CAPÍTULO 2
"Navidad"
Habían pasado dos semanas desde que lo vi. Dos semanas que me habían agotado física y mentalmente. Hoy, Josh regresaba a su hogar. Hoy intentaría verlo de nuevo, pero sabía que dolería aún más. Él no me recordaba, no tenía idea de quién era yo; pero así como no me recordaba, tampoco tenía recuerdos de ningún miembro de su familia, ni de sus amigos, ni de su niñez, ni de nada. La mente de Josh era un lienzo en blanco. Vacía, en suspenso.
Su madre estaba desconsolada. Su padre y sus hermanos intentaban mantenerse fuertes. Sin embargo, y quizás lo más extraño de todo, es que según lo que había dicho el doctor Bell, Josh no tenía ninguna lesión cerebral en la parte del cerebro que se ocupa de la memoria. El doctor Bell no encontraba razón alguna para la pérdida de memoria de Josh. Eso me preocupaba muchísimo, porque ahora la pregunta que rondaba mi cabeza era ¿cuándo recobraría la memoria Josh? Ojalá tuviese la respuesta. Al menos eso haría que recuperara la paz que me faltaba.
─¿Ya estás lista? ─Salí de mis pensamientos al escuchar a Johnny. Estaba en la puerta de mi habitación, y me miraba con una expresión de tristeza. Creo que quizás ahora se había dado cuenta de cuánto amaba a Josh, ahora que Josh no se acordaba de mí, y que no tenía la certeza de si en algún momento me recordaría.
─No. Pero creo que nunca lo estaré, así que... vamos.
Salí de mi casa sintiéndome abatida. Sabía con qué me iba a encontrar, pero todavía tenía miedo a enfrentarme con una realidad tan dolorosa. Josh no sabría quién era y eso me despedazaría el corazón una vez más. Sin embargo, quedaba una pequeña luz de esperanza de que él volviera a mí. Y aunque me era difícil, buscaba la manera de aferrarme a ella.
No tuvimos que caminar demasiado. Sandra había avisado a Johnny que ya habían traído a Josh a su casa, y que podíamos ir a verlo cuando quisiéramos, así que apenas Johnny me contó la noticia, decidí que era momento de enfrentar mis miedos.
Unos pocos pasos nos separaban de la casa de Josh, y mientras los recorría con Johnny, una sucesión de imágenes en cámara lenta pasaron por mi mente: el momento del accidente. Josh en el suelo empapado de sangre fue la imagen que se quedó conmigo e hizo que me quedara inmóvil en el medio de la calle. Mi cuerpo no se movía porque mi mente estaba en otro lado, sujeta al vacío que sentí cuando el corazón de Josh dejó de latir. Justo cuando una lágrima comenzaba a bajar por mi mejilla, un apretón en mi brazo me hizo regresar.
─¡Lya por favor!
─¿Qué sucede? ─pregunté confundida.
─Te paraste en el medio de la calle y te quedaste paralizada. No avanzabas por más que te llamaba.
Últimamente se me hacía muy difícil mantener mi consciencia en el presente. Mi mente no hacía otra cosa que irse por caminos inciertos. A veces sentía que se reía de mí, burlándose con todos los malos recuerdos que me traía, lastimándome a cada respiro que daba.
Levanté la mirada y caminé con la poca convicción que me quedaba. Seguía asustada por cómo encontraría a Josh, pero tenía que verlo. Asegurarme del estado en el que se encontraba. Así que no me detuve cuando Johnny me hablaba, continué caminando los pasos que me faltaban para llegar a la casa de Josh y toqué el timbre, expectante.
Fueron segundos que parecieron minutos, largos y tortuosos minutos, hasta que la puerta se abrió. Y lo vi. No esperaba que fuese él quien abriera, no esperaba quedármele mirando como si fuese un bicho raro. En todo caso, el bicho raro era yo, porque era él quien no me recordaba.
─Ho... Hooo... Hoola. ─Perfecto, ahora creería que tengo problemas de comunicación.
─Hola ─dijo con inseguridad─. ¿Necesitas algo? ─Auch. Ese fue uno de los peores golpes que pudo haberme dado. Seguía sin recordarme.
ESTÁS LEYENDO
Después del silencio ©(Después de la vida #2)
ÜbernatürlichesLuego de la muerte de sus padres, Galya Hart tuvo que mudarse a Alaska con su tío Johnny, lugar en el cual tuvo que sortear muchos obstáculos; entre ellos, conocer a Lucas. Lucas no es cualquier chico, él es un espíritu que habita en la casa a dond...