Capítulo 4. Mala Hierba y Agua Rancia.

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"El amor no se puede forzar."
Ana Frank.

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Estuve varias horas con Maya. Me había llevado a una pista de skate.
La verdad es que no sabía montar en skate. Nunca tuve uno.

Me lo pasé muy bien, la verdad. Cuando conoces bien a Maya es muy divertida.
No tiene nada que ver como cuando la conocí esta mañana.

Y ella era muy popular aquí. Apenas había chicas, lo que me fastidiaba un poco.
Pero los chicos parecían majos por el lugar. Todos chocaban los puños con ella a medida que nos acercábamos a las pistas y a mí me sonreían, a lo que yo les correspondía igual.

Maya me miró un instante para agarrarme la mano y sonreír de oreja a oreja.

Ella miraba hacia todos lados, parecía que buscaba a alguien. Cuando llegamos a la pista más grande se paró en el borde.
Estaba sentado un chico con una sudadera naranja fluorescente con la capucha puesta. Tenía las rodillas pegadas al pecho y movía la cabeza rítmicamente, parecía que escuchaba música.

-Kellin -lo llamó Maya. El chico no la escuchaba. Puede que tuviese auriculares y la música a tope o que solamente la ignoraba.

-¡Kellin! -gritó mientras soltaba mi mano derecha para acercarse a llamarle la atención.

Le movió el hombro y este se sobresaltó quitándose los auriculares. Se podía oír música levemente de ellos.

-Green Day... -dije en un susurro.

Alzó la mirada y pude ver su rostro. Era muy pálido, casi como yo. Sus ojos eran de un azul muy claro. Y su pelo... ¿Blanco?

"No soy la única teñida por aquí", pensé.

-¿Te gustan? -dijo mirándome con sus ojos casi grises.

-Sí, bueno. Suelo escucharlos.

Sonrió.

-Kellin, hola, ¿eh? Gracias por saludar tú también -dijo Maya algo molesta.

-Buenas tardes, Alguita de mi corazón -dijo y empezó a reír.

-No me llames así -dijo suspirando.

-No es mi culpa que vayas a teñirte el pelo de verde -dijo encogiéndose de hombros.

-Agh, te odio, Canoso -dijo divertida a lo que yo empecé a reír.

-El sentimiento es mútuo, Mohosa -tras decirlo me miró-. ¿Quién eres, chica de pelo azul?

Iba a abrir la boca cuando Maya me interrumpió.

-¡Ella es Brooke Lowell!, la que tiene loquito a Darrence -dijo eso último con una voz algo peculiar-, también es mi amiga con derecho a roce, ¿verdad?

Asentí mientras soltaba una pequeña risa.

-Vale, no me esperaba esto de ti, Mala Hierba, yo te quería -dijo fingiendo un llanto.

-¡QUE NO HAGAS MÁS CHISTES MALOS CON MI FUTURO COLOR DE PELO! -espetó de un golpe.

Kellin reía y yo tampoco pude evitarlo.
Este chico es genial.

***

-Agua Rancia -dijo Kellin.

-Joder -dije y empecé a reírme.

Había empezado a buscar motes para mí. Maya se moría de risa.

Miré mi teléfono un segundo para ver la hora. Oh dios. La comida con mis padres.

Azulada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora