un amigo para él, era su guía, su brújula, la voz en su cabeza que lo había atado a lo que quedaba de su humanidad, era su hermano, aquel que estaría para él sin importar las circunstancias, que lo reprimía y lo aconsejaba, que aun con todo lo malo, solo lo regañaba, le enseñaba, pero no lo juzgaba. Draken conocía a la perfección al hombre, porque era de los pocos que sabían de su pasado y que no lo habían chantajeado por ello.

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