Los mutos nos perseguían. Corríamos lo más rápido que nuestros cuerpos permitían, pero aun así los monstruos estaban a tan solo unos pocos metros de nosotros.
Llegamos corriendo a duras penas hasta la Cornucopia, pues estábamos cansados. Los mutos nos estaban acorralando. Pudimos subir a ella forzosamente, salvando nuestros pellejos de las bestias apenas por un hilo... Pero cuando ya estábamos arriba, no veíamos el chico del 2. Nos pusimos alertas.
Pasaron algunos segundos de silencio (exceptuando los gruñidos de los mutos), y él apareció. Se abalanzó sobre Tristan en un feroz enfrentamiento para ver quién empujaba a quién hacia los animales, sedientos de sangre.
Intenté separarlos, y al hacerlo, golpeé en el rostro al chico del 2, que enfurecido, de inmediato empujó a Tristan tan fuerte que se resbaló y casi cayó para ser devorado por las bestias. Luego el muchacho se acercó con pasos asesinos y lentos hacia mí y me empujó para caer de espaldas. Me inmovilizó sentándose a horcajadas sobre mí y luego me dijo en un tono amenazador:
— No debiste meterte conmigo niñita. No sabes en qué lío te has metido. —Gruñó, notablemente enfadado.
— ¡Suéltame, salvaje! —Ordené, aunque estaba segura de que no me dejaría ir así tal cual.
Él ignoró mis palabras y continuó hablando:
— Qué lástima que tu hermanito está siendo asesinado por los mutos... Es una pena que no pueda ver cómo te quito la vida en pocos segundos... —Gritaba burlón, mientras me observaba dejándome ver la locura en su mirada.
— No creas que te saldrás con la tuya...
— ¿En serio? Yo creo que ya lo hice... Ahora llevaré orgullo a mi Distrito —Sentenció, seguro de sus palabras.
En ese momento se escuchó un grito en tono imperativo: "¡No la toques!". Era Tristan, que había vuelto a subir salvándose de los monstruos. Él se echó a correr y se lanzó sobre el chico, dificultándole la movilidad, pero de pronto, con el cuchillo grueso que usaría para matarme, apuñaló en el estómago a Tristan, que luego, comenzó a retorcerse de dolor, arrastrándose forzosamente para alejarse aunque sea unos centímetros de su atacante.
El chico, se acercó y se paró frente a él, y con una sonrisa perturbadora, le dijo:
— ¡Ay, qué pena! Es una lástima que no puedas ver como mato a tu hermanita y gano los Juegos... ¡Qué débil eres! No sé cómo duraste tanto tiempo aquí... —Escupía las palabras como si de veneno se tratase.
Me levanté, sintiendo como la sangre hervía dentro de mí, y hecha una furia, corrí con todas mis fuerzas, empujando de un fuertísimo golpe al chico, provocando que este cayera de la Cornucopia, donde los mutos se devoraron su cuerpo lentamente mientras lo escuchábamos gritar en agonía hasta que se fueron, dejando un cuerpo destrozado e irreconocible.
Ya habiendo terminado con todo aquello, me acerqué y me senté junto a mi hermano, que tenía una grave herida en el abdomen y que luchaba por sobrevivir aunque más no fueran 10 segundos.
— ¡Tristan! —Alterada como estaba, no me esforcé por retener las lágrimas, que salían a borbotones. Estaba presenciando cómo se le escapaba la vida a mi hermano, la persona más importante para mí.
— Tranquila, princesa... E-estoy bien... —Aún al borde de la muerte, él trataba de conservar la calma, algo que yo no podía hacer.
— ¡No estás nada bien, Tristan! ¡Por Dios, mira tú herida! —Chillé, harta de todo.
— No... No te escandalices... —Suplicó él, y lo único que pude hacer fue replicar.
— Pero, Tristan... —Sin embargo, él no me dejó continuar, colocando sus dedos sobre mis labios.
