CAPITULO 37

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MANSIÓN DE KUN

Kun : "Mi amor, basta... Ya fue suficiente. En algún momento vas a tener que hablar de lo que pasó."

Zamir (rompiendo a llorar, sus lágrimas cayendo como una tormenta, golpeándose ligeramente el pecho, completamente abrumado por la culpa): "Soy un idiota... No supe proteger a mis hijos... Ellos pasaron por cosas horribles por mi culpa... Soy un mal padre... Debería haberme dado cuenta de los mellizos... Soy un inútil... Un maldito inútil. Si me hubiera ido lejos, nada de esto habría pasado..."

Kun (acercándose rápidamente y abrazándolo con fuerza, queriendo que se sintiera el amor y apoyo que le ofrecía, cuidando cada gesto para que no se lastimara aún más): "No es tu culpa, Zamir... Estoy aquí, cuidándote. No te lastimes más."

Zamir (sollozando en el abrazo de Kun, con su voz quebrada por la angustia): "No puedo acercarme a Alma... Cada vez que la veo, siento que me odia... Esa niña me necesita, y yo no estuve ahí para protegerla. Vegas me contó cosas horribles, cosas que le hicieron a mi niña... Yo no estaba allí para cuidarla... Kun, soy un inútil de mierda, no sirvo para nada..."

Kun (tomando su rostro entre sus manos, levantándolo para que pudiera mirarlo a los ojos, con la voz firme pero llena de ternura): "Eso no es cierto, mi amor. Tú fuiste una víctima. Fuiste víctima de esos monstruos, de esas personas inescrupulosas. No tienes la culpa de lo que te hicieron, ni de lo que les hicieron a tus hijos. El hecho de que estés aquí, que estés luchando por ellos, demuestra lo que eres realmente: un gran hombre, un gran padre."

Zamir (mirando a Kun, aunque sus ojos seguían llenos de lágrimas, algo en su corazón comenzaba a calmarse al escuchar esas palabras, pero aún no podía perdonarse): "No sé, Kun... No sé si pueda perdonarme... No sé si pueda volver a ser el padre que ellos necesitan..."

Kun (con una sonrisa llena de cariño, abrazando a Zamir nuevamente, sin dejar que se apartara, dándole todo su amor): "Lo harás, mi amor. Poco a poco, con el tiempo. Pero lo importante es que estás aquí, dispuesto a cambiar, a hacer las cosas bien. Eso te convierte en un gran padre, no en un inútil. Confía en ti mismo, como yo confío en ti."

Zamir (sintiendo un leve consuelo en las palabras de Kun, aunque la culpa seguía acechando su corazón, se aferró más a él, sintiendo que, tal vez, con el tiempo, podría sanar): "Gracias... por no dejarme caer... por estar siempre aquí, incluso cuando yo no lo merezco..."

Kun (sonriendo suavemente mientras le acariciaba el cabello): "Siempre estaré aquí, mi amor. Te amo, y te lo voy a recordar cada día. Juntos, vamos a sanar."

"Mi vida, cámbiate y vamos a ver a Alma. Tú y ella necesitan conversar. Es hora de que estén juntos, y aunque el pasado sea doloroso, este es el momento de sanar. Tienes la oportunidad de protegerla a ella y a tus hijos, y lo vas a hacer, porque eres fuerte, valiente, y siempre vas a tenerme a mí, y también a Pelusa."

Zamir (abrazando a Kun con más fuerza, sintiendo que el peso de su culpa comenzaba a aligerarse, pero todavía lleno de emociones encontradas): "Eres mi todo, Kun... ¿Qué sería de mi vida sin ti? Sí, quiero ver a mi niña... Quiero hablar con ella, decirle que me dé la oportunidad de estar en su vida, que no la voy a dejar, pase lo que pase... No importa lo que haya sucedido, yo siempre voy a estar ahí para ella."

Kun (acariciando su rostro con cariño, tomando su mano, y mirándole a los ojos con esa dulzura que solo él podía ofrecer): "Vamos, mi amor. Vamos juntos. Eres más fuerte de lo que crees, y te amo mucho. Todo va a estar bien."
"Juntos, mi vida... Siempre juntos."

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MANSIÓN DE  JAZMIN Y ALMA

FUEGO Y DESEO: EL DRAGÓN DOMINANTE  (V+18P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora