Capitulo 38. Hakkai Shiba: películas de terror

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―¿Quién se cree ese idiota? ― Takemichi se movía de un lado a otro, con pasos pesados y mordiendo la uña de su pulgar, las palabras de Mitsuya le causaban estragos en su interior, le había molestado la forma en que le hablo, como pretendía saber cosas que ni él mismo sabia, como si no se conociera a sí mismo, le parecía estúpido

―no dejes que te afecten tanto sus palabras, de seguro escucho nuestra conversación y lo de tu plan para cautivar a ese demonio, solo por eso dijo todas esas cosas― con una voz suave, Hinata intentaba calmar los nervios del hombre, ella había escuchado con atención cada palabra que Mitsuya había dicho y parecía tener cierta razón, ella entendía que en el fondo Takemichi estaba deseoso de amor por la vida solitaria que había llevado, además de que era cierto que este se había besado varias veces con Manjiro, si bien esto no era algo determinante para deducir que Takemichi estaba enamorado si era notable que no le desagradaba los acercamientos físicos con el hombre ―intenta respirar y calmarte, recuerda tu plan y porque estás aquí― dijo con preocupación, sus manos se mantenían enlazadas cercas de su pecho intentando calmar su propio palpitar

―es que es simplemente absurdo, el enamorarme de él solo es una idea tonta que use para que Mikey no me asesine en seis meses y poder obtener un poco de su ayuda― dijo con frustración, su mirada se mantenía fija en sus pasos para intentar concentrarse en aquellos pensamientos que los atormentaban

―si ese es tu plan ¿Por qué te molestas? Mejor acepta que quieras o no estas cayendo en su trampa, admite que te atrae, después de todo parece ser el gran don de ese hombre y no es algo de lo que puedas escapar fácilmente

― ¡que no estoy enamorado de Manjiro! ― grito hacia la chica, esta se asustó al verlo más que enfurecido, apretaba su quijada con fuerzas y sus cejas parecían unirse al estar frunciendo el ceño ―perdón no quise gritarte así― dijo con voz más calmada e intentando relajar su expresión

―descuida― dijo con una sonrisa, camino hacia él y se permitió abrazarlo, recargo su cabeza en el pecho del hombre que subía y bajaba con rapidez ―será mejor que te mantengas tranquilo, aun tienes que pasar tiempo con él. Ve adentro, yo me tengo que ir, solo recuerda a lo que viniste, a obtener información y conocer el punto débil de cada uno de esos demonios―Takemichi sonrió ante las palabras de la chica, sin duda Hinata parecía tener un don y una suave voz que lo hacían relajarse

―tienes razón, ese hombre parece hasta ahora no tener un punto débil como los demás, necesito descubrir con que puedo atacarlo

―él dijo que vendió su alma para cumplir su deseo, ahora él siempre consigue fama y éxito al parecer, aun así aparenta ser alguien tranquilo, puede que estar acostumbrado a ello ya lo aburrió o es demasiado confiado y piensa que jamás perderá eso― dijo pensativa intentando descubrir un poco más del hombre, su rostro era sereno y no parecía inmutarse con el estrés del trabajo pero aun así, al final, su rostro demostraba que había perdido la cordura ―creo que al igual que todos el poder lo descontrola

―puede ser― dijo tomándola de los hombros y separarla de él ―tomare en cuenta tus palabras, gracias por haber venido conmigo, extrañaba pasar tiempo a tu lado― ante sus palabras llenas de cariño la chica se sonrojo, sus sentimientos aun seguían latentes ―ve con cuidado, nos veremos después― dijo despidiéndose de ella con un beso en la frente.

Hinata sonrió y se despidió de Takemichi alejándose de aquel edificio para tomar un taxi. Takemichi suspiro y tomo fuerzas para adentrarse de nuevo con Mitsuya, aunque previamente le habían dicho que de todos era el que se podía considerar más bondadoso y posible a ayudarle, sentía que había sido engañado, el hombre solo poseía un aura tranquila pero aun así parecía estar igual de loco y deseoso de poder al igual que el resto.

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