♦16♦ Eius (Parte 2)

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Alia

-Siento las molestias que les haya causado ese espécimen, espero y puedan perdonar nuestra equivocación al dejar entrar a semejante sujeto. -Todos los invitados aplaudieron nuestra actuación contra el demonio, y se podían escuchar comentarios perdonando el error que habíamos cometido-. Y ahora, cambiemos al tema por el que nos encontramos todos aquí.

>Dentro de unos minutos comenzará el nuevo año, y con ello todos los magos presentes podremos conversar con nuestros dioses. Los pedestales están preparados; y los magos pueden ir acercándose a aquel que glorifique a su dios. -.Todos los magos que había en la sala comenzaron a avanzar hacia el centro de la pista de baile, en la que habían colocado rápidamente ocho pedestales; y sobre los que comenzaron a charlar entre ellos.

Yo miré a Archer, y cogida de su mano avanzamos a nuestros sitios; que se encontraban uno al lado del otro. Ascendí los tres escalones frente a mí, recogiendo con sutileza el bajo de mi vestido, y me situé en el centro del pedestal circular.

Sabía que era el mío por el símbolo de alas que tenía dibujado en la base, y las líneas doradas y celestes que recorrían el blanco de su superficie formaban los colores de la diosa Belyan.

Poco a poco los demás pedestales se iban llenando, mientras que yo permanecía solitaria en mi sitio. Todos los elegidos ocupábamos el centro de estos; y después de que la última maga subiera al pedestal de Kóru Marga comenzó a hablar:

-Dentro de escasos minutos comenzaremos el ritual, pero necesitamos la ayuda de algunos de los presentes. -Varios cuchicheos se hicieron presentes en la sala mientras otras personas; las que ya habían asistido años atrás, simplemente asentían sabiendo a que se refería Marga-. Nuestras almas realizarán un largo viaje para conectarse con los dioses, por lo que durante minutos saldrán de nuestros cuerpos. Es por esto que necesitamos a gente que se ocupe de evitar nuestra caída cuando comience el ritual, y a la vez que nos mantengan vigilados por si sucediera cualquier imprevisto.

Varias manos alzadas se hicieron presentes entre el tumulto; y Marga les instó a todos a que avanzaran hacia los pedestales. Muchas parejas de magos se acercaban y abrazaban a estos, transmitiéndoles seguridad.

Yo por mi parte me dediqué a observar como se presentaban todos con los encargados de mantenerles a salvo, así que no me percaté de la persona que se encontraba frente a mí.

-Siento la molestia. -Me giré y observé al chico frente a mí. Este vestía un elegante atuendo que hacía destacar sus ojos ambarinos, los que brillaban como el oro mientras me observaban esperando algún comentario de mi parte.

-No lo sientas, soy yo la que no me he percatado de tu presencia. -Sonreí amigable y le extendí mi mano, la que besó levemente sorprendiéndome.

-Me presento. Soy Giles, hijo de burgueses. -me postré ante él, y este repitió mi gesto; denotando seguridad y elegancia. Sus cabellos castaños caían sobre sus hombros en suaves rizos, y su piel morena hacía destacar con más fuerza sus ojos dorados-. Sería un placer ocuparme de vos mientras os encontráis hablando con la diosa Belyan; podéis estar segura en mis manos. Si no le importa. -Podía ver el leve rubor de sus mejillas, y en ese instante supe que podía confiar en aquel chico.

-Se te ve buena persona, no te preocupes. Puedes quedarte; tampoco pretendía echarte ni nada similar. -El chico por su parte soltó un suspiro de alivio, y se encogió de hombros a la vez que se situaba tras de mí; a una distancia aceptable, similar a la que los guardias tomaban en torno al rey.

Segundos después todos estábamos siendo vigilados por todos los presentes, y con más insistencia por las personas encargadas de nuestra seguridad. Marga llamó la atención de todos, y alzó la mano para que la pudiéramos ver, parada junto a Archer, en el centro del pedestal de Venthus.

-Vamos a comenzar el ritual en unos instantes. En cuanto comience a recitar la melodía los dioses nos irán llamando, y yo, por obvias razones seré la última cuando acabe de cantar. Estad atentos, pues pueden ser requeridos en cualquier momento del ritual. -Después de estas palabras, y de que todos los encargados asintieran con la cabeza, Marga comenzó a recitar una melodía.

La voz de la mujer resonaba en toda la sala, y el tono suave que poseía la melodía parecía poder calmar hasta a las más fieras bestias. Todos los presentes se mantenían en silencio, observando a Marga mientras esta subía el tono de voz.

Poco a poco la melodía se fue convirtiendo en algo más rítmico; acompañada por el sonido de flautas producidas por el aire que la mujer hacía danzar a su alrededor.

Las imágenes se volvían cada vez más borrosas para mí, e intentando mantener el equilibrio caí de espaldas... Perdiendo el conocimiento durante la caída.

No me puedo creer que haya tardado tan poco...

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Alia y la leyenda de los ocho [CSAwards2016]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora