Capitulo 3. Plan

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  Los pasillos eran demasiado largos para su gusto, pero era de esperarse, el lugar era bastante grande con un sinfín de habitaciones, demasiadas, no es como si se usaran cada una de ellas, la mayoría eran habitaciones y espacios vacíos con una que otra decoración, admite que le causaba un poco de gracia, pues un lugar tan grande y tan solo la oficina además de dos habitaciones eran realmente utilizadas, pero que podía esperar si el dueño del lugar era un maldito egocéntrico que se creía una especie de rey. Soltó una carcajada que resonó en el lugar, de solo pensar en ese hombre le dolía la cabeza, es que no había conocido en toda su existencia un tipo tan molesto y quisquilloso como lo era él, era berrinchudo y mimado, su carácter era horrible y difícil de lidiar, un tipo realmente irritante y estresante, pero pese a sus infinitos defectos no se lo podía sacar de su cabeza, lo amaba como no lo había hecho por nadie más, era su obsesión, solo por eso podía soportar sus rabietas, que si lo pensaba, él tenía algo de culpa, pues el mismo se había encargado de complacer cada deseo y cosa que quisiese, uno de ellos había sido la mansión que ahora misma recorría. 

Llego después de un extenso recorrido a la oficina, tiro el cigarro que traía y acomodándose el traje abrió la puerta para entrar, donde apenas enfrente de él se encontraba tras un gran escritorio de madera fina, la silueta de un hombre que le daba la espalda.

―hueles a tabaco ―dijo el hombre detrás del escritorio quien ni siquiera se había inmutado ante la llegada del contrario. El otro no hizo más que reírse.

―yo también te extrañe

―creí haberte dejado en claro que no me gusta que fumes

―oh vamos como si me fuera a morir por ello ―con lo dicho el otro finalmente se dignó a mirarlo a la cara, su expresión denotaba molestia. El hombre solo rio ― ¿Qué? 

―eres un idiota 

―soy tu idiota

―si como sea ―hizo una mueca de fastidio, pero él sabía bien que solo era una forma en vano de intentar ocultar lo avergonzado que se ponía ante cualquier piropo o intento de coqueteo, lo conocía perfectamente, como la palma de su mano, llevaban años conociéndose era imposible no conocer hasta el mínimo detalle de su persona ―y bien ¿Qué quieres?

―que romántico ―dijo con sarcasmo ―solo quiero saber, ya sabes ―hizo un ademan con su mano como si con eso buscara restarle importancia al asunto

―está vivo, al final la mujer se apiado de él ―dijo con desinterés

―o solo el miedo y la desesperación por salvar su patética vida fue más grande

―sí, bueno, no es como que me importe, el punto es que está vivo y a salvo, así que dime ¿Qué es lo que quieres hacer ahora?

― ¿no deberías saberlo ya? El adivino de la relación aquí eres tú ―dijo con burla

―sabes que así no funcionan las cosas

―solo quería molestarte ―dijo desvergonzado ―la verdad no lose, ¿tú tienes algún plan? ―el otro solo chisto mientras se acomodaba sus gafas

―ahorita mismo no hay mucho que hacer, las cosas están fluyendo naturalmente, así que cuando sea el momento intervendremos 

― ¿tienes un plan, no es así Kisaki? ―insistió, él sabia en que consistía todo el proceso y cual era el objetivo, pero muchos detalles del plan su pareja aun los mantenía ocultos 

―el tipo esta ahorita con la policía y estos lo guiaran al bar, así que solo es cuestión de esperar

― ¿y si lo asesinan?

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