Capítulo 14. Era imposible.

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"And if you wanna go down in history, then I'm your prince. Because they've got me in a band where I've never seen a heart I couldn't broken. (Y si quieres bajar en la historia entonces yo soy tu príncipe. Porque me tienen en una banda donde nunca he visto un corazón que no podía romper)."
Fall Out Boy, "The Music Or The Misery".

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Dejé atrás la ciudad y sus edificios para encontrarme con árboles. Muchos árboles por todos lados.
Estaban muy descuidados y había ortigas y malas hierbas por doquier.
Las hojas secas y podridas crujían debajo de mis zapatillas negras. Empezaba a sentir algo de miedo, pues presentía que algo me observaba.
O alguien.

El paisaje era muy tétrico y no me daba buena espina, y estaba tan aterrada, creo que nunca había sentido tanto pánico nunca antes.

Empezaba a oír más pisadas aparte de las mías. Aceleraba el paso mientas el corazón me iba a mil por hora.

Me temblaban las piernas del miedo. Y a pocos metros de mí estaba lo que producía los otros pasos.
Era la silueta de una mujer. No lograba verla bien, pero al fondo se veía una lápida blanca.

Se me heló la sangre cuando empezó ha acercarse a mí.
Llevaba un cuchillo en la mano derecha.

Esa forma tan rápida y fantasmagórica de moverse era algo inhumano, no era normal, era como de otro mundo.

Me traspasó el cuerpo y sentí como me faltaba el aire. Me ahogaba. Delante mía solo quedó un pequeño hilillo de humo.
Y un susurro que parecía venir del propio bosque:
"No sigas".

Me desperté sobresaltada boqueando todo el aire que mi cuerpo podía abarcar.
Me agarré la garganta y me tiré de nuevo en la cama.

Volví a ver a la mujer al cerrar los ojos.

-¡Ah, puta! -espeté de pronto. Miré la hora aún jadeando; las 06:47 a.m.

Decidí levantarme y darme la ducha más larga de mi vida.
Hacía tiempo que no me duchaba así, con tanta necesidad.
Desde que llego tarde al instituto incluso cuando me llaman los chicos.

A decir verdad; no me imaginaba la vida sin ellos.

Y me acordé de Darrence, después de esa agradable -nótese el sarcasmo-, conversación con él, me había sentido muy mal.

Me vestí, pero esa vez, con una ropa más ajustada y llamativa. No me gustaba y me sentía incómoda, pero le llamará la atención a Kellin.

Le di de comer a Cherry y me fui con la mochila azul. Me compré un frappuccino de caramelo para llevar y seguí mi camino.

Noté pasos detrás mía. Me agarré la garganta con una mano y me giré lentamente.
Y me encontré con los oscuros ojos de Darrence.

Arrugué la frente.

-¿Por qué me evitas? -dije posando las manos en las caderas.

-No lo hago -dijo.

-Sí lo haces -entrecerré los ojos.

-No lo hago.

-¿Me quieres decir que te pasa? -alcé la voz.

Azulada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora