♦18♦ Comienza el 1502

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Castiel

Avanzaba de un lado a otro con pasos inquietos, observando de soslayo la figura dormida de Alia; que reposaba en uno de los muchos sofás de la sala. Archer acariciaba su rostro suavemente mientras comprobaba su temperatura y Marga observaba, incluso más nerviosa que yo, a la inconsciente maga.

-¿Creéis que pueda haber muerto? -La voz de Zoey se oyó como un leve murmullo, que rompió el silencio de la sala y a la vez la colmó de incertidumbre.

-Imposible, no puede morir así. No es justo. -Aksel se situó a mi lado, deteniéndome y obligándome a girar el rostro, para dejar de observar el vacío y posar mi vista sobre sus ojos vidriosos.

-En caso de que la hipótesis de Zoey fuera acertada este sería nuestro más nefasto intento; a la vez que nuestra más tonta muerte. O al menos la suya. -Tras aquel comentario Katy esbozó una sonrisa de lado, que por mucho que quisiera parecer cómica ocultaba terror y miedo.

Todos observamos a Archer, quien negó la idea de ambas magas mientras observaba los labios de Alia; viendo algo que se escapaba de la percepción del resto de nosotros.

-Ella sigue respirando; el aire sigue corriendo por su cuerpo y sus pulmones funcionan con normalidad. Simplemente está siendo retenida por la diosa más tiempo del normal, cosa que es de suponer dado el hecho de que es su primera visita. Todo debe ser nuevo y extraño para ella, solo debemos darle tiempo y pronto volverá. -Las sabias palabras del mago nos relajaron a todos nosotros, y pudimos respirar tranquilos al darnos cuenta de que su hipótesis era la más acertada.

Me alegra no tener que dar malas noticias a las niñas, pues se quedarían devastadas si no volvieran a ver a Alia. Además, para Marga debe ser alentador; el rostro que mostraba mientras despedía a los invitados, sin poder darles noticias sobre el estado de salud de tan importante invitado, fue una vergüenza para ella. Siempre a odiado no tenerlo todo controlado.

-He de retirarme, si sucede cualquier cosa pido que se me notifique al segundo. -Y tras ese mandato Marga se marchó de la sala, seguida de Katy y Zoey, las que se encontraban agotadas y se despidieron de nosotros segundo antes.

Observé a los otros dos chicos, y todos intercambiamos miradas, cargadas de pensamientos similares. Suspiré derrotado y me tiré sobre una silla, provocando que esta chirriara levemente y me hiciera dudar en su seguridad.

-Tranquilo Castiel, ella está a punto de volver. -Y tras esas palabras, como si Archer fuera adivino, los ojos de Alia se abrieron dejándonos contemplar su celeste iris.

-Mi cabeza... ¿Qué ocurrió? -La chica posó una de sus manos sobre su frente, acariciándola con suavidad intentando mitigar sin éxito su repentina jaqueca.

-Bueno, se podría resumir todo en que te tardaste demasiado. Tanto que todos los invitados se macharon sin poder despedirte. -Aksel exhaló una carcajada tras su cómico resumen de lo sucedido, consiguiendo que la mirada extrañada de Alia nos observara a los otros dos de la sala. Negando la posibilidad de que este pudiera responderla.

-Tu visita con Belyan duró mucho, -comencé a explicarle, no sin antes acercarme a ella-, lo común es que las visitas duren alrededor de quince minutos; más tú te fuiste de las primeras y pasadas varias horas todavía no regresabas... La preocupación nos tenía en tensión a todos, y te puedo asegurar que ha sido un alivio verte despertar.

El rostro sonrojado de la chica me hizo reír, cosa que tuve que ocultar colocando mi mano sobre mi boca. Su mirada viajó por los tres presentes, y sin avisar a ninguno de nosotros intentó levantarse. Consiguiendo únicamente un fallido intento y por poco una herida en las piernas.

-Por suerte para ti mis reflejos no fallan. -Y tras esas palabras la ayudé a mantenerse erguida, sujetando su cintura mientras ella conseguía que sus piernas no temblaran. Aquella escena me recordó a la de los pequeños cervatillos levantándose por primera vez, provocando que riera esta vez sin tener oportunidad de ocultar mi risa.

-No seas malvado y deja de reír, solo consigues que esto se vuelva más vergonzoso de lo que ya es. -Negué divertido y la solté cuando ya la vi segura, dando varios pasos de espaldas y observándola desde la distancia.

¿Cómo no me había podido fijar todavía? Estaba hermosa, algo innegable. Su vestido marcaba su figura a la perfección, y la espalda al descubierto me volvía loco... Podía ser sin duda la más hermosa aquella noche, y hasta ahora no había apreciado su aspecto.

-Chicos he de contaros muchas cosas. -La voz insistente de Alia nos llamó la atención a los tres, consiguiendo que nuestra mirada se cruzara con la suya-. Sé cosas importante sobre los demonios, mas creo que no debo contarlas por el momento. Solo quería avisaros de la prontitud que debemos darnos para encontrar al mago o maga de Machinna; el tiempo corre y para estar a igualdad con los demonios necesitamos sus conocimientos.

La intriga inundó mi cuerpo al oír la mención de los demonios, y tuve que tragarme todas las preguntas que quería hacer en ese mismo momento; pues un bostezo por parte de la chica delató su nula energía.

-Lo siento chicos, pero me marcho. Estoy agotada y no veo necesario que nos mantengamos más tiempo despiertos. -La chica nos sonrió a todos en conjunto, y tras coger la mano de Archer y levantarlo del sofá se lo llevó junto a ella afuera de la sala.

Un silencio incómodo se hizo presente entre Aksel y yo, provocando unas pocas miradas furtivas antes de que alguno de los dos se atreviera a hablar. Yo sentía que algo sucedería si hablaba, y el rostro de Aksel parecía asombrado; seguramente por la inusual escena que acababa de presenciar.

-¿Tienes sueño? -Negué con la cabeza y Aksel comenzó a pensar, exagerando el gesto de sujetar su barbilla con la mano-. En ese caso podemos hacer algo productivo; dado que dentro de pocas horas será de día y yo tampoco me siento agotado.

Lo meditó por varios minutos, adoptando todo tipo de posturas y exagerando al máximo sus expresiones faciales; provocando en mí una risa que le "desconcentraba". Decidí callarme y dejar pensar al maestro, quien elucubraba boca abajo algo que pudiéramos hacer; hasta que una idea rondó su cabeza y elevó el dedo índice mostrando una gran sonrisa de dientes blancos.

-Ya sé que podemos hacer. ¿Qué mejor que preparar una gran excursión a Fearas? -Le dirigí una mirada de extrañeza que él me devolvió con una similar, alzando su ceja y sonriendo de lado. Demostración de su poca seriedad.

-¿Para que querríamos visitar el pueblo obrero? -Fearas es conocido por sus numerosos inventores y mecánicos, haciendo que este pueblo se volviera famoso entre los interesados por lo último de lo último. Gracias a ello gente de todo Arab lo visita en busca de maquinaria... Pero salvo eso el pueblo es bastante pequeño y sencillo.

-Para comprar mi carreta mágica por supuesto. -El chico se cruzó de brazos intentando imponerme algún respeto, cosa que no consiguió en absoluto-. Me aseguraste que tras el Eius viajaríamos a por una de esas carretas, y ya pasó el Eius por lo que es el momento para viajar.

-Pero tampoco sabía que esas carretas se fabricaban en Fearas, ¿sabes dónde está ese pueblo? Tardaremos el doble de tiempo por tener que alquilar la carreta, y aparte de eso tendremos que dar un rodeo para no cruzar territorio del Norte. -Me detuve un segundo imaginando el recorrido que tendríamos que tomar, recordando dónde se encontraba el pueblo y las ciudades fronterizas-. Cruzaríamos frente la Aguja de Ytzal, y luego tendríamos que pasar cerca de un pueblo norteño para llegar a Fearas... Amigo, creo que no pudiste encontrar una excursión más complicada.

-Me encanta complicar las cosas. -Asentí mientras soltaba una risa llena de derrota, ya agotado de mi rubio compañero-. Y como sé que todavía no te molesté lo suficiente, ahora nos vamos a prepararlo todo; que cuando despierten las bellas durmientes esté todo preparado.

Sin poder evitarlo reí estruendosamente mientras perseguía a Aksel hasta su habitación; en la que el chico parecía tener todo lo necesario para el viaje, salvo la comida y la ropa. Luego iría a comprobar como está Alia, no puedo evitar la preocupación después de todo lo ocurrido.

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Alia y la leyenda de los ocho [CSAwards2016]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora