No podíamos creer lo que veíamos. Estábamos llegando al Capitolio, y nos llenábamos de emoción al ver la gran multitud de personas que nos esperaban en la estación. Tristan y yo nos habíamos olvidado por un momento de que estábamos en los Juegos del Hambre, y saludábamos eufóricos a las personas, que al vernos tan felices se reían y festejaban con alegría.
Bajamos del tren, y pudimos ver a algunos Tributos de otros Distritos, algunos igual de asombrados que nosotros.
Mellie nos escoltó junto con Plutarch hacia el Centro de Renovación para el desfile de Tributos. Tristan y yo bajamos por el ascensor escoltados por ella hasta nuestra sección donde nos esperaban nuestros estilistas personales.
Como cada Distrito tiene una actividad propia, los Tributos deben vestir con un traje que represente la actividad de su Distrito. En este caso, el trabaja con la madera de los bosques. He visto cómo en años anteriores han vestido a los Tributos como troncos y árboles. Me preocupa mucho y me intriga saber qué es lo que nos harán vestir.
Entré en un cuarto donde me bañaron y lavaron el cabello. Me hicieron algunos tratamientos y me dejaron "presentable" para ver a mi estilista. Luego me dejaron sola en un pequeño cuarto a esperar.Momentos después una puerta mecánica se abrió dejando ver una esbelta figura. Ella había llegado. Me pidió que me quitara la bata, y así lo hice, con cierta curiosidad por saber qué me diría. Mi estilista, Jinxed, observaba mi cuerpo desnudo. Sentía un poco de vergüenza de que me viera con tanto detenimiento. Tomó algunas medidas y me dijo:
— Creo que tengo el atuendo perfecto para tí. Espera un segundo.
Salió un momento de la habitación, y yo me puse nuevamente la bata. Cuando ella entró nuevamente, me entregó una malla cuerpo entero color marrón oscuro, como el de la madera de roble. Tenía algún detalle como de raíces y enredaderas en un marrón más claro, que recorrían todo el cuerpo. Me pidió que me lo probara y salió nuevamente. Al entrar de nuevo, se sorprendió por lo bien que me veía.
— ¡Fascinante! Te ves asombrosa en él. ¿Por qué no vienes? Te maquillaremos y peinaremos. —Su personalidad me inspiraba confianza, así que la acompañé, con una sonrisa en el rostro.
Salimos las dos juntas del cuarto y fuimos a una habitación donde estaban mis maquilladores personales en los Juegos: Mérida y Fabio. Ellos me pintaron los párpados con un marrón claro, y lo cubrieron con un polvo dorado. Me resaltaron las pestañas con marrón oscuro con un toque de verde (como una pequeña raíz de planta) y me pintaron los labios con un color llamado "Flor del desierto". Por último, me peinaron con unas trenzas que caían en forma de enredaderas en mi espalda y me colocaron una corona de espinas y flores silvestres. Me sentía pasmada por todo lo que me habían hecho. Cuando me ví al espejo me veía muy distinta, casi ni reconocía que era yo misma.
Salí de la habitación y me dirigí junto con Jinxed al establo donde se estaban preparando los carruajes para salir. Pude ver a Tristan con un traje parecido al mío, solo que con toques más masculinos. Ambos subimos al carruaje y él me susurró: "Estás preciosa, princesa", yo le sonreí y le contesté en voz baja: "Tú también te ves atractivo, Tris..."
Era hora de iniciar el espectáculo. Nuestros Estilistas nos colocaron unas capas marrones y nos dijeron "Es una sorpresa". Los carros salían por orden numérico.
Cuando salimos en escena, un efecto en nuestras capas hacia parecer que crecían plantas y enredaderas. El público estalló en aclamaciones y vítores, y nos convertimos en el centro de atención. Nadie se lo esperaba, nosotros tampoco.
Terminábamos el recorrido y los carruajes se colocaban en posición frente al gran balcón del Edificio de Justicia del Capitolio. De repente, un silencio súbito se apoderó del lugar, y en el balcón apareció una figura: El presidente. Recitó algunas palabras en un sencillo discurso. Solo recuerdo pocas fracciones del discurso que me interesaron: hablaba sobre la última rebelión que había ocurrido y "Que ni los más fuertes ni los más inteligentes podrán vencer la fuerza del Capitolio...". Luego, saludó al público y nos deseó suerte a todos los Tributos en estos Juegos.
Acabado ya el desfile, todos los Tributos nos dirigimos a nuestros departamentos. Mientras caminábamos directo al ascensor, pude notar que un muchacho me observaba, creo que del Distrito 2. Me quedé helada en mi sitio ante su mirada tan sádica y calculadora. Tristan se dio cuenta de lo que sucedía y me empujó suavemente para decirme que nos apuremos. Lo último que vi fue como el chico sonreía con satisfacción, mientras un escalofrío recorría mi espina dorsal.
Nos dejaron acomodarnos. Yo me duché en las tecnológicas tinas de baño hechas en el Capitolio, en las que con solo presionar un botón puedes ponerte el shampoo, bañarte con esponjas o relajarte con espuma o burbujas. Luego me vestí con un cómodo atuendo, y me dirigí a mi habitación. ¡Era preciosa! Pisos de mármol negro sumamente elegantes, las paredes tapizadas con papeles de extravagantes diseños y enormes ventanas con vista al centro del Capitolio. Me senté en la cómoda cama y acaricié el acolchado, que se sentía como terciopelo. Nunca había estado en un lugar tan cómodo, y por un momento olvidé el motivo por el cual estaba allí.
De pronto, observé en la mesa de noche un extraño control remoto. Lo tomé en mis manos y presioné un botón. Entonces, en la superficie de la ventana, se proyectó una imagen de las costas del Distrito 4. Y entonces, apreté el séptimo botón del control, y se mostró una imagen de los bosques del Distrito 7, mi hogar. Sentí cierta tristeza y nostalgia cuando recordé el lloroso rostro de mi madre. Así que solté el control.
Mellie nos avisó que la cena estaba lista, así que me dirigí al comedor, encontrándome con mi hermano. Tristan y yo nos sorprendimos por lo que veíamos: Una mesa fastuosa repleta de exquisitos manjares: Pasteles y postres, sopas y patés, estofados y más. Tristan y yo preguntamos a qué se debía esta ocasión y Mellie nos respondió que celebrábamos nuestro gran debut en el desfile. Nos comentó que se hablaba mucho de nosotros y que todos amaron los diseños de Jinxed y Arhi (Arhi es la estilista de Tristan). Disfrutamos la cena devorándonos todos los platillos hasta no dejar ninguna miga. Mellie, Jinxed y Ahri nos miraban sobresaltados y boquiabiertos. Mellie, después de unos segundos, se atrevió a decir:
— Bueno... Parece que la cena les ha sentado bien...
Tristan y yo asentimos con la cabeza, sonriendo a pesar de nuestras mejillas llenas y luego de una divertida cena y un poco de charla con nuestro equipo, nos despedimos para ir a dormir, ya que ambos estábamos exhaustos.
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Los Juegos Del Hambre: La Historia de Cressida Fink.
Fanfiction"Y el tributo femenino del Distrito 7 es..." Dejó unos segundos en suspenso y leyó en voz alta el nombre que estaba dentro del sobre: "Cressida Fink". ¿Quien lo hubiera imaginado? La persona en la que menos pensabas podía ser nombrada. R...