"Duermo para acortar el tiempo, el silencio, y también el miedo atroz, ya que es imposible matarlos". -Ana Frank.
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Aloiki, dueño del Kopi Dengan Nanas y padre de Lihau y Kona, decidió contratarme no sé cómo. Era una persona muy amable, pero seguía sin entenderlo.
Supongo que mejoré mis habilidades para servir mesas, pero no tenía ninguna experiencia.En fin, trabajaba de todas maneras, tampoco me quejaba.
Mientras ganase algo de dinero, era feliz.Empezaría el día siguiente, ya me dieron incluso el uniforme.
***
Estaba en las pistas de skates, llevaba unos vaqueros cortos color verde agua y una camisa blanca.
También mis zapatillas negras y un pequeño bolso del mismo color.-¿Quién soy? -dijo tapándome los ojos.
-Bee -imité a una oveja-, me comunico contigo. Bah, no tiene gracia.
Se rió mientras se sentaba a mi lado.Miré los ojos de Kellin sintiéndome reconfortada. No pudo sostenerme la mirada y agachó la cabeza. Era tan tierno.
Se rascó la nuca mientras se levantaba.Me ofreció su mano mientras le brillaban los ojos.
-¿Vamos?
Le agarré la mano, me levanté y nos fuimos.
***
Después de acabar en una pequeña cafetería para tomar un café, estuvimos hablando muchísimo y sabía más cosas de él que antes no conocía.
Le empezaba a entender demasiado.Yo le conté mucho sobre mí, mis gustos, mis aficiones, y algunas que otras cosas que me han ocurrido a lo largo de mi vida, mientras me tomaba algún que otro café con leche.
Al salir de la cafetería, a eso de las 19:00 p.m. me llevó por unas calles que no conocía, solo me dijo que estábamos en el barrio de Chelsea, y acabamos en unos recreativos llamados Barcade.
La entrada era bonita, el nombre del local en color dorado y una cristalera dejando ver el interior.
Había todo tipo de gente, desde niños, adolescentes, hasta adultos.Pedimos unas gaseosas y nos pusimos en frente de una máquina del Pac-man, ya que era la única vacía.
El local era bonito y era todo tan divertido, y me lo estaba pasando verdaderamente bien.Al pulsar los botones Kellin se apoyó en la máquina detrás mía y me rodeó la espalda con su cuerpo. Sentía su respiración chocar con mi pelo.
Suspiré sonriente, no quería que ese momento acabara nunca.-Agh, mierda -dije mientras la partida se acababa y rebuscaba una moneda en mi cartera.
Kellin me agarró la mano, le miré y se me acercó.
-Ven, vamos a ver algo -me dijo en el oído.
***
Pidió un taxi y nos subimos en él. Solo estaba intrigada, aunque no entendía adónde íbamos.
Acabamos pasando por el puente de Brooklyn y yo estaba cada vez más curiosa. El cielo se tornaba de unos preciosos colores azulados y amarillentos al horizonte. Y los edificios iluminaban el agua que se atisbaba debajo de nosotros.¿Que qué hacíamos allí?, ni idea, pero era algo precioso.
Al acabar el puente nos bajamos del taxi, lo pagué yo, después de una fulminante mirada por mi parte, y acabamos en la orilla del río Este, mirándolo todo.
-Es precioso -dije mientras la arena me crujía bajo las zapatillas.
Me miró y llevó un mechón de mi pelo detrás de mi oreja.-Como tú.
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Azulada ©
RomansaSoy una persona demasiado fría o demasiado rota. Obra protegida por Safe Creative bajo el código 1505013994142.