Lágrimas bajaban por su rostro hasta caer en las manos de Katsuki, que estaban posadas en sus mejillas, mientras seguían sentados en el frío suelo.
Todas las emociones que tenía acumuladas comenzaron a salir de forma frenética, imposibilitándole dejar de llorar.
–‘Zuzu… –lo llamó, llevando sus manos hacia las de Izuku. Ya llevaba un tiempo así, aunque en realidad esto le ayudaba a hacer tiempo, no le gustaba ver a Izuku de esa manera, y más porque, en el fondo, sabía que se debía a él.
–Lo siento, lo siento. –se disculpó, tratando de no llorar más.
–No necesitas disculparte, sé que yo tengo parte de la culpa de que te sientas de esa manera. No te expliqué las cosas en el debido momento, y eso ocasionó que, en un momento, todo explotara. –explicó, comenzando a entrelazar sus manos con las de Izuku. –Así que déjame disculparme contigo.
–No necesitas disculparte. –interrumpió rápidamente al escucharlo.
Katsuki negó con un ligero movimiento.
–No es lo correcto. Ahora que estamos juntos, debo mantener comunicación y respeto hacia tu persona. No podré estar tranquilo si en el futuro te escondo cosas, así que espero que tú también decidas contarme todo lo que pienses, ¿de acuerdo?
–Lo prometo –juró, tomando con fuerza la mano de Katsuki que yacía en su regazo.
–De acuerdo. Como no te puedo esconder más cosas, hay algo que debes saber.
Su cuerpo se tensó de nuevo, como lo había hecho al principio de entrar a aquella habitación, y Katsuki lo notó.
–No necesitas preocuparte, no es nada malo, tranquilo. –dijo, al ver una vez más el terror en sus ojos. Tomando la iniciativa, se puso de pie, aún sujetando una de las manos de Izuku para alentarlo a levantarse. –Hay un lugar al que debemos ir.
–Mhm, ¿un lugar? –preguntó confundido. —¿Este no era nuestro último destino?
–No, hay un lugar más especial que este. Así que de nuevo necesitarás colocarte la venda.
–¿De nuevo? No quiero, me da miedo. –la sensación de no poder ver nada le causaba pánico.
–‘Zuzu, ahora estás en mis manos, no te soltaré y no permitiré que caigas. Estaré a tu lado para atraparte todas las veces que sean necesarias.
Por alguna razón, en el corazón de Izuku, eso no sonaba como un comentario del momento, sino como una promesa de amor verdadero.
Katsuki sacó de su bolsillo una tela nueva, ya que la del principio probablemente había quedado en algún rincón de la entrada del planetario.
–¿Estás listo? –preguntó con la tela entre sus manos.
Aún con temor, aceptó. Sin embargo, ahora sabía que él estaba a su lado, acompañándolo.
La tela se posó en sus ojos, imposibilitándole ver lo que había a su alrededor.
Su mano fue tomada por la de Katsuki, lo que provocó un pequeño temblor.
–¿Estás bien? –preguntó Katsuki al notar esto.
–Sí, sí, solo me tomaste por desprevenido. –rió, una risa que salió demasiado nerviosa para su gusto.
Katsuki sostuvo su otra mano, tomando ambas para darle más estabilidad.
–¿Listo? –preguntó, esperando la respuesta para poder comenzar a darle indicaciones.
Izuku asintió levemente.
–De acuerdo, camina despacio y con calma. No hay prisa, puedes tomarte el tiempo que quieras, tenemos toda la noche. –avisó, tampoco quería que Izuku se presionara a sí mismo, y lo último era cierto, tenían toda la noche para lo que tenía planeado.
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El chico de las estrellas • Bakudeku
RomanceKatsuki esta cursando el último semestre de la preparatoria, cuando un día encuentra una carta en su casillero. La carta termina siendo una declaración de amor, pero la peculiaridad de esta es que no vine el remitente, en cambio, vienen pequeñas est...