CAPITULO 32

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OFICINA DE JAZMIN

Jazmín (concentrada en los documentos de su trabajo, escuchó cómo la puerta se abrió lentamente. Alzó la vista y vio a un pequeño con una sábana cubriéndole la cabeza, haciéndose pasar por un fantasma): "¡Oh, Carlitos, qué miedo me has dado! ¿Qué haces aquí, mi amor? Deberías estar durmiendo. Te dejé en tu camita."

Carlitos (con una risita traviesa mientras se quitaba la sábana): "No, mamita, yo me quedo contigo para cuidarte."

Jazmín (sonriendo tiernamente mientras lo tomaba en brazos): "Mi niño bonito, siempre tan protector."

En ese momento, la puerta volvió a abrirse. Felipe apareció en el umbral, su silueta iluminada por la tenue luz del despacho. Llevaba una pijama sencilla, y su rostro lucía relajado, aunque sus ojos reflejaban cierta melancolía.

Felipe (en voz baja): "¿Todo bien? Vi que la luz estaba encendida. ¿Estás bien, princesa?"

Jazmín (asintiendo con una pequeña sonrisa): "Sí, Felipe, estoy bien. Solo tenía algunos documentos que revisar. Por cierto, te ves bien con ese pijama. Ahora ve a dormir, necesitas descansar."

Felipe (haciendo una pausa antes de hablar, con un nudo en la garganta): "Gracias... gracias por darme esta oportunidad de volver con ustedes."

Jazmín (mirándolo fijamente, con un tono sereno pero firme): "No te preocupes, Felipe. Todos merecemos una segunda oportunidad en la vida. Espero que sepas aprovecharla.

Felipe (mirando a Carlitos, que se abrazaba a Jazmín como si nunca quisiera soltarla): "Si quieres, puedo llevarme a Carlitos conmigo. Tú necesitas descansar, y mañana tienes que trabajar."

Jazmín (acariciando el cabello de Carlitos, sin soltarlo): "No te preocupes por eso. Estos días son para que descanses, aprovéchalos. Mi padre te ha extrañado mucho, y Carlitos... bueno, él necesita tiempo para acostumbrarse. Por ahora, lo quiero aquí conmigo."

Felipe (con un suspiro que revelaba su dolor): "No confías en mí, ¿verdad? Está bien. Lo entiendo. Pero te prometo que no te decepcionaré."

Jazmín (mirándolo con una mezcla de cansancio y tristeza): "Sé que no lo harás. Ahora ve a descansar." (Se inclinó hacia Carlitos, besando su frente con ternura). "Y tú, mi pequeño, ven aquí. Nunca voy a dejarte, ¿lo sabes? Siempre estaremos juntitos."

Carlitos (con una sonrisa inocente y la seguridad propia de un niño): "Siempre juntitos y felices, mamita linda. Te lo prometo."

Felipe (bajando la mirada, con lágrimas brillando en sus ojos): "Lo siento tanto... Perdí tantos años de tu vida. Dejé que mi maldad fuera más fuerte que el amor que te tengo. Es mi culpa, y no sé si podré perdonarme."

Jazmín (apretando a Carlitos contra su pecho mientras su voz se quebraba ligeramente): "No te disculpes conmigo, Felipe. A mí nadie me quiere... solo Carlitos. Él me tiene a mí, y yo lo tengo a él. Por eso, si estás aquí, es para demostrar que puedes cambiar. Espero que lo hagas... por ti, por papá, y por lo que queda de nosotros. Tú eres mi todo, Carlitos. Mi única razón para seguir adelante. Nadie más me necesita, pero tú... tú siempre me tendrás."

Jazmín (besando su frente):"Mamá, ve a descansar... mañana será otro día. Te amo mucho."

Felipe, con el corazón apretado, dejó escapar una sonrisa triste, pero sincera. Se acercó a ella con un gesto delicado, como si no quisiera romper el delicado equilibrio de ese momento. Su voz temblaba ligeramente, pero estaba cargada de amor.

Felipe: "¿Puedo abrazarte, hija?"

Jazmín miró sus ojos, aquellos ojos que siempre la habían entendido sin necesidad de palabras, y finalmente, asintió, dejando que su frialdad se desvaneciera por un instante.

FUEGO Y DESEO: EL DRAGÓN DOMINANTE  (V+18P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora