CAPÍTULO 31

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MANSIÓN DE HORACIO

Valentino entró en la sala con una sonrisa despreocupada, ajeno al humor de su padre.

Valentino: "Hola, papi. Buen día... ¿y esa carita? Parece que no dormiste bien."

Poco después, Jazmín bajó las escaleras ajustándose la chaqueta.
Jazmín: "Papá, buenos días. Ya me voy a trabajar, te veo luego."

Horacio, sentado a la mesa con el rostro lleno de furia contenida, golpeó la superficie de madera con fuerza.
Horacio: "¡Siéntense los dos, par de tarados! Necesito hablar con ustedes."

Ambos intercambiaron miradas incómodas, pero obedecieron.

Horacio: "¿Cuántas veces les dije que no se acercaran a Felipe ni a Eduardo? Los saqué del país hace dos años por una razón, ¡y ahora resulta que no se fueron!"

Valentino, en un intento de justificar sus acciones, respondió con cautela:

Valentino: "Papá... vimos una foto en redes de Eduardo con mamá. Lo buscamos porque necesitábamos su ayuda."

Jazmín, intentando calmar la tensión, intervino:
Jazmín: "Lo siento, papá.

Horacio, fuera de sí, golpeó la mesa nuevamente, esta vez haciendo temblar el lugar.

Horacio: "¿¡Qué diablos tienen en la cabeza!? La cabeza de Felipe tiene precio, ¿lo entienden? Por eso los saqué de nuestras vidas, para protegerlo a él y protegerlos a ustedes. ¡Y ahora lo traen aquí como si nada! ¿Saben que estoy en la mira del FBI? ¿Saben lo que esto significa? ¡Felipe va a volver por mí, siempre vuelve!"

Jazmín: "Pensé que esa recompensa ya no estaba activa, papá."

Horacio, sin contener su frustración, encendió la laptop y mostró la pantalla con noticias recientes. Un artículo brillaba con el encabezado: "Se busca a Felipe Rodríguez: Recompensa duplicada por información sobre el peligroso criminal."

Horacio: "¡Miren esto! ¿Ven lo que hicieron? Ahora tengo que salir a buscarlo yo mismo. ¡Jazmín, llama a Kun de inmediato! Vamos a necesitar su ayuda para sacar a ese omega terco del país antes de que nos caigan encima. ¿Entendieron?"

"Si algo le pasa a su madre por culpa de ustedes, los juro que los desheredo y desenredo de mi vida. ¡Lorenzo! En menos de cinco minutos necesito a los mejores guardaespaldas que tengamos organizados y listos para moverse. Voy por ese omega terco, y no voy a tolerar errores. ¡Valentino! Ve de inmediato a la casa de seguridad y asegúrate de que todo esté preparado. ¡Jazmín! Encuentra a Kun y explícale la situación. Dile que necesitamos su ayuda ahora. ¡Ya muévanse todos!"

Lorenzo, intentando calmar a su jefe, asentó rápidamente.

Lorenzo: "Tranquilo, señor. Todo estará listo en minutos. Confíe en mí."

Horacio, tomando aire para calmarse, respondió con frialdad:

Horacio: "Mi omega y mi cachorro están en peligro porque ustedes dos no entienden límites. Ahora, vámonos. Lorenzo, vienes conmigo. Te contaré todo en el camino, pero necesitamos actuar rápido."

Cinco minutos después, Lorenzo ya había reunido a un grupo de élite de guardaespaldas, todos armados y listos, esperando las órdenes de Horacio en el patio de la mansión.

Horacio, con la autoridad que lo caracterizaba, tomó el control de inmediato.

Horacio: "Escuchen bien. Felipe es impredecible y peligroso, pero no está solo. Existen grupos que lo buscan para cazarlo. Vamos a traerlo de vuelta. Esto es lo que haremos:"

FUEGO Y DESEO: EL DRAGÓN DOMINANTE  (V+18P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora