Capítulo 37: Mi manipulación

31 8 17
                                    

La noche es magnánima, la luna llena baña la oscuridad que tanto amo. La contemplo a través de la ventana, el único fulgor cómplice en mi penumbra. Mis dedos se hunden con suavidad en los cabellos sedosos de mi Nam-joon. Ni siquiera se inmuta; está profundamente dormido. Después de aquel encuentro nada grato con el chico Park, las cosas se tornaron tensas entre nosotros. Pero anoche le cociné lo que más le gusta, comimos juntos y lo animé a cantar para mí. Fue divino, aunque la luz de mi chico se muestra opaca, sumiéndose en un esplín. Tengo sueños recurrentes donde se marchita y acaba pálido y triste entre mis brazos, trayendo lágrimas a mi ser.

Alguien como yo... teniendo pesadillas... ¿Pueden creerlo?

Aplaudí a su breve espectáculo, adulé su voz y la destreza con la que maneja el bajo. Le ofrecí charla mientras degustaba un postre que yo mismo le preparé. Tzuyu fue mi catadora y aseguró que estaba bueno. No la he dejado sin alimento, pese a mis reprensiones. Soy piadoso, ¿de acuerdo?

Con restos de chocolate en los labios lo besé con discreción, tan pequeño y tímido, que me desconocí. Le regalé arrullos que le erizaron la piel y lo pusieron a temblar. Lo senté sobre la mesa con cuidado y abrí su ropa. Fue mi turno de degustar el postre, y él me obsequió un nuevo concierto privado, en tanto me lo devoraba lentamente, como el gran devoto que soy, su más ferviente admirador.

Dios maldito... ¡Cómo me encantas! Me embrujas y me vapuleas. ¿Qué significa? No lo sé, pero haces que se sienta tan bien. Dejarte ir... ¿Cómo podría permitir que algo tan perfecto me sea arrebatado?

Y aquí estoy ahora, despertando de la realidad con la que quiere engañarme mi cabeza. ¿Cómo distinguir el umbral entre los sueños y la vigilia? La realidad tiene una sensación y tinte únicos. Es tan asqueroso y alivianador que resulta como un chasquido de dedos, trayendo nuestros pensamientos divagantes al presente.

―¿Jin...?

La testificación de nuestra lujuria consumada ahora solo es mota volando sin rumbo ni apariencia en el cuarto. Todavía oigo su voz ahogada al hacerlo mío; la remembranza acaricia con garras filosas mi testa. Su convulsivo corazón está más calmado, pero mi inquietud lo ha traído al desvelo.

―Aquí estoy, precioso. ¿Qué necesitas?

―Me estabas apretando muy fuerte, me costaba respirar.

―Oh, cariño, lo siento tanto, yo...

―Me has dicho que duermes poco, pero lo haces. ¿Has tenido pesadillas?

Me es imposible no admirar a tan fascinante criatura. Que puede desmembrarme parte por parte sin esfuerzo. Que me descubre y me encuentra. Me teme y me enfrenta. Me desquicia y me... ¿Me ama?

―¿Me amas, Nam?

Él se da la vuelta, quedándose cara a cara conmigo en la cama. Es tan hermoso que me duele en las entrañas.

―Creo que no me siento apto para responder eso.

―Entiendo ―replico y acaricio su cabello. Lo contemplo y sonrío―. Disfruto tanto la intimidad contigo, amante. Dime, ¿te gustó?

―Sí, estuvo bien.

Mi mohín se amplía. Me apropio de él, le doy la vuelta a su cuerpo y lo apego al mío, dejando que su espalda cálida toque mi pecho. Beso su cuello y detrás de su oreja, escuchando sus suspiros ínfimos y sintiendo cómo se le eriza la piel.

―Te gusta cómo te lo hago, Nam. Sé honesto ―pregunto mientras acaricio sus brazos.

―Sí...

―¿Te satisface? ¿Te hace sentir bien? ―insisto y beso su hombro.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Loveless (+21) [JinNam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora