Narra Alía
Agarré a Cas por la cintura cuando comencé a escuchar la batida de alas de Inferno, y es que siempre le he tenido respeto a las alturas. A medida que subía intentaba no gritar por el cosquilleo que removía mi estómago en ese momento, y Cas se reía a carcajadas, animando al dragón para que volara más alto.
-Venga Alía, abre los ojos -el aire colpeaba mi cara con un suave roce, y me decidí por abrir solo un poco el ojo derecho. Cas mientras me miraba con una hermosa sonrisa, y a la vez manejaba las riendas.
-¡Cas! Mira por donde vamos, me quieres matar verdad -el chico rió con más fuerza e hizo caso omiso a mi mensaje «¡Me quiere matar! ¡Se quiere matar! ¡Nos quiere matar!» Era lo único que pasaba por mi mente mientras veía la imprudencia del chico.
-Ni que fuéramos a carreta, Inferno sabe lo que debe hacer -resoplé y solté todo el agobio. Debí recordar que vamos sobre un dragón, no un caballo.
-¡Lo siento Inferno! No debí dudar de ti -el dragón levantó la cabeza avisándome de que oyó el mensaje.
-Inferno dice que no te preocupes, es normal que no te acostumbres. Pero a mi no me pides perdón -Cas esbozó cara de perro triste, e hizo temblar su labio inferior «Dioses, que dulce está así. Le agarraría las mejillas y hasta que acabaran coloradas. Espera, eso no sonó bien... Mejor me callo».
-¡Qué mono! Pareces un perrito -el chico se sonrojó cuando me vio acercarme y darle palmadas en la cabeza cual perro-. Pero con eso no vas a conseguir que te pida perdón.
-Bueno... -«Creo que Cas está algo incómodo, y es normal, me pegué demasiado a él. Seguramente no sabe como decirme con delicadeza que me aleje. Así que yo misma lo hice al momento con la cabeza gacha»- Eh, levanta la cabeza que te pierdes las vistas.
El chico me cogió de la barbilla y me la levantó lentamente, para luego señalar a un lado nuestro. Desde esa altura se podía contemplar toda Piuma, y una leve capa de nubes tapaba algunas zonas. Mientras veía las luces de las casas apagarse, y las primeras carretas recorriendo las calles Cas cogió las riendas y comenzó a aumentar la velocidad.
Me pilló de improviso, y rodeé la espalda de Cas con fuerza cuando noté que girábamos. Luego comenzó a subir, y subir...
-Cuando te diga te agachas todo lo que puedas, ¿vale? -yo asentí algo insegura, pero parece que Cas no distinguía mi pánico, o estaba cegado por la adrenalina.
Comenzó a hacer subir a Inferno con más velocidad, hasta que ya no se distinguían las casas desde nuestra altura. Cas me dirigió un vistazo rápido y me susurró algo al oído.
-No te preocupes no te va a pasar nada, va a ser estupendo. ¿Lista? -me aferré con más fuerza a la espalda del chico, lo que hizo que se sonrojara «Será culpa del frío, aquí está congelado» y asentí con los muy abiertos, sin hacer caso a su rostro sonrojado. El chico sonrió a mi gesto y se giró al dragón, golpeó su costado y gritó:
-¡Abajo! -Cas tumbó su cuerpo sobre el animal y yo me agarraba como podía a él. Noté como todo lo que tenía en el estómago, que era nada, subía hasta mi garganta. Luego bajaba de golpe y se sustituía por un cosquilleo que me recorrió todo el cuerpo. Mientras bajábamos notaba el aire que pasaba por nosotros con fuerza, y el sonido que hacía a nuestro paso, además de los gritos de júbilo de Cas. No aguanté más y grité.
-¡Esto es lo mejor del mundo! -el chico paró el descenso a doscientos metros del suelo, y hasta los ciento-cincuenta Inferno no se pudo detener y planear tranquilo.
-¿Te gustó? -Cas tenía todo el pelo alborotado, y una sonrisa en rostro. Sus ojos brillaban de la emoción del momento, y se veía mejor que nunca.
-¿Qué si me gustó? -dije cortante mientras veía la sonrisa del chico caer y sus ojos oscurecerse-. Es la mejor experiencia de mi vida -Cas volvió a sonreír mucho más que antes «¿Cómo sonríe tanto, no le duele?».
-Ven -el chico me extendió la mano, y la cogí sin pensar las consecuencias. Cas se levantó y me llevó con él, de modo que estábamos sobre el dragón a ciento-cincuenta metros sobre el suelo «Todo me hace pensar que acabaré cayendo, y no me gusta para nada esa idea».
-¡Ah! Me quieres matar, no hace falta que lo digas -Cas me cogió de la cintura con un brazo y me miró a los ojos mientras acariciaba mi pelo con el otro.
-Nunca te dejaría caer si es lo que piensas -Mis piernas temblaron cuando dijo aquello, su voz era más profunda y no podía apartar los ojos de su mirada penetrante mientras lo decía. «Eso que fue, uf, calma, no es nada. Es normal que no quiera que muera, si muero el muere conmigo».
Cas me cogió de la mano y me hizo girar, luego puso una mano en mi cintura, cogió la mía y la colocó en su hombro. Más tarde cogió la otra mía y la dejó en el aire, dejándonos en una pose perfecta para bailar, cosa que hizo.
-No te preocupes te tengo sujeta, no caerás -miré al chico y este parecía bastante seguro consigo mismo, por lo que decidí hacerle caso y bailar con él, aunque no del todo segura.
-¿Por qué no me fío del todo entonces? -le dije entre risas, y el continuó hablando entendiendo la broma y mientras me hacía saltar.
-Deberías de fiarte más mí, dije que no pasará nada... -asentí con una sonrisa y el chico me hizo girar. Luego me dejó parada, y se acercó un paso hacia mí.
-Te quería preguntar si irías al baile conmigo. No sé si tendrás pareja ya... -negué con la cabeza y el chico se quedó confuso- ¿No tienes pareja o no quieres ir conmigo?
-No tengo pareja, pero no sé si ir contigo... me lo tengo que pensar -Cas me acercó todavía más a él, y me hizo levantar la barbilla para verle a los ojos «¡¿Como se puede decir que no a esos ojos?! Por los dioses, son como esmeraldas, grandes y brillantes».
-Estás enfadada todavía. Yo lo siento, de verdad que no quería hacerlo... Lo siento -le aparté un mechón de pelo y besé su frente «No me puedo enfadar, soy demasiado buena...».
-No estoy enfadada, has hecho mucho para que te perdone. Y sí, iré contigo al baile -el chico me levantó y comenzó a girarme entre risas. Pero Inferno cortó el momento.
-Ya volvimos a la casa. Sentaos que voy a aterrizar -Cas me bajó delicadamente, y luego se sentó él. Inferno comenzó a batir las alas con más fuerza, descendiendo con lentitud, hasta que tocó tierra con las patas. Cas se bajó primero y luego me ayudó a bajar a mí.
-Tienes que volver a llevarme -Cas hizo que lo pensaba, y recibió un golpe por parte de Inferno.
-No te preocupes, si hace falta no volaré hasta que te invite -el dragón me miró e hizo una sonrisa enseñando todos sus dientes, lo que lo hacía ver adorable «Un dragón enorme, con garras como brazos de grandes, ojos rojo intenso y varias hileras de dientes, y yo digo que es adorable. Creo que soy la única que lo piensa».
-Bueno me voy, quedé con Marga para practicar... Adiós -me giré y me dispuse a irme mientras dejaba a Cas con su dragón. Me encantó la experiencia, aunque Cas estaba un poco raro. «No me preocupa, sería por preguntarme para ir al baile. No sé porque me habrá elegido a mí, pero bueno, no es lo más importante ahora».
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Alia y la leyenda de los ocho [CSAwards2016]
Fantasia✴Tercer puesto en el concurso CatsAwards2016, categoría Fantasía. Al principio era solo un planeta, Ypalion. Este fue elegido por los dioses para comenzar a crear su propio mundo, pero no todo salió como planeaban... ¿Cómo iban ocho dioses, algunos...