19.- ¡Esto es tu culpa!

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Pov Cassie

La luz dorada de la tarde se filtraba a través de las cortinas semidobladas de mi habitación, tiñendo todo con un cálido resplandor. El ambiente era tranquilo, solo el suave murmullo del viento y el sonido lejano de las hojas moviéndose acompañaban el silencio.

Dany estaba recostada a mi lado, con su cabello rubio desordenado cayendo sobre la almohada. Sus ojos cafés, normalmente tan intensos, ahora tenían un brillo suave mientras me miraba. La sábana blanca nos cubría a medias, lo suficiente para mantenernos cómodas, pero dejando nuestra piel expuesta a la brisa ligera que entraba por la ventana.

Yo estaba apoyada en su pecho, trazando pequeños círculos con la yema de mis dedos sobre su abdomen. Podía sentir su respiración tranquila bajo mi mano, el ritmo constante que parecía marcar el compás perfecto de ese momento.

-¿En qué piensas? -pregunté suavemente, sin dejar de acariciarla.

-En ti -Su voz era baja, como si temiera romper la paz del momento.

-Eso es un poco vago, ¿no crees?

-No si es verdad-Sonrió, esa sonrisa pequeña pero sincera que siempre lograba hacerme sentir como si el mundo entero se redujera a nosotras dos.

Me incorporé un poco para mirarla de frente, apoyando mi barbilla en mi mano mientras mi cabello caía desordenado sobre mi hombro.

-Eres demasiado linda cuando estás así de relajada. Nada que ver con la Dany que todos ven en el escenario.

Ella rodó los ojos, aunque la sonrisa seguía ahí.

-Ya empezamos con eso otra vez.

-Es que es verdad. -Incliné mi cabeza para besar suavemente su hombro- Eres como... dos personas en una. En el escenario, intimidante, poderosa... pero aquí...

-¿Aquí qué? -Su tono era un reto juguetón, aunque sus ojos me miraban con una ternura absoluta.

-Aquí eres todo lo contrario. Suave, cálida... increíblemente linda.

Dany resopló, tratando de ocultar cómo sus mejillas se encendían un poco.

-Si vas a seguir diciendo cosas cursis, tendré que taparte la boca.

-¿Ah, sí? -repliqué, divertida- Me encantaría ver cómo lo haces.

Ella se movió rápidamente, atrapándome bajo su cuerpo con una facilidad que siempre me sorprendía. Sus manos se apoyaron a ambos lados de mi rostro mientras su cabello rubio formaba una cortina que nos aislaba aún más del mundo exterior.

-¿Sabes? -murmuró, su voz ahora baja y suave, sus ojos escaneando cada rincón de mi rostro- A veces pienso que no te merezco.

Mi sonrisa se desvaneció un poco, y llevé una mano a su mejilla, obligándola a no apartar la mirada.

-No vuelvas a decir eso -Mi voz era firme, pero mi corazón latía rápido- Si supieras lo feliz que me haces... nunca volverías a pensarlo.

Ella no respondió de inmediato, pero sus labios buscaron los míos, suaves y lentos, como si quisiera grabar ese momento en su memoria. Cuando nos separamos, susurró:

-Te amo, Cassie.

Sentí que mi pecho se llenaba de calor. Aquello me tomó completamente por sorpresa, sonreí finalmente aun sin poder creer lo que dijo, pero finalmente susurré:

-Yo también te amo.

...

El parque estaba tranquilo a esa hora de la tarde. Las familias comenzaban a irse, dejando el lugar en paz. Había llevado a Charlie a correr un rato, como solía hacerlo casi todos los días. Dany estaba conmigo, pero, como siempre, nos habíamos mantenido lejos de las miradas curiosas. Nuestra relación todavía no era algo que quisiéramos compartir con el mundo.

𝘽𝙄𝙍𝘿𝙎 𝙊𝙁 𝘼 𝙁𝙀𝘼𝙏𝙃𝙀𝙍  (ᴅᴀɴɪᴇʟᴀ ᴠɪʟʟᴀʀʀᴇᴀʟ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora