¿Le gusto?

857 62 5
                                    

-Muy bien hemos terminado por hoy. Recojan sus arcos, mañana continuaremos con más. -Dijo el maestro dirigiéndose a todos nosotros.

La verdad es que ha sido muy agotador, sin embargo, no me arrepiento, he podido estar cerca del elfo que me robó el corazón. Después de lo que pasó esta mañana, después de que ambos nos perdimos en nuestras miradas, creo que puedo tener esperanzas.

-¿Estás cansada?- Dijo Legolas acercándose a mi.

Por favor Tauriel controlate.

-No para nada, aun tengo energías para mucho más. -¿es en serio lo que acabo de decir?-

-¿Ah si? -me miró con una cara de picardia, de misterio, debería ser un crimen intimidarme solo con una mirada.

-Ajá.

-Haber Tauriel, ¿Qué te parece si vamos al bosque a poner en práctica lo que has aprendido hoy?

¿Estoy soñando? No, Legolas me acaba de pedir que vayamos al bosque. Pero estoy cansada. Reacciona Tauriel es ahora o nunca. Mi cabeza estaba dándome muchas vueltas mientras él me observaba esperando a una respuesta.

-Me parece bien, vamos.

Nunca había estado en el bosque, sería la primera vez y lo mejor es que estaba acompañada de él. Caminábamos hacia la puerta para salir al bosque cuando de pronto...

-Señor Legolas, su padre lo solicita ahora.

No puede ser, ¿por qué ahora?

Él se dirigió a mi con un rostro de tristeza.

-Tauriel, perdóname no podrá ser hoy, ¿que dices si lo dejamos para uno de estos días?

-No se preocupe mi señor, cuando usted desee.

-Nos vemos Tauriel, me encantó pasar contigo esta mañana, hasta pronto. -y me regaló una sonrisa de esas que me aturden.

Se alejó de mi en compañía de otro elfo, era pasado el mediodía y ya me estaba dando mucha hambre, así que me dirigí hacia el comedor.

Una vez sentada y con unos panes elficos y un poco de leche me puse a pensar. Me ha dicho que le encantó pasar la mañana conmigo. Me ha enseñado a usar el arco. Me ha sonreído muchas veces esta mañana. Me ha hipnotizado con su mirada. ¿Qué pretende? ¿Será que le gusto? ¡Nah! Debería dejar de pensar en cosas que nunca pasarán...

Una vez que acabé de comer, fui a tomar un baño, estaba sudada y con polvo y arena por todos lados. No puedo quitarme de la cabeza a Legolas, es tan guapo, tan simpático, hermoso, casi perfecto. Entré a mi habitación y me rescoste, no tarde mucho en caer dormida, soñando con mi elfo...

Tauriel, Hija del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora