Narra Alia:
Hacía frío, y estaba algo incómoda por culpa de las maderas mal colocadas de aquella podrida carreta; que se clavaban en mi espalda y no me dejaban descansar en paz. Lo único que me entretenía era mirar la luna por la "ventana"«O hueco en la madera, como prefiera llamarse; pues no se si se merecía aquel nombre». La veía brillar, pero aquel día parecía poco resplandeciente... Juraría que conocía el destino que nos deparaba el futuro en unas horas y sentía lástima por los que viajábamos en aquellas carretas. Pero sabía que solo era el cielo nublado; aunque era bonito pensar que se preocupaba por mí.
Me acurruqué un poco en una de las esquinas y noté como un bultito se empezaba a quejar de mi brusco movimiento; bajé la mirada y observé la mata castaña de mi niña removiéndose entre mis brazos.
— ¿Ángel? Me has despertado... ¿Ya hemos llegado? —La pequeña Lisa frotó sus manitas por sus ojos marrones como el chocolate, en un intento de despertarse.
—No me llames Ángel Lisa, sabes que no me gusta. Y no, no hemos llegado. Puedes dormir más... —Intenté terminar dulcemente para que no se molestara conmigo, aunque supiera que por mucho que las regañara nunca se enfadarían.
—Ah... Lo siento Alia, pero sabes que para nosotras eres nuestro ángel.
— ¡Sí! —Las otras dos niñas se separaron de mis brazos, en los que estaban fuertemente agarradas, y mientras estiraban todo su cuerpo afirmaron con un gran bostezo.
—Ya... Cambiando de tema, mejor será que durmáis, no quiero que os quedéis preocupadas toda la noche. —No quería verlas llorar más, solo quería que fueran felices, pero a dónde íbamos sería imposible.
—No te preocupes: somos fuertes y estamos contigo. —Meri siempre la más positiva. La mediana de ojos verdes y melena rojiza, activa y encantadora; la cosa más revoltosa del mundo—. ¿Os acordáis de cuando Alia pegó a Handson tan fuerte que cayó al río y tardó dos días en aparecer?
— ¡No, cuéntalo! —Elisa y Lisa se sentaron rápidamente cruzando sus piernas esperando la historia de su amiga.
—Sí, eso. —Lucía, la otra mujer que había en la carreta se acercó hasta donde estábamos nosotras. Esta tenía unos treinta años, rubia, de ojos grises y bajita. Ella era vagabunda, hasta que Handson y los otros la encontraron y secuestraron, como a todos aquí.
En aquella carreta «No apta para humanos», estábamos: las tres niñas, Lucía, dos hombres adultos «Que en aquel momento dormían como cachorritos espatarrados en la otra esquina de la carreta», y yo. No éramos muchos, pero eran tres carretas más y yo que era una maga... En resumen: Handson haría dinero, cosa que parecía su única meta en la vida.
Lucía acurrucó a Elisa y Lisa a su lado, y las dejó apoyarse en sus hombros mientras escuchaban el relato. Y yo, por mi parte, escuchaba a Meri relatar la historia mientras añadía imágenes gracias a mis recuerdos, que también eran algo menos fantásticos de lo que Meri indicaba.
Hace 5 meses...
Acabábamos de parar en la entrada de un puente enorme. Los guardias nos observaban con dureza, seguramente no de acuerdo con la trata de personas, pero este era un hecho tan común en la ciudad que debieron hacer oídos sordos.
Mas sin dudarlo decidieron cachear al mismísimo Handson; hallando entre sus ropajes una desgastada daga.«No me sorprendió que la requisaran, pues el rostro de Handson no inspiraba la más mínima seguridad para dejarle rondar por la ciudad armado».
Y por ello, el guardia nos tuvo esperando veinte minutos; provocando que Handson rabiara de furia cuando por fin conseguimos entrar en Taeris.
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Alia y la leyenda de los ocho [CSAwards2016]
Fantasy✴Tercer puesto en el concurso CatsAwards2016, categoría Fantasía. Al principio era solo un planeta, Ypalion. Este fue elegido por los dioses para comenzar a crear su propio mundo, pero no todo salió como planeaban... ¿Cómo iban ocho dioses, algunos...