FUEGO Y DESEO: EL DRAGÓN DOMINANTE (V+18P)

CAPITULO 45

DOS SEMANAS DESPUÉS

Alex: Maldito viejo de mierda, necesitamos encontrar una manera fácil de enviar la mercancía sin que se dañe. ¿Por qué Rezzetti nos hace la vida tan difícil?

Vegas: Me dijo que necesita un riñón, si lo consigo, me da las rutas.

La puerta se abre y Cruz entra lentamente, su rostro refleja incomodidad pero también determinación. Alex y Vegas están completamente enfocados en los papeles sobre la mesa.

Cruz: Con voz baja y nerviosa Señor Alex, señor Vegas... ¿Puedo pedirles un favor?

Alex: Sin levantar la vista de los papeles, con tono implacable ¿Qué pasa ahora, Cruz? Estoy ocupado, no tengo tiempo para tus historias.

Vegas: No voltea hacia él, pero con una sonrisa burlona, sigue hojeando documentos ¿Ahora qué, Cruz?

Cruz: Tomando aire, visiblemente nervioso Pues... Quería saber si podrían prestarme algo de dinero. Es para unos muebles que necesito en casa. 3 mil dólares.

Alex: Frunce el ceño, deteniendo un momento su revisión de papeles ¿Muebles? Responde con sarcasmo ¿De verdad vienes a pedirme dinero para eso? ¿En serio, Cruz? Estamos en medio de un maldito lío, ¿y tú piensas que voy a perder el tiempo con... eso?

Vegas, con una risa burlona, sigue sin mirarlo, disfrutando de la incomodidad de Cruz.

Vegas: Con tono sarcástico ¿Muebles? ¿En serio? ¿Tres mil dólares para eso? Estamos ocupados, amigo.

Cruz: Baja la mirada, sintiendo la humillación No es una excusa, es que... titubea Solo necesito un poco de ayuda. Si pudiera, lo resolvería solo, pero... Si pueden, por favor, descuentenlo de mi sueldo. Solo son tres mil dólares.

Alex: Levantando la mirada con un gruñido ¡Basta, Cruz! Su tono sube, ahora claramente molesto Estoy trabajando en cosas mucho más serias, y vienes aquí a pedir dinero por... muebles. Si sigues jodiendo con esto, te despido. Revisa los expedientes de la entrega para Brasil.

Vegas se ríe abiertamente, disfrutando del momento, sin la menor compasión por Cruz.

Vegas : a ver pásame.

Cruz: Con la cabeza baja y el rostro rojo de vergüenza, siente la tensión en el aire Lo... Lo siento. Intenta mantenerse firme, pero su voz es temblorosa No quería molestarlos más. Permiso

12 DEL MEDIO DÍA

Géminis: (con emoción y una sonrisa radiante mientras decoraba el postre) —Seguro que le va a encantar. ¡Es su favorito!

(Llegó a la clínica con el dulce en las manos, el corazón latiendo rápido de emoción. Subió al ascensor y recorrió los pasillos con paso ligero hasta el consultorio de Daniel. Al abrir la puerta, todo se vino abajo. Allí estaba Daniel, con la enfermera, completamente entregados el uno al otro. Los gemidos, el desorden en la sala... todo era irrefutable.)

(El dulce que había preparado con tanto amor cayó al suelo, haciendo un ruido sordo que resonó en el tenso silencio que siguió. Géminis se quedó inmóvil, con los ojos llenos de lágrimas que no podía contener.)

Géminis: (con voz quebrada, apenas un susurro) —¿Cómo pudiste...?

(Daniel, al escuchar su voz, giró sobresaltado. Se apartó de la enfermera apresuradamente, intentando cubrirse y balbucear una excusa. Pero la furia en los ojos de Géminis le congeló las palabras en la garganta.)