CLÍNICA3 DE LA MADRUGADA
Géminis: Me desperté con un sobresalto. La habitación estaba sumida en la oscuridad, y un terror inexplicable se apoderó de mí. El aire se sentía denso, casi como si algo invisible estuviera observándome. Llamé a Kim entre sollozos, pero mi voz apenas era un susurro.
De repente, un aroma a canela llenó la habitación, calmándome de manera extraña, aunque el miedo seguía atenazándome. Con manos temblorosas, encendí la lámpara de la mesita de noche. Al hacerlo, lo vi: dos ojos brillantes me miraban desde una esquina. La tenue luz apenas alcanzaba a revelar una sombra imponente con cuernos retorcidos, una cola que se movía con lentitud, y unas enormes alas que parecían rozar las paredes.
No podía moverme. Mi cuerpo estaba paralizado por el miedo, pero algo dentro de mí, una pequeña voz, susurraba que no debía temer. Sin embargo, cada paso de aquella figura hacia mí hacía que el aire se volviera más pesado. Llamé nuevamente a Kim, casi gritando su nombre.
Entonces, ocurrió algo que me dejó sin aliento. La figura comenzó a cambiar. Las sombras se disolvieron como humo disipado por el viento, y poco a poco, su verdadero rostro quedó al descubierto.
¿Era Kim?
Kim: "Cervatillo, me llamabas.... ¿Qué sucede? ¿Qué pasa?"
Géminis (con la voz temblorosa): "Había algo... algo siniestro. ¿Lo viste? ¿Lo sentiste también?"
Kim: "No, mi cervatillo. No vi nada. Pero dime, ¿cómo era eso que viste? ¿Lograste distinguirlo? ¿lograste verlo?
Géminis (con el corazón aún latiendo con fuerza): "Sí... eras tú. Esa criatura... eras tú."
Kim (suspirando y acercándose para abrazarlo): "Descansa, cervatillo. Son las 3 de la mañana. Estoy aquí contigo, y no voy a dejarte solo. No tienes que tener miedo mientras yo esté aquí. Sé fuerte. Estoy contigo."
Me dejó sin palabras. Algo en sus palabras era reconfortante, pero no podía ignorar lo que había visto. Esa figura era Kim, de eso estaba seguro.
7 DE LA MAÑANA
Géminis despertó lentamente, sintiendo una cálida sensación de seguridad que lo envolvía por completo. Su cuerpo estaba acurrucado contra algo firme, cálido, y protector. Apenas abrió los ojos, notó un tenue brillo de luz matutina que se filtraba por las cortinas de la habitación. Su primera sensación fue de calma, como si estuviera protegido dentro de un nido acogedor.
Pero cuando parpadeó varias veces y enfocó su vista, se dio cuenta de que estaba en los brazos de Kim, quien lo abrazaba con fuerza mientras ambos compartían el espacio reducido de la cama de la clínica.
Géminis sintió un escalofrío de sorpresa. Su mente tardó un momento en procesar la situación, pero cuando lo hizo, un ligero pánico se apoderó de él. Con un movimiento torpe, trató de apartarse de Kim, aunque sus intentos fueron en vano porque el hombre lo mantenía firmemente sujeto.
Géminis se quedó inmóvil, intentando calmar los latidos frenéticos de su corazón. Pero cuando notó que Kim empezaba a moverse, el pánico se apoderó de él.
Kim (abriendo los ojos con calma): Buenos días, cervatillo. Dormiste bien, ¿verdad? No te preocupes, estoy aquí para cuidarte.
El tono tranquilo y protector de Kim hizo que los nervios de Géminis se desbordaran. Apartó la mirada, incapaz de sostener la intensidad de sus propios sentimientos mientras Kim lo miraba con tanta naturalidad.
Géminis (tartamudeando): "¡Kim! ¿Qué... qué haces aquí? Esto es raro. Estamos en una clínica, y tú... tú estabas abrazándome."
Kim se incorporó ligeramente, pero no soltó del todo a Géminis.
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FUEGO Y DESEO: EL DRAGÓN DOMINANTE (V+18P)
RandomDonde el dolor y el deseo se entrelazan, creando un placer que solo los valientes se atreven a explorar........