"¡Quiero ser más firme de espíritu!". -Ana Frank.
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Estábamos en el aeropuerto, tenía el estómago revuelto y me sentía fatal.
Kellin me acarició la mejilla con una sonrisa, yo me esforzaba por mostrarle otra, pero me costaba.Cerré los ojos por un momento.
Nuestro padre es horrible. Nos maltrata, nos humilla y cuando vuelve borracho a casa... En fin. Nos toca. Ya me entiendes. Es un infierno vivir con él, pero, ¿qué haríamos nosotras? Aún nos faltan dos años para cumplir los dieciocho. No podemos hacer nada. Tan solo somos dos chicas indefensas.
Esos ojos carcomidos por el terror me miraron de la manera más lastimera posible. Me sentía fatal, ella se quedarían en su casa sufriendo y yo tan solo me iba de vacaciones.
Era la peor persona del mundo.-¿Qué te ocurre? -preguntó-. ¿Les pasó algo?
-Es horrible, pero no puedo contarte. Solo me sienta mal irme así, de vacaciones, mientras ellas lo pasan mal -dije agarrándome el brazo.
-No tienes la culpa. Ellas estarán bien, seguro, no pienses así -besó mi frente.
-Está bien -acaricié su mano.
Los chicos estarían a punto de venir cuando yo me quedé sentada con mi maleta a mis pies.
Tenía la boca seca, por lo que me levanté y fui a una cafetería que había por allí cerca.
Acabé tomándome una Coca-cola, me apetecía algo más frío.
Volví donde Kellin estaba sentado y divisé a Owen y a Drew a lo lejos, dando saltos emocionados.-Qué energías a las seis de la mañana -les dije sorbiendo de mi bebida mientras me sentaba.
-Sí, ¿sabes por qué? -dijo Owen-, ¡Porque nos vamos a Hawaii!
Todas las personas que pasaban cerca de nosotros lo miraban extrañados.
-¡Pudríos en Oregon! -les gritó alzando el brazo.
Me reí y él me sonrió como un niño pequeño.
Ay, entendía a April, a veces dudaba de su edad.-¡Hola! -dijo Patrick alzando un brazo.
De detrás suya salió Maya.-¡Hola! -hizo lo mismo.
La abracé.
-¡Pensé que no llegaría! -dijo April llegando mientras jadeaba.
Se apoyó en las rodillas intentando recuperar el aliento.-¿Viniste corriendo? -le preguntó Drew.
-Solo corrí por la entrada. Vine en coche. Debería de hacer más ejercicio -dijo ya con la respiración más calmada.
-¡¿Por qué no me despertaste?! -me gritaron en el oído.
-¡Ay, joder! -me tapé las orejas y lo miré. Estaba algo molesto y se veía lindo-. Te saldrán arrugas, Darrence.
Rodó los ojos y acabó sonriendo.
-Bueno -dijo Kellin caminando hacia nosotros-. En unos diez minutos estaremos volando hacia Hawaii.
-¡Hola! -dijo una voz conocida a nuestras espaldas.
Sus amarillentos ojos brillaban alegres.
-¿Lihau? -pregunté mirando sus maletas.
-¡Gracias por ayudarme! -dijo Kona llegando detrás suya con dos maletas-, oh, ¡hola!
-¿Venís con nosotros? -preguntó April.
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Azulada ©
RomanceSoy una persona demasiado fría o demasiado rota. Obra protegida por Safe Creative bajo el código 1505013994142.