CAPITULO 16

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CASA DE ZAMIR

Enfermera: —Listo, jovencito, es hora de darse su baño.

Galletita: (sonriendo tímidamente) —Sí, pero de verdad... no es necesario que me ayude, yo puedo hacerlo solo.

Enfermera: —Todavía está muy delicado, permítame ayudarle.

Dante: (entrando con nerviosismo en la habitación) —¿Puedo pasar?

Galletita: (iluminándose al verlo) —¡Dante! Viniste... (mira a la enfermera, aliviado) —Gracias, señorita, pero mi amigo me puede ayudar.

Enfermera: (con una sonrisa amable) —Muy bien, estaré cerca si me necesita.

(La enfermera sale, y el ambiente en la habitación se vuelve un poco más íntimo y relajado.)

Galletita: (mirando a Dante con una mezcla de alivio y vergüenza) —Gracias por venir, Dante. De verdad... ¿me ayudas?

Dante: (tartamudea y se sonroja) —Yo... eh... sí, claro.

Galletita: —Es que... no confío mucho en la enfermera y... me da un poco de vergüenza... pero contigo... (le lanza una mirada sincera, esperando que entienda)

Dante: (asiente tímidamente, sintiendo el peso de la cercanía, su rostro completamente rojo) —Está bien... te ayudo.

Galletita: (con una sonrisa más tranquila, nota que Dante tiene una bolsa en la mano) —¿Qué es eso?

Dante: (sostiene la bolsa con un nerviosismo palpable, casi incapaz de mirarlo a los ojos) —Ah... esto... es para ti. (tartamudea) No pude dártelo antes porque... bueno, no encontraba el momento... me daba un poco de vergüenza.

Galletita: (con los ojos brillando de emoción y sorpresa) —¿Para mí? Dante... no tenías que traerme nada.

Dante: (respirando profundamente, tratando de calmarse) —Es... solo un detalle. No es nada grande, pero pensé que... te haría sentir un poquito mejor. (le extiende la bolsa, un poco inseguro)

Galletita: (sonriendo ampliamente, abre la bolsa con entusiasmo y saca un peluche suave, un conejito de orejas caídas. Lo mira con ternura, sintiendo que algo en su corazón se ilumina) —¡Dante...! (acaricia el peluche, sus ojos casi llenos de lágrimas) Está perfecto...

Dante: (mirándolo con una mezcla de alivio y cariño, aunque su rostro sigue rojo) —Pensé que... podías tener algo con qué dormir, algo que te hiciera compañía... como... bueno, cuando yo no esté.

Galletita: (sostiene el peluche con fuerza contra su pecho, mientras sus labios temblorosos se curvan en una sonrisa) —Gracias, Dante... me encanta. (mira a Dante a los ojos, agradecido) Ahora voy a sentir que estás cerca... siempre. Gracias, Dante. Has sido tan bueno conmigo... toda esta semana has estado aquí, en la clínica, cuidándome. De verdad, eres un ángel. (baja la cabeza, sintiendo un peso en el pecho) Pero... no quiero que esto te cause problemas con tu pareja. (suspira, su tono es triste, casi resignado).

Dante: (parpadea, sorprendido y algo nervioso, tartamudeando) —¿Pa... pareja?

Galletita: (mirando hacia otro lado, sintiéndose un poco avergonzado) —Sí... el guardaespaldas del señor Korm.....

Dante: (deja escapar una risa suave, tratando de disimular el sonrojo que le sube al rostro) —¡No, no! Él no es mi pareja... es mi papá, mi papá biológico. (pausa, su tono se vuelve vulnerable) Él me ayudó a comprar los regalos que te traje y... este conejito. (baja la mirada, nervioso) La verdad es que... no sé cómo cortejar a alguien. He estado viendo esas novelas que tú miras para tratar de aprender, pero... no sé si lo estoy haciendo bien. (traga saliva y susurra con un leve temblor en la voz) No se lo digas a nadie, ¿sí?

FUEGO Y DESEO: EL DRAGÓN DOMINANTE  (V+18P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora