Hanagaki Takemichi, un chico de veinticuatro años que llevaba una vida rutinaria se ve involucrado en el misterioso asesinato de su jefa Minako. Este encuentra el cadáver de la mujer en la oficina en condiciones extrañas. Al llamar a la policía es l...
Buenas mi gente hermosaaa como le vas que tal todo? Aparezco con nuevo capitulooo wuuu, estos capitulos estan muy tranqui a decir verdad ya hace falta drama por aqui jajaja 😈. Estoy viendo aun como desarrollare los siguentes caps pero este ya salio y espero que les guste mucho, ya era momento para mi ship favorito Kokonui, con inspiración de Let the worl burn jajaja. Espero lo disfruten y sin mas palabra aburrida que decir A LEER.
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El lugar estaba hecho un desastre, todo se encontraba desordenado, objetos tirados en el piso, pedazos de vidrio regados en la sala y parte de la cocina, tres agujeros en la pared como prueba de la intensa conversación del día anterior. Takemichi había elegido como próximo destino ir a la casa de los hermanos Haitani quien en un comienzo lo recibieron gustosos, la conversación surgió de manera espontánea sin perder la naturalidad de la misma. Todo marchaba con tranquilidad hasta que comenzó a indagar en el pasado de ambos hombres. La tensión comenzó a crecer con cada pregunta y la incomodidad con cada relato, en cuestión de instantes ambos hermanos se encontraban a la defensiva intentando atacar.
―Pero que desastre ― exclamo Rindou mientras rascaba su nuca al mirar el desorden en el lugar. Les costaría tiempo poder volver a dejar todo como estaba, era mejor apresurarse, pues Takemichi solo tenía un día con ellos y después de eso sus respectivas parejas volverían a la casa y de enterarse de lo sucedido los hombres recibirían de esas lecciones a las que tanto le temían.
Entre los tres hombres comenzaron a recoger y limpiar, al principio se habían negado a la ayuda del más joven, pero debido a su insistencia permitieron que también se involucrara en el estrés de reparar el daño.
― ¿Quién es el siguiente? ― preguntó Ran, se hallaba barriendo la sala de manera cuidadosa intentando no levantar el polvo
―pienso ir con Kokonoi e Inui, tal vez ellos tengan más información sobre Manjiro
―ríndete Takemichi, nadie sabe lo suficiente de Mikey, son pocos los que tienen la información que tú quieres y dudo que te la quieran dar, créeme si no fuera así desde cuando nosotros mismos hubiéramos utilizado eso a nuestro favor.
Pese al tiempo en que los hermanos llevaban conviviendo con aquel hombre y podrían decir conocerlo no era lo suficiente para encontrarle alguna debilidad. Su pasado estaba muy bien oculto y algunos hechos parecían haberse borrado con el pasar del tiempo. Manjiro era complicado de personalidad, eso ya lo tenía muy claro Takemichi, aun así, había cosas que permanecían en lo más oculto de su ser, en algún sitio cubierto de una oscuridad absorbente incapaz de dejar salir la mínima vulnerabilidad. Si lo comparaba con los demás, todos seguían poseyendo algo que los hacia débiles: su humanidad. Seguían siendo capaces de sentir, de arrepentirse, de enojarse, salirse de control, se permitían sentir incluso amor, pero ¿y Manjiro?, todos coincidían en algo y es que este parecía inmune a eso tipo de debilidades, aun con enojo consumiéndolo era capaz de mantener un control impresionante, con firmeza y precisión era capaz de actuar, ni siquiera Kisaki que era un tipo inteligente y calculador se jactaba de cometer errores por el simple hecho de haber sido humano, pero Manjiro no, él mismo había sido testigo de eso, aun cuando se negó a sus cortejos no se rindió y encontraba la manera de hacerlo caer, incluso ante los planes de Hanma y Kisaki siempre encontraba una forma de contraatacar. Aun cuando parecía presa de la lujuria parecía tener cierto control, en pocas palabras, Manjiro se adaptaba a todo, aun con sentimientos a flote sus actos no parecían tener acciones que le perjudicaran y si llegara el caso de ser así, encontraría la manera de usarlos a su favor.