— Shhhhhh... Cressida, es... Escúchame —Susurró débilmente para después dejar en el aire unos segundos de suspenso— Sabes que siempre te he protegido, pero ya no puedo seguir...
— No digas eso... Por favor... —Supliqué, no quería escuchar, ver o sentir nada más.
— Cressida, vo voy a aguantar demasiado. Es por eso que necesito que... Me... Me escuches un segundo. ¿S... Sí? —Pidió.
Me limité a asentir, pues sentía que aunque me esforzara, las palabras no me saldrían por el llanto.
— Cress, quiero que sepas que te quiero demasiado... Y... que me duele tener que irme, pero... El destino es así... N-No puedes evitar lo que pasará. Quiero que sepas también...Que no me voy para siempre. Solo es por... Un tiempo. Y... Ya verás que un día nos volveremos a encontrar... Quiero que recuerdes que siempre estaré contigo... Y aunque no puedas verme, deseo que tengas presente... Que estoy aquí —Dijo señalando mi pecho, donde se suponía que estaba mi corazón— Nunca estarás sola... Y... Cuando te sientas t-triste, piensa en estas palabras que te digo ahora...
El llanto comenzó a salir sin control. Sentía que se me partía el alma, el sufrimiento que me causaba el ver a mi hermano moribundo no se comparaba con cualquier tortura existente.
— Quiero que despidas a mamá por mí... Y al Equipo también. Y... Nunca olvides que siempre... Estaré contigo, en tus sueños...
— No olvidaré jamás ninguna de las cosas que han pasado. Te lo prometo. —Apreté mis puños, sintiendo como las uñas se clavaban en la carne de mis palmas. Ya no quería estar aquí.
— Gracias, princesa... —Sonrió débilmente, y aún en este momento lucía espectacularmente.
Acarició mi cabello por última vez, y tomó mi mano, apretándola fuertemente hasta que cedió. Tristan se había ido.
Sonó el cañón, y me puse a llorar amarga y desconsoladamente sobre su cuerpo inerte. A los pocos segundos, el megáfono sonó diciendo: "Damas y Caballeros, les presentamos a su vencedora de los Septuagésimo Sextos Juegos del Hambre..."
Una tenue luz iluminó el lugar, como si estuviese amaneciendo, y luego, sobre mi cabeza, apareció un Aerodeslizador que me tendía una escalera, dispuesto a llevarme al Capitolio.
Me negué, quería quedarme con mi hermano. Dos Agentes de la Paz bajaron del Aerodeslizador y por la fuerza, me separaron de Tristan. Grité, lloré, pataleé y actué como una loca histérica, pero nada de eso evitó que me metieran en el Aerodeslizador, y me sacaran de la Arena.
No lo merecía, pero, yo, Cressida Fink, había ganado los Juegos del Hambre...
* * * * * * * *
¡Hola! En este capítulo Cressida gana los Juegos. No quería alargar demasiado la historia, así que hasta aquí llegamos. Sé que el capítulo fue largo, pero quería darles algo para entretenerse.
¡No se preocupen! Este fue el último Día de los Juegos, pero no el último capítulo. Este cap. forma parte del Especial que les prometí. Lo sé, tardé demasiado, pero quería un final elaborado y espectacular para los Juegos.
Faltan 3 capítulos para terminar el Libro. ¡Vean a dónde llegamos! Al principio pensé en borrar la historia, ya que no tenía demasiadas lecturas. Pero día a día más lectores fueron apareciendo y fueron leyendo capítulo por capítulo. Así que ¡GRACIAS! Sin ustedes, esto no hubiese sido posible. Les agradezco infinitamente, y hasta el próximo capítulo.
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Los Juegos Del Hambre: La Historia de Cressida Fink.
Fanfiction"Y el tributo femenino del Distrito 7 es..." Dejó unos segundos en suspenso y leyó en voz alta el nombre que estaba dentro del sobre: "Cressida Fink". ¿Quien lo hubiera imaginado? La persona en la que menos pensabas podía ser nombrada. R...