CAPÍTULO 9- ¿Partida?

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CAPÍTULO 9

"¿Partida?"

Definitivamente había subestimado la forma en la que lo tomaría. De hecho, Sally fue... muy compresiva. A su manera, claro. Comenzó con preguntas y más preguntas. Era una fuente insaciable de preguntas. Cada respuesta le generaba otra duda y así estuvimos prácticamente toda la mañana. Estaba exhausta, pero se sentía bien haberse sacado ese peso de mi pecho. Mi secreto ya no me carcomía como al principio. Solo había una persona a la que me faltaba contárselo, aunque no creía que él lo tomaría tan bien como Lenny o Sally. Johnny supo ser un tipo de hippie en algún momento, pero ciertamente no lo veía como el tipo de hombre que  me miraría como loca cuando le contase la verdad sobre Lucas y Josh. Esa confesión tendría que esperar, al menos, por ahora.

Toda la semana fue una locura. Me sentía mucho más relajada por haberle contado todo a Sally, sin embargo, ella seguía con todas las preguntas y dudas. De hecho, se había vuelto un poco cansador. Pero un sábado por la tarde algo cambió. Sally entró llorando en mi habitación, hecha un manojo de nervios. No había forma de calmarla, de modo que tuve que llamar a Lenny para que me ayudara.

─Muy bien, aquí estoy, ¿cuál es la situación?

─Umm, creo que la situación es bastante clara Lenny ─respondí señalando disimuladamente a Sally, quien continuaba llorando a cántaros.

─Bien, tienes razón. Fue una pregunta estúpida. Déjame encargarme de esto ¿ok? -dijo, al tiempo que se iba hacia donde estaba Sally.

Asentí. Sé que era una mala amiga por no intentar consolar a Sally, pero todo lo que venía sucediendo me estaba sobrepasando. No era de ayuda para nadie, mucho menos para Sally. Ella necesitaba a alguien que realmente pudiera ayudarla, y Lenny era perfecta para eso.

Media hora después, Lenny se acercó y me contó todo. La madre de Sally le dijo que vendría a buscarla a Black River. Su madre había logrado entrar a la cuenta de Facebook de Sally, leyó todos las conversaciones que tenía hasta que encontró una donde Sally decía que viajaría a Black River. A decir verdad, no podía culpar a su madre. Tan solo imaginar la preocupación que tendría por no saber dónde estaba su hija, me ponía los pelos de punta.

─Ella no quiere volver Lya. Se siente bien aquí.

─Lo entiendo. Está pasando un momento difícil.

─Sí, de alguna forma comprendo por lo que está pasando. Perdió todo lo que conocía. Su familia se destrozó de una manera que no esperaba y ahora su madre la obliga a regresar cuando todavía no está lista para hacerlo.

─Exacto. Eso es justamente lo que Sally siente. Creo que tú habrías hecho un mejor trabajo si hubieses hablado con ella.

Probablemente sí, pero Lenny era mejor en las situaciones en las que se debía actuar y no pensar. Y yo ahora no podía hacer ninguna.

─Quizás. No me siento en condiciones de ayudar a nadie en este momento. Ni siquiera puedo ayudarme a mí misma Lenny. ─Me sentía vacía. No tenía nada más para dar, porque me habían quitado todo.

─Calma Lya. Sé que ahora todo parece negro, pero créeme que mejorará. No hay mal que dure cien años, o al menos eso dicen. Pero realmente pienso que es verdad.

Lenny siempre encontraba la manera de hacerme reír. Justo cuando más en el fondo del abismo me sentía, ella llegaba con alguna broma y me rescataba. Agradecía tanto haberla encontrado. Josh y ella fueron los que ayudaron a salir adelante. Extrañaba tanto a Josh que cada vez que pensaba en él, mi pecho dolía. Era un dolor punzante, de la clase de dolor que te asfixia. Lenny me sacó de mis pensamientos.

─No te martirices Lya. Es en vano.

─¿Tú crees? ─pregunté irónicamente.

─Sé que lo preguntaste con ironía, pero de todas formas te contestaré. Sí, de hecho lo creo. Lo único que ganarás es volverte loca. Y tú y yo sabemos que si eso llegase a suceder ya no podrás ayudar a Josh.

Me quedé un instante meditando en sus palabras. Como siempre, Lenny tenía razón. Tenía que encontrar la fuerza necesaria para levantarme y... El timbre de la casa sonó. Me alteré un poco y mis manos empezaron a sudar.

─Tranquila Lya. Tranquila. Relájate. Quédate con Sally y yo iré a ver quién es.

─¡No! Iré contigo. Y Sally, tú también vienes. Es hora de que las dos nos pongamos fuertes. Se vienen momentos duros que amenazan con derrotarnos, y ninguna de las dos dejará que eso suceda. Lenny tampoco dejará que eso suceda. Las tres podremos, lo sé. ─Sí, es como dice Lya. Las tres podremos. Si nos mantenemos unidas lo haremos y...

El timbre interrumpió de nuevo.

─¡Maldición! ¿Acaso una no puede ponerse sentimental sin que la interrumpan? ─ironizó Lenny.

─Mejor vayamos a atender. Luego seguiremos con nuestra charla.

Las tres bajamos, pero fue Lenny quien abrió la puerta. No podía creer a quien mis ojos veían. Era la señora Hayes, la madre de Sally. Inmediatamente miré a Sally. Por supuesto, ella estaba mucho más sorprendida que yo. Ni su madre ni ella pronunciaron palabra, hasta que el sonido de un auto nos despertó a todas de nuestro silencio. Y junto con ese sonido, la mamá de Sally habló.

─Vengo a llevarte a casa Sally.

Esa frase nos dejó a todas mudas. Ninguna la esperaba, al menos no tan rápido como había sucedido. No habría tiempo para despedidas. Sin embargo, algo más captó mi atención. Cuando la señora Hayes se abrió paso para entrar en la casa, logré ver de qué se trataba el ruido del auto que había escuchado anteriormente. Era "él". Y en su mano llevaba un bolso. Me miró. Ambos nos miramos por lo que pareció una eternidad. De pronto rompió el contacto visual y se subió a su auto. Lo encendió, y sin mirarme nuevamente, se fue.


Perdón por hacerles esperar tanto tiempo, pero espero que les guste el capítulo. También quiero pedirles su apoyo dándole me gusta a mi página personal de facebook para darme a conocer como escritora. Sería de muchísima ayuda contar con su me gusta. Desde ya muchas gracias.

¡Los quiero!

Después del silencio ©(Después de la vida #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora