La verdad

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Estoy sentada en el sillón del cine, en medio de James y su primo Marck, estamos viendo una película llamada "La linda muñeca". Trata sobre una muñeca que cobra vida y trata de asesinar a las personas que la compraron. Lo se, bastante original.
Trate de protestar argumentando que esta película es totalmente predecible, pero tuve que aceptar porque picaron mi orgullo femenino diciendo que como todas las chicas, solo lo decía por que me daba miedo este tipo de películas.
Así que aquí estoy, viendo una película que no me da en absoluto miedo.
Sin embargo puedo notar temor en los ojos de mis 2 vecinos. Eso me saca una sonrisa de oreja a oreja, luego dirijo mi vista a la película y en ese momento aparece de repente la muñeca en la pantalla. Salto de mi asiento por la impresión, y no me siento avergonzada por haberme asustado, ya que se que todos lo estuvieron. Ademas en este tipo de películas necesitan mucho ruido y escenas que aparezcan de improviso para asustar a la gente. Pero siento una mano debajo de la mía y me doy cuenta de que cuando me asuste puse mi mano en el descansabrazos, pero ahí ya se encontraba la de Marck. Mi cara se enciende de la vergüenza y agradezco que el no la pueda ver del todo gracias a la poca luz.

—Lo siento—murmuro para no enojar a los espectadores con mi voz.

Puedo ver claramente su sonrisa de comercial.

—No te preocupes.

Le sonrío tímidamente y volteo para seguir viendo la película, pero en realidad no puedo, porque solo pienso en que quiero salir de aquí y encerrarme en mi cuarto junto con mi vergüenza.

Pero como si el universo se hubiese apiadado de mi, siento vibrar mi celular y lo saco de mi bolsillo trasero, tapo con mi mano el alrededor de mi móvil para no destacar como la molestia de la sala y observo el nombre de mi papá en la pantalla.

Claro, que ingenua fui al creer en el Universo.

Aprieto el circulo verde de mi IPhone y me lo acerco a mi oído.
Escucho su voz, pero no llego a entender nada. Tapo la bocina del celular con mi mano y me inclino hacia James.

—Ahora vuelvo.

El me mira y entiende la situación. Asiente la cabeza.

—¿Hola?

Llego a el pasillo en donde entran a las demás salas.

—Alison ¿¡donde demonios estas!?

—Vaya, ¿ahora quien es el vulgar cualquiera que no tiene ni educación para hablar?

—¡Niña malcriada! ¡contesta! ¿¡donde estas!?

—Estoy con James, papá. En el cine, ya casi acaba la película, el me va a ir a dejar.

—¡No puedes salir! ¡estas castigada después de lo que dijiste en la mañana!

—¿¡Que es lo que dije, papá!? ¿¡la verdad!?

—¡Me faltaste al respeto Alison! ¡no dejare que lo vuelvas hacer! ¡regresate ahora mismo!

—¡No papá! Me quedare hasta que acaba la película y James me llevara a casa. Entiendo que estuvo mal lo que te dije, pero tu no tienes que tratarme así. ¡Soy tu hija!.

—¡Solo porque no me quedaba otra opción que tu! ... quiero decir... yo...

Mi corazón se detiene y de pronto me falta la respiración.

—¿Tu que? ¿¡Tu no me querías desde que nací!?—se escucha solo silencio en la linea—¿es eso? ¿¡después de este tiempo no me tomaste cariño!? ¿¡SOY TAN MALDITAMENTE UNA PORQUERÍA PARA NO HABERME GANADO TU AMOR!?

Los empleados me miran extraño y asustados, pero no me importa, ahora mismo nada lo hace.

—No se de que estas hablando Alison, pero no menciones nada de esto a tu madre.

Lo siento, pero...te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora