CAPITULO 46

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CASA DE KIM

La tenue luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas cuando Kim, aún en su cama, escuchó el sonido familiar que lo acompañaba todas las mañanas. Pero no era un gallo. Era el inconfundible croar de un sapo.

Kim abrió los ojos con un gruñido de fastidio, apretando la almohada contra su cabeza.
"¿Tú otra vez? Toda mi vida me despiertas a esta hora. ¡Lárgate o te tiraré veneno! ¡Vete!"

El sapo, ignorando por completo sus amenazas, dio un salto ágil, aterrizando sobre la cama de Kim. Empezó a croar aún más fuerte, como si estuviera empeñado en hacerlo levantarse.

Kim se sentó de golpe, despeinado y con el ceño fruncido.
"¡Fuera de aquí! ¡Lárgate! ¡Vete!" gritó, agitando las manos en vano. "¡Pol! ¡Pooool! Ven aquí con una escoba y saca a este sapo, ¡ahora! ¡No quiero escuchar ni un croack más!"

El sapo lo miró, imperturbable, y entonces, para sorpresa de Kim, habló. Su voz era suave, casi melodiosa.
"Kim, mi querido Kim. Como todas las mañanas, estoy aquí para despertarte. Vamos, levántate. Es un nuevo día, y tienes muchas cosas por hacer. Hablar con cruz.

Kim: Estoy loco. Loco. Ahora hablo con un sapo..." murmuró, pasándose una mano por el rostro. Señaló al sapo con un dedo tembloroso. "Déjame de seguir. ¡A todos lados! Esto ya no es normal."

El sapo ladeó la cabeza con un aire casi burlón, como si las palabras de Kim le hubieran ofendido. Sin embargo, con su voz calmada y suave, respondió:
"No es momento de discutir, Kim. Hay algo importante que debes hacer. Tienes que llamar a Israelito. Ese niño me agrada."

Kim soltó una carcajada amarga y se pasó las manos por el cabello, desordenándolo más de lo que ya estaba.

"¿Israelito? ¿En serio? ¡Israelito no quiere ni verme! ¡Me odia! ¿No lo entiendes? ¡Me odia!"

El sapo, impasible, respondió con tono paciente:

"¿Te odia? No, Kim. Él te quiere. Es tu hermanito, ¿recuerdas? Eso fue lo que tú mismo le dijiste una vez."

Kim apuntó al sapo con un dedo tembloroso, su rostro una mezcla de frustración y confusión.

"¡Eres una chismosa entrometida! ¡Lárgate de mi cama, de mi casa, de mi vida! ¡No sé cómo lo haces, pero siempre sales de tu caja de vidrio! ¡Te doy comida, te trato bien, y aun así me sigues a todas partes! ¡Al cementerio, a la empresa, incluso cuando iba a la escuela! ¡No me dejas en paz!"

El sapo croó suavemente antes de hablar con una pizca de ironía:

"Te despierto todas las mañanas porque alguien tiene que hacerlo. Y ahora, hazme caso: báñate, ponte presentable y deja de estar de malhumor. Tienes cosas más importantes que hacer, como pedirle perdón a tu esposo."

Antes de que Kim pudiera responder, Pol entró a la habitación con una taza de café en la mano. Lo miró con curiosidad y un toque de preocupación.

¿Conquien está hablando? Hola rene buen día. ¿Qué pasó ahora, señor Kim? ¿Por qué está gritando?"

Kim señaló al sapo, que permanecía tranquilamente sobre la cama.
"¡Es esta maldita rana! ¡Sigue saliendo de su caja, no deja de hablar!"

Pol no pudo contenerse y soltó una carcajada.

"¿Hablar? Jajajajaja. Señor Kim, usted ya se volvió loco. Esta pobre ranita, tan indefensa... ¿cómo va a hablar? Mírela, ¡es adorable! Hola, pequeña. Ahora te doy de comer. No salgas de tu casita..

Kim, al borde del colapso, dio un paso hacia Pol con los ojos desorbitados.
"¡Te juro por Dios que me habla! ¡No estoy loco, Pol! ¡Me habla desde que tengo uso de razón! Desde que era un niño ¡Es como mi conciencia!"

FUEGO Y DESEO: EL DRAGÓN DOMINANTE  (V+18P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora