7. ¡Felices Juegos del Hambre!

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Era la mañana de los Juegos, y los nervios y la tensión me consumían. Temía por mi vida y la de Tristan. Estaba llena de miedo, mis manos sudaban en frío y un extraño temblor recorría mi cuerpo de los pies hasta la punta de los dedos.

Bajábamos por el ascensor para ir a la pista de Aerodeslizadores, donde nos llevarían a nuestras cabinas de lanzamiento, por donde entraríamos a la arena para iniciar los Juegos.

 Eran nuestros últimos minutos antes de empezar, y le pedimos a Plutarch un último consejo. Él simplemente nos respondió: "Sobrevivan y ganarán". Unos minutos antes de llegar nos dio otro consejo importante: "Nunca se bajen del pedestal antes de que termine la cuenta regresiva, y tampoco se acerquen al baño de sangre.". Ambos asentimos con la cabeza y luego salimos del ascensor, donde Arhi escoltó a Tristan, y a mí, Jinxed. Pero antes de irme, me aferré a él y le deseé suerte. Él me dio un beso en la frente y acarició mi cabello, diciéndome: "Todo saldrá bien".

Ya en el Aerodeslizador, nos colocaron los rastreadores, unos dispositivos para saber nuestra ubicación en todo momento. La inyección deja un extraño ardor durante unos segundos, pero nada difícil de soportar. Minutos después ya nos encontrábamos debajo de la Arena, en nuestras cabinas de lanzamiento.

Jinxed y yo entramos juntas a la cabina, y nos sentamos unos minutos a esperar. Ella me dijo que bebiera agua y que me relajara un poco, que despejara mi mente para empezar bien los Juegos. Luego, sin pensarlo dos veces, le dije:

— Tengo miedo, Jinxed.

— Tranquila, Cressida. No debes temer. Tú eres fuerte e inteligente, y te has esforzado todo este tiempo. Estoy segura de que tendrás la suerte a tu favor... —Ella acarició mi mejilla con dulzura, logrando calmarme un poco.

— ¿Tú crees que ganaré los Juegos? —Algo insegura, me atreví a preguntar. Su expresión cambió a una más seria.

— No me permiten apostar. Pero he visto en tí algo muy especial, y presiento que tú ganarás. Te lo aseguro, mi intuición no falla —Dijo ella totalmente decidida, lo que me transmitió confianza en mí misma.

— ¿En serio?

— Completa y absolutamente —La convicción con la que pronunció sus palabras era casi palpable.

La abracé fuertemente y le dije:

— Jinxed, gracias por alentarme...  —La extrañaría, en todo este tiempo que estaría en la arena, me harían falta sus consejos y cumplidos. Me aferré a ella unos segundos más, sintiendo su aroma a perfumes exóticos.

— Cuenta conmigo para todo, querida.

Noté que ella acarició mi cabello, tal y como Tristan lo hace. Luego de unos minutos, se escuchó una voz que decía: "60 segundos para iniciar los Juegos". Me despedí de Jinxed y entré a mi tubo. La voz se escuchó nuevamente, pero esta vez decía: "30 segundos para el inicio de los Juegos". El tubo comenzó a subir, y dentro de pocos segundos ya estaba en mi pedestal.

La luz del día me encandiló unos segundos, pues las cabinas se encontraban casi a oscuras. Mi vista comenzó a aclararse y me dediqué unos segundos a apreciar el paisaje que nos rodeaba. Este año, la Arena estaba rodeada por un bosque de pinos y árboles altos, En un extremo, hay un pequeño arroyo sinuoso que desemboca en un lago chico. Más adelante se encontraba la Cornucopia, a la que no pensaba ir ya que no quería ser parte del baño de sangre.

Dejé de observar el paisaje. Sacudí mi cabeza despejando mi mente, y me concentré en lo que estaba ocurriendo. Ya estaba en la Arena, y debía tener presente lo que ocurría.

El cronómetro estaba en cuenta regresiva, y mientras se acababa este interminable minuto, yo pensaba en Tristan, en mamá, en Mellie, Jinxed, en los otros tributos y en mí. Luego de unos segundos, agité mi cabeza para aclarar mis pensamientos. 

Ya no más festines. Ya no más desfiles de Tributos ni vestidos glamourosos.

Ya no más juegos y diversiones. La realidad ahora es que, sobrevives o pierdes. Y yo no estaba dispuesta a perder.

5, 4, 3, 2, 1...

¡Felices Juegos del Hambre, y que la Suerte esté siempre de su lado!


Los Juegos Del Hambre: La Historia de Cressida Fink.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora