FUEGO Y DESEO: EL DRAGÓN DOMINANTE (V+18P)

CAPITULO 18

MANSIÓNDE LA FAMILIA DE ÁNGEL 

Justo cuando el escorpión gigante levantaba sus pinzas para lanzar un ataque mortal, Time, Lorenzo, Bestia y Caimán irrumpieron en escena como una tormenta desencadenada. La velocidad y precisión de sus movimientos parecía coreografiada, y juntos se abalanzaron contra la criatura como un verdadero equipo de élite.

Time: Con una sonrisa de desafío en los labios, grita mientras evita una embestida del escorpión —¡Apartaos, que los expertos se encargan de esto! Caimán, Bestia, atacad desde arriba. Lorenzo y yo cubrimos por abajo. ¡Al que logre derribar a este maldito escorpión le espera una buena recompensa!

Orlan: Con ojos brillantes de alivio y asombro —¡Nunca pensé que estaría tan feliz de veros...!

Time: —¡Cuidado, Orlan! El escorpión lanza una patada demoledora en dirección a Orlan, pero Bestia reacciona como un rayo, interponiéndose en su camino. Recibe el golpe con toda la fuerza, aguantando el impacto sin retroceder ni un paso.

Caimán: Aterrizando junto a él, con preocupación —¡Hermano! ¿Estás bien?

Bestia: Sonríe de lado, ignorando el dolor —Sí, estoy bien... Ahora, ¡vamos a aplastar a este monstruo! Guía a Orlan hacia un lugar seguro, su mirada fija en el escorpión.

Orlan: Con el corazón latiendo con fuerza, apenas puede susurrar —Gracias... A todos, gracias...

La batalla se intensifica; Lorenzo se enfrenta a las pinzas del escorpión, bloqueando cada ataque con reflejos sobrehumanos. Bestia y Caimán se mueven como un solo ente, atacando sus puntos vulnerables en una tormenta de golpes y esquivando los ataques que intentan alcanzarlos desde cada ángulo. En medio de la lucha, el rugido de Time resuena sobre el estruendo:

Time: —¡Ahora, todos a la vez!

Unidos en perfecta sincronía, los cuatro lanzan sus ataques finales. Lorenzo distrae las pinzas del escorpión, mientras Bestia y Caimán clavan sus golpes en sus articulaciones. Entonces, Time se abalanza hacia adelante con la fuerza de un trueno, lanzando un puñetazo directo al aguijón de la criatura. La fuerza es tan brutal que el aguijón estalla en mil pedazos.

El escorpión tiembla, emitiendo un último grito de agonía, antes de caer al suelo con un estruendo que sacude la tierra, derrotado.

Time: Sacudiéndose las manos, sin perder su estilo —Bueno, creo que ese incentivo es mío, ¿no creen?

Los cuatro se miran y sueltan una risa entre jadeos, mientras Orlan, con lágrimas en los ojos, da un paso hacia ellos.

Orlan: Conmovido, casi sin palabras —Sois... los mejores guerreros que existen.

Tras el estruendo final y la caída del escorpión, Lorenzo se inclinó hacia Orlan, que todavía jadeaba, tratando de estabilizarse.

Lorenzo: —¿Joven, está bien? le preguntó con preocupación, apoyando una mano en su hombro.

Orlan: —Voy a estar bien... dijo entre respiraciones profundas, forzando una sonrisa al darse cuenta de que estaba a salvo. —¿Pero cómo supieron que estaba en problemas?

Lorenzo: Levantando la vista hacia sus compañeros con una leve sonrisa —Valentino nos llamó. No dudamos ni un segundo.

Orlan miró a Time, que observaba con una expresión divertida y una chispa de complicidad en sus ojos.

Orlan: —¿Y tú? ¿Cómo sabías que estaba en problemas?

Time: Riéndose mientras sacudía las manos para quitarse el polvo de la pelea —Porque hace dos horas que fui a molestar a Vegas. Es noche de asado, ¿y tú crees que me perdería el asado de Not? sonrió con picardía Eso jamás.